Capítulo único

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Dioses de la muerte... Seres humanos que por menospreciar la vida que les fue dada se condenaron a pasar el resto de la eternidad viendo morir a las personas y recolectando sus almas sin ellos poder hacerlo también. Estos seres a pesar de haber sido humanos en sus vidas pasadas poseían características que los hacían sumamente poderosos, su fuerza, su velocidad incluso su agilidad eran superiores ahora,  algunas parcas hasta  podían rivalizar con demonios.. Eran seres casi indestructibles, pero todo tiene un punto débil ¿no? 

- ¡ Ay! - Ronald caía de espaldas con brusquedad debido al impacto del golpe en su abdomen, pero a pesar del dolor sonrío un poco al ver como la enguantada mano de su senpai se ofrecía para ayudarle a levantarse - Gracias por la ayuda, William senpai...

- Debes mejorar tu velocidad Knox, todavía eres muy lento - Le decía mientras le ayudaba a levantarse. 

- Ya sé, ya sé, la lentitud es mi debilidad - Ronald se sacudía el traje un poco molesto por la actitud de su pelinegro senpai, pero ya sabía que a eso se arriesgaba cuando le pedía consejos para mejorar sus técnicas de pelea y recolección - Vamos senpai, no debería explotar tan descaradamente la debilidad de su menor...

- No es mi culpa que seas tan absurdamente lento al momento de atacar...Tal vez por esa lentitud es que todavía no consigues una novia formal - Dijo acomodando sus lentes y recibiendo una mirada de odio de parte del rubio - Honestamente...Esto fue una pérdida de tiempo...

William no dijo más y se retiro del lugar, dejando al joven Ronald haciendo un pequeño berrinche por su comentario. Por mucho que fuera su superior, no tenía derecho a ser tan hiriente con sus defectos todavía humanos como la lentitud o su mayor vicio que son las mujeres, todos tenían un defecto: Alan era su falta de fuerza y timidez, Eric su exceso de confianza, Grell si le atacan los pies es una presa fácil  y William...Esperen, ¿William tenía una debilidad? Viendo bien a su inexpresivo superior no tenía ningún defecto...Era fuerte, rápido, ágil, un genio estratega, reflejos rápidos, ningún vicio conocido, lo único malo que tenía era su mal humor pero eso del todo no se puede considerar una debilidad ¿acaso él no tenía algún punto débil? 

- ¡Imposible! William senpai debe tener un punto débil...¡Y lo voy a encontrar! - Así fue como comenzó una misión para el joven Ronald. El tiempo que tenía libre se lo pasaba siguiendo a su superior para encontrar algún defecto, algo en su cuerpo o forma de ser que lo volviera un poco humano aunque sea por un momento...Y tal vez sacar un poco de provecho de eso.  

- ¡ Hyaa! - Un golpe en la espalda fue el primer intento de Ronald por descubrir el punto débil de William. 

- Knox...¿Se puede saber exactamente qué es lo que esta haciendo? - Obviamente esto no funciono y recibió una mirada de desdén del pelinegro - ¡Deja de perder el tiempo y ponte a trabajar! 

- ¡S-sí! - Con su plan fracasado, decidió intentar más cosas el resto del día. Intento hacer de todo, golpes en el abdomen no funciono pues todos los detenía, atacar a los pies tampoco era su debilidad los movía bastante rápido y por ende sus piernas tampoco era su debilidad, atacar a la cabeza fue inútil debido a los agudos reflejos que tenía...Todos sus planes siempre terminaban en fracaso y él terminaba regañado por su actitud tan infantil. 

- ¡Deje de holgazanear Knox! - Fue un regaño que se escucho en toda la oficina del moreno y de seguro también en todas las oficinas de alrededor, por alguna extraña razón que desconocía Ronald hoy William se veía mucho más molesto que de costumbre, como si algo más que su actitud le molestara...¿Pero qué era? - Tengo asuntos más importantes que usted Knox, retírese... 

- Lo que diga senpai...- Y se retiró dejando solo a William en su oficina, ¿qué fue lo que había visto? Estaba molesto, pero era como si en ese grito hubiera aprovechado para desahogar alguna especie de molestia ya antigua, ¿acaso lo que lo estaba molestando era su punto débil? Debía averiguarlo a como de lugar... Se quedo ya hasta muy tarde cuando la sede empezaba a estar semi vacía esperando a que el moreno saliera de su oficina, hasta que ya llegada la media noche y nunca salió. 

- Creo que eso fue todo... William senpai tal vez no tiene alguna debilidad - Se dio por vencido y con resignación decidió volver a su departamento para descansar y sanar las heridas que su frío senpai le había provocado. Si tan solo se hubiera quedado un poco más, hubiera visto como una presencia escarlata se hacía presente en la puerta de la oficina de su senpai pelinegro...

- Will...William - Grell recargó su cabeza en la puerta y dejo escapar un ligero suspiro - ¿Puedo pasar? 

- Adelante - Fue lo que dijo William desde el interior, al ver que el pelirrojo había llegado suspiro un poco desmotivado - Pensé que ya habías terminado por hoy Sutcliff...

- Sí lo hice, pero sabes muy bien que yo no puedo irme de aquí sin ti - El carmín sabía que el moreno lo iba a ignorar, así que de una manera bastante sigilosa se puso detrás de la silla en la que estaba sentado y rodeo con sus brazos su cuello a manera de abrazarlo - ¿Me extrañaste querido? Te sientes demasiado tenso...

- Sutcliff...¿en serio estas preocupado por mí o solo es una mentira tuya? - William intentó moverse un poco para liberarse de aquel abrazo pero no pudo y solo se limito a bajar la mirada un poco resentido - Dejame Sutcliff... 

- No, no lo haré - En un rápido movimiento logró sentarse de una manera algo provocativa en el regazo del moreno - No me iré de aquí hasta que me digas que sucede... 

- No es nada Sutcliff...Yo solo - A William no le salían las palabras pues el orgullo siempre lo rebasaba al momento de querer expresar sus sentimientos pero Grell sabía bien lo que esa expresión en su cara significaba, los recuerdos del joven Thomas Wallis que se rebelaron contra él en su examen para shinigami con frecuencia se mezclaban con los suyos como parca, no eran las espinas de la muerte pero podía sentir el dolor y la desesperación de Thomas en momentos bastante aleatorios que empeoraban cuando Will se sentía por si solo presionado o preocupado - En parte tienes la culpa Sutcliff...

- Lo sé querido, no debí asustarte al irme al mundo humano sin previo aviso ¿te lastimé mucho Will? 

-¡No tienes una maldita idea de la cantidad de recuerdos que llegaron a mi mientras tú estabas en la tierra jugando a matar prostitutas! - A pesar de que en su voz el enojo era más que evidente, su mirada estaba a punto de dejar unas pequeñas lágrimas escaparse - ¡No sabes como.. 

William no pudo decir más pues los rosados labios del carmín lo interrumpieron con un beso lleno de ternura, en otros momentos Grell hubiera sido golpeado y firmemente rechazado por el moreno pero esta vez no, en días como estos William apreciaba bastante estas muestras de afecto de su compañero incluso podía llegar un poco más que a eso...Pero no, esta noche Grell no quería aprovecharse de Will. 

- Sé que un lo siento no solucionará nada...Pero lo siento, lo siento tanto Will, no debí irme sin decirte nada - Dijo mientras se aferraba a él con fuerza y este correspondía aquel abrazo rodeando su cintura con sus brazos, el moreno no decía nada, solo dejo escapar sus lágrimas con esa libertad con la que solo ese pelirrojo le daba... Esas lágrimas que nadie más que el pelirrojo conocía y valoraba como debe - Will ya es tarde, estar aquí solo te hará más daño. 

- Creo que tienes razón - Will recuperó un poco de su compostura y quitando con suavidad a Grell de sus piernas se dirigió a la puerta de su oficina - Esta noche ¿vendrás conmigo Sutcliff? 

- Las noches que quieras iré contigo...- Dijo bastante alegre mientras tomaba la mano del moreno y seguir así su camino bajo el anonimato de la noche hasta el departamento del mayor. 


Todos tienen debilidades, incluso los seres sobrenaturales como lo son los dioses de la muerte... William no era la excepción, solo que a diferencia de las demás parcas, la debilidad de William no era física o se relacionaba con algún vicio, por supuesto que no. Su punto débil era algo mucho más espiritual, mucho más privado de lo que cualquiera hubiera podido imaginar y que debido al orgullo jamás admitiría en voz alta...Aún así, en parte estaba orgulloso de tener un punto débil que en determinados casos también era su mayor motivación y fortaleza en su día a día...


La debilidad de William T Spears es Grell Sutcliff...

FIN


Y pensar que esto nació de un pequeño rol que tengo en una cuenta de Facebook je je, ¿les gusto? Espero que sí. 

La debilidad de un shinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora