Amando a ciegas

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Estando sola en mi pequeña habitación sentí que todo se oscureció, me sirvió la soledad para pensar, entonces aproveché para encender alguna luz dentro de mí aunque sea una pequeña llama para buscar entre lo oscuro, para tratar de averiguar cómo había llegado a esto.

¿En qué momento me perdí?

Me hundía tan despacio que parecía eterno el viaje, se me hizo estresante aquel paseo bajo las aguas del mar de mis recuerdos, me ahogaba, y me pareció tortura notar que aunque sufría tanto , no moría , aún quedaba algo de vida en mí pero ya no tenía ni las fuerzas ni las ganas de luchar por ella, las perdí justo cuando el control de mi vida le fue entregado a mi amado , a aquel que robó mi corazón con su dulzura. Él era el príncipe con que toda niña sueña y ahí estaba el problema, mi amado fue príncipe y después bestia.

                                           
                                           Darlyn D'Oleo



Todo lo que nunca fuimos, Todo lo que nos faltó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora