EN LA OSCURIDAD

Capitulo 8: Buscando Ayuda

Solo en revivir esos momentos; en donde mi prima Lizy y yo escapabamos de la casa de los vecinos. Me hace sentir tan culpable, como un cobarde, una basura que se merecía lo peor....

Recordé aquello que me dijo una vez una EXNOVIA que tuve hace muchos años:

"Cuando alguien está asustado, es como estar embriagado... Sale su verdadera personalidad".

Llegue a pensar lo peor de mi mismo.

"hasta donde sería capaz de llegar, con tal de sobrevivir".

¿Sería capaz de sacrificar la vida de los demás para salvar la mía?...

No pude evitar que las lágrimas se me salieran, sentía que iba a volver a recaer.

El escuchar los lamentos del señor Roberto que provenían del patio, mientras que su hija y esposa iban a socorrerlo.

¿Y que hizo yo?, huir. Salir corriendo por mi vida sin ni siquiera advertir a las otras dos del peligro que les acechaba. Solo las utilice para ganar tiempo para poder escapar de ahí....

Lizy y yo nos detuvimos en una privada que estaba a unas cuantas cuadras hacia arriba de la casa de mis abuelos.

El lugar se destacaba por que en el punto medio del lugar, se encontraba una iglesia. Que estaba rodeada por el centenar de casas pegadas de la misma privada.

Lizy, hay que detenernos aquí - Le dije.

Lizy: Pero Ed, solo hemos pasado como 5 o 6 cuadras, estamos muy cerca de esa cosa.

"Lo sé Lizy, pero no podemos correr todo el tiempo... Tenemos que descansar, además aquí es un buen lugar para hacerlo".

Lizy: Esta bien, solo espero que no te equivoques...

Ambos entramos a la privada; nos
dimos cuenta de inmediato que también se encontraba deshabitado aquel lugar. Mi prima dio un paso hacia atrás y me dijo:

"Esto no me gusta nada primo"....

Tranquila, se en donde nos podemos esconder. - le contesté.

Tome la mano de mi prima y atravesamos la privada....

Nestor: ¡¿Los encontraron?!...
Héctor: No, no aparece nadie.
Victor: Chicos, ¡vengan a ver esto!
Arthur: ¿Qué pasa?...

Los chicos fueron corriendo hacia donde estaba Víctor.

¡Aquí!... ¡Miren!... - Exclamó Víctor.

Nestor: Un segundo, eso es....
Héctor: Si, eso es sangre.

Ahí salpicado, en la chapa de la puerta había unas gotas de sangre que a penas se podían distinguir con la poca iluminación.

Arthur sacó una lámpara pequeña que tenía en su llavero y alumbró hacía la chapa.

Arthur: No cabe duda, eso es sangre.
Héctor: ¡Mierda!, ¡¿esa cosa estuvo aquí?!...
Nestor: Pero eso es imposible...
Víctor: ¡¡Lo hicimos polvo!!, de eso no hay duda....

Todos miraban alrededor de la casa.

Arthur: Pero, ¿como pudo llegar antes que nosotros? Y más en el estado en lo que lo dejamos.
Héctor: A lo mejor los atacó cuando los dejamos aquí, después de que nos fuéramos.
Víctor: ¡Pero eso es imposible!... Antes de que ustedes llegaran por mi esa cosa se encontraba conmigo.
Nestor: Esto ya no tiene sentido...

Arthur: Y si.... Hay más de uno de esas cosas.

Al oír ese comentario de Arthur, todo quedo en total silencio.