Capítulo 4-. Esto va a ser complicado ¿no?

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 “Esto va a ser complicado ¿no?”

La primera clase justo acababa de empezar y yo ya tenía unas ganas inmensas de volver a mi habitación a dormir unas horas más. No ayudaba el hecho de que el profesor era uno de esos que un poco más y no se le escucha de lo flojo que habla. Tampoco es que su asignatura me agradara mucho.

Noah y yo, situados en la penúltima fila en el lateral izquierdo, nos encontrábamos poniendo nuestra máxima atención en las palabras que iba dictando el profesor, al menos Noah porque yo me quedé mirando a Ayden, que estaba situado un poco más delante y a la derecha. Pensé en cómo decirle lo que Sky me mencionó el otro día. Me propuse que antes que acabara la mañana se lo diría.

Gimnasia, a tercera hora, muertos de hambre porque aún quedaba una hora para el almuerzo, genial ¿eh? Pues preguntármelo a mí porque me encontraba dando la séptima vuelta al campo y sentía como mis pulmones, mis piernas y mi cuerpo ya no podían más. No era muy buena para el ejercicio, que queréis que os diga.

Iba de las ultimas, aun que detrás mío tenía a un grupo de chicas de mi clase que en vez de correr, ellas se tomaban su tiempo, como si estuvieran dando un paseo por el centro comercial.

Justo en ese instante por mi lado pasó Ayden, que claro estaba que llevaba una vuelta más que yo. Aproveché ese momento ya que no había mucha gente alrededor. Solo me costó unos largos pasos para llegar a él.

—Ayden, espera, no vayas tan rápido—le dije. Él se giró un momento y vi como su paso era cada vez más lento.

—¿Qué pasa Smith?

—Sé que me dijiste que no y eso…—vale, no sabía cómo continuar ya que su cara era un poco bastante seria—pero quiero recuperar mi examen y bueno, solo son un par de semanas. —al ver que no decía nada introduje— No soy tan mala—intenté sonar amable y la última frase la dije con una sonrisa.

—Se puede intentar. —dijo con una sonrisa.

—¿Eso es un sí? —pregunté con poco aire. Necesitaba parar ya de correr.

—Hablamos luego ¿de acuerdo? —dijo él y se fue corriendo más rápido que antes.

Al acabar las vueltas yo estaba estirada en el suelo, en plan muerta. Finn se sentó y me puse a su lado. El profesor nos dijo unos cuantos más estiramientos antes de empezar el partido de baloncesto. Tanto calentamiento para luego yo no llegar a coger nunca el balón.

—¿Qué hacías hablando con el chico nuevo? —preguntó Finn.

—¿No te lo he contado? —dije. Ahora que recordaba solo le había contado esto a Sky la otra noche. — Un profesor me dijo que si quería recuperar el examen podía ayudarme con los estudios y hacer que se centre. Por lo que se y me ha contado Sky el chico ya era de esta ciudad, solo que iba a otra universidad y le echaron por motivos que desconozco. Era amigo de Jake de antes por eso se junta siempre con él y con Bethany.

—¿Has estado acosándole? —me miró sorprendido.

—No te pases—reí —Todo me lo ha contado Sky. Bueno no hace falta buscar mucho, todo el mundo comenta sobre él.

Pasaron las horas y las clases ya habían finalizado. No tenía mucho que hacer así que comenzé a deambular por los pasillos hasta que noté que mis tripas estaban rugiendo, era hora de merendar. Cambié mi rumbo y me dirigí hacia la maquina exprendedora que había en un rincón del campus. Marqué la tecla B4 y por la rejilla aparecieció un paquete de galletas con chocolate. Me agaché a cogerlas y al mirar abajo vi unos zapatos de chico, recogí el paquete y me puse derecha.

—Podemos intentarlo. —dijo Ayden con espalda apoyada en la maquina y sus brazos cruzados.

—Bien —contesté. —¿Representa que te tengo que ayudar con algunos exames, no?

—Correcto. También vigilar que no me meta en problemas. —dijo con una sonrisa malévola.

—No te pienso vigilar las 24 horas del día.

—Lástima ¿no?, es lo que más te gustaría hacer. —dijo acercándose a mi.

Preferí no contestar a eso y solo darle una cara de desaprobación por lo que acababa de decir.

—Mañana a las 7 en la biblioteca —contesté.

Dicho eso le di la espalda y me fui a las mesas del campus a sentarme junto a Noah que acababa de llegar.

Decidí que era hora de llamar a mis padres, desde que empezó el curso no había tenido mucha conversación con ellos ya que siempre les pillaba trabajando y ocupados o a  veces era yo la que no tenía tiempo.

A los tres pitidos escuché la voz de mi madre diciendo un cariñoso “¿Si? Maya ¿eres tú? No entiendo como va este cacharro”

—Sí, hola mamá, ¿Cómo estáis por ahí?

—Muy bien, papá esta durmiendo, ha sido un día de trabajo duro ¿cómo estás tú?

—Genial, todo bien por aquí, el sábado pasaré a veros.

Estubimos hablando media hora más pero tuvimos que colgar porque era tarde. Preparé todo el materia necesario para mañana y me estiré en la cama. Aun era pronto para irse a dormir así que cogí mis auriculares de la mesita que se encontraba al lado de mi cama y me relajé escuchando un poco de música. Le di al botón de aleatorio y la lenta melodía de Caught by the light de The Boxer Rebellion hizo que poco a poco me fuera quedando dormida.

—Maya, eh, ¡Maya!

—¿Eh? ¿Qué pasa? —dije mirando a Noah que estaba a mi lado. Estabamos en clase de física y al parecer había estado ida unos momentos.

—¿Qué pasa? Estabas en otro mundo— se rió pero vio que el profesor estaba mirando hacia nosotros y decidio ponerse recto y hacer ver que estaba prestando atención a la clase.

—Estaba pensando, solo eso. —dije yo en voz baja.

En verdad llevaba toda la hora pensando en lo que Bethany dijo esta mañana. Bajaba las escaleras cuando la vi hablando con una de sus amigas estaban de espaldas a mi sentadas en un banco así que no podían verme. Comentaban algo de Ayden y cuando iba por el ultimo escalón las oí pronunciar mi nombre. No quise enterarme, preferí no saber nada. No me gusta que hablen de mi a mis espaldas y menos si es Bethany, porque ella buscaba cualquier mínimo defecto para hundierte, y eso no iba a pasar, no otra vez.

—¿Estás bien? Tienes una cara preocupada, oye si ha pasado algo puedes contrarmelo Maya, sabes que estoy aquí contigo.

—Tranquilo, que no es nada—le sonreí para que no se preocupara.

Odiaba estos momentos porque Noah verdaderamente quería ayudar pero a mi no me gusta contar mis problemas, o tonterías como estas. Prefería guardármelo. Aunque eso no fuera una buena opción, porque podría traer problemas, no para el resto, sino para mi.

Eran ya las siete de la tarde, bueno, quizás era un poco más tarde pero que se le va a hacer si la puntualidad y yo no somos buenas amigas.

Me encontraba preparando los libros cuando vi que eran las siete y diez, dos minutos y llegaría a la biblioteca solo me faltaba coger el estuche.

Al abrir la puerta tuve que mirar a todos los lados porque no encontraba a Ayden en ninguna mesa. Hasta que lo vi sentado al fondo de la biblioteca en una mesa que tenía una gran ventana al lado donde había una bonita vista del bosque que había detrás de la universidad. Él estaba mirando por dicha ventana cuando llegué y me senté en la silla que había delante suyo.

—Esto va a ser complicado ¿no? —dije yo.

—Totalmente. —dijo él.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2015 ⏰

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