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Esta historia es muy corta, la hice en 48 min aprox. Está basada en un sueño que tuve con mi ex pareja, una persona a la que ame muchísimo y con quien vi un futuro juntos, al menos en ese sueño.

Pido una disculpa por mi narrativa tan de prisa, tal vez en un futuro venga y haga modificaciones para bien, pero en verdad sentía que debía sacar ese sueño de mi mente y que mejor manera que escribiéndolo aquí...



Disfruta la lectura.

Corea del sur, Seúl, 1968...

En las calles de Seúl, el cielo se teñía de un rojo anaranjado cada vez más oscuro pues la noche caía rápidamente. Era Otoño y las ramas de los arboles se mecían suavemente con la brisa arrancando de estas algunas hojas.

—Hermoso, simplemente hermoso...

Susurraba un joven pintor, esbelto y pálido, de cabello castaño y grandes ojos que admiraban la belleza de las calles de aquel parque en el que yacía pintando una escena frente suyo.

Sobre su lienzo se observaban los árboles del parque, las farolas encendidas brindando luz, un hermoso cielo que hacia contraste con las hojas y algunos niños corriendo... También una pareja tomada de las manos. Aunque en su escenario real dicha pareja no estuviera presente.

Para el joven Taeyong pintar lo era todo en la vida. Sobre todo en la suya, pues de eso se mantenía. Vivía solo en un agradable vecindario, en una casa que había heredado de sus padres, quienes fallecieron desde que el era muy joven debido a una inundación que azoto en el país tiempo atrás. No tenia hermanas, no tenia tíos cercanos, no tenía a nadie. Solo las viejas herramientas de su padre y la sabiduría culinaria de su madre.

Eso y el talento que el poseía para pintar eran más que suficientes. Desde que tuvo que vérselas por el mismo comprendió que debía salir adelante con su propio esfuerzo. Desarrollo un gran talento como artista local y pronto sus obras fueron tomando reconocimiento por todos lados. Era el pintor más joven y talentoso que había por las zonas, aquello le ayudaba en definitiva a sostenerse.

No era millonario, pero no se quejaba, después de todo los lujos nunca fueron para él, prefería siempre vivir cómodamente, tranquilo y sencillo, sin ninguna presión como el decía. Sin embargo su sonrisa siempre ocultaba una mirada triste. En el fondo solía sentirse algo solo y en las noches eso pesaba aun mas...

Ignorante era del suceso que pronto pasaría y cambiaría su vida para siempre.

—Ah~ Creo que es todo por hoy. Hora de irse a casa.

Dijo para sí mismo mientras estiraba su cuerpo aun sentado en su diminuto banquillo. Miro orgulloso el cuadro sobre su caballete y se dio un respiro. Cerca de donde él estaba había un hombre vendiendo pan caliente, recién horneado. Olía tan delicioso que el joven pintor no dudo en ir hacia allá.

Pidió dos, dos panes grandes y rellenos de crema. El siempre comía uno, no era de un apetito voraz. Pero esa noche se sintió impulsado a comer dos, sin siquiera saber el porqué. Pago por ambos panes y se dio vuelta para volver a su estación de trabajo, mas lo que encontró lo saco de sus cabales.

—¡Hey, que crees que haces! Aléjate de mis cosas.

Grito Taeyong al toparse con un hombre que husmeaba en su saco. Claramente buscaba por dinero o algo de valor, mas al no encontrarlo y demorarse fue descubierto. El nunca había sido un hombre violento, por lo que no agredió a la persona frente suyo, solo le arrebato su prenda y le miro con el ceño fruncido, sin embargo noto algo muy extraño cuando sus miradas se conectaron.

Mi amante es un pintor. - JaeYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora