𝐇𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒 𝐈𝐈𝐈: 𝐄𝕝 𝐓𝕠𝕣𝕓𝕖𝕝𝕝𝕚𝕟𝕠

16 3 0
                                    

Aquel día estaba sentado en mi escritorio, con la agenda abierta, mirándola fijamente. Pensando en todo lo que tenía pendiente y que no estaba haciendo por estar ahí sentado, mirando, sin hacer nada. 

Había un pececito nadando en círculos sobre mi cabeza. No le di mayor importancia, porque casi todos los días hay algún pececito nadando por el techo de mi habitación; así que simplemente lo dejé estar. 

Como no podía concentrarme, mire mi estantería de libros en busca de alguno que me ayudara a desconectar un poco. Elegí una novela ligera y empecé a leerla, pero mi cabeza no dejaba de pensar en el pez. 

Al final me rendí, coloque el marcapáginas y centre mi atención en el animal, pero no estaba solo. Una medusa y un par de peces más se habían unido a él y estaban dando vueltas alrededor de la lámpara. 

Me estaba mareando viéndolos girar, así que me puse unas zapatillas y bajé las escaleras. Cuando llegué al portal estaba muy oscuro, como si algo hubiese tapado la puerta y no dejara entrar la luz. Tampoco podía escuchar a la gente de la calle. Era tan extraño que intenté abrir el portal, pero no pude. Definitivamente, algo había bloqueado la puerta. 

Volví a subir corriendo las escaleras hasta mi apartamento y miré por la ventana. Lo que había bloqueado la puerta era una ballena; casi doy un grito de la impresión, pero me contuve. Aterrado, vi como el gigantesco cetáceo se alejaba del portal y nadaba flotando por la fachada del edificio hasta empezar a girar en círculos sobre él. 

Podía imaginar a la ballena a través de mi techo, sobre mi cabeza y el resto de peces, que para entonces se habían multiplicado, y ahora les acompañaban también algunas anguilas, tiburones pequeños y calamares. 

Quería gritarles que se fueran de mi habitación, que me estaban molestando, pero no tenía voz; y, desesperado, me tumbé boca abajo en la cama, para no verlos, pero seguía sintiendo sus movimientos a pocos metros de mi, girando y girando y girando. 

Cuando reuní fuerzas para darme la vuelta, el techo de mi habitación era un completo desastre, con todo tipo de seres acuáticos nadando en círculos, formando una especie de espiral terrorífica sobre mi cabeza. Y cada vez más y más rápido, y yo, cada vez, más y más mareado; hasta que se formo un torbellino que me arrastro con ellos. 

Intenté evitarlo con todas mis fuerzas, pero no lo conseguí. Y en medio de ese caos, comenzaron a salir burbujas y sentí como mi cuerpo se deshacía entre ellas. Los dedos de mis manos primero, luego las piernas y el torso, y finalmente, mi cabeza. 

----------

Bueno, este no ha sido tan rompecabezas como los otros, pero aun asi lo he disfrutado mucho escribiendo. Espero que también lo hayáis disfrutado y os haya gustado la idea de desvanecernos en un torbellino de agua. 

Saludos Siseantes 🖤

Cuentos Para Antes de MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora