Capítulo 3

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- Si sigues así te quedaras ciego.

- Cállate. - dije mientras miraba desde mi gran ventana al chico del otro edificio.

- Llevas semanas haciendo eso. Lo miras con mucha adoración. Y ni siquiera te molestas en disimular. La vez que fuimos a recoger a Yoongi-hyung, tú, no podías quitar tus ojos de su trasero. Es más. Ya hasta creo que lo acosas.

- Es mejor que verte con tablas menores de edad.

- Te denunciaré por acoso a menores Tae. Ese niño no parece ser un chiste de un rato - amenazó riendo.

Tardé segundos en responder sin despejar mis ojos de aquel acto carnal tan erótico que le hacía el rubio.

- No seré yo el único que caerá. - tomé un sorbo de mi trago sin dejar de mirarlos.

- Solo es un niño. - musitó con arrogancia.

Si.

Solo es un niño, con un gran trasero redondo.

- Tu te acostaste con una chica de secundaria, y ni siquiera tenía senos grandes.

- ¿Cuál es la diferencia?. Ambos tienen casi la misma edad. - musitó deteniéndose algunas milésimas de segundos. - ¿Me equivoco?. - nuevamente habló y está vez susurró soltando una risilla malvada. - Además...- continuó. - "Mis tablas menores" no se hacen de rogar, y no me dejan con las ganas.

Reí sin querer ante su comentario. Tenía razón. Este niño me tenía a mil desde hace algunas semanas. Debo admitir que en nuestra apuesta él ganó. Mi maldito amigo ganó.

Se acostó con casi medio curso de secundaria. Y yo, desde que Nam me dejó con su silla, yo ya no puedo divertirme sin que el viejo verde de mi padre me llame a media escena de placer, sin contar con el molesto de mi asesor. Y para el colmo nunca más pude intentar con un chico. Las agencias y los centros de comunicación están al pendiente de con quiénes salgo. Todos piensan que mi ideal siempre fueron los senos y las vaginas. Pero ahora...ahora mi ideal es otra cosa que está frente a mí departamento.

Tampoco iba a dejar que insultara a mi nueva víctima. - La diferencia es que tú víctima está aún en un colegio. Y la mía es un universitario. - Di media vuelta y reí de lado mirándolo maliciosamente. - Hay mucha diferencia querido amigo.- reí de lado nuevamente, está vez golpeando dos veces con un dedo mi frente. - Mi chico tiene cuerpo y cerebro. Y... - caminé hasta él a pasos lentos con una sonrisa divertida y malvada.  Ya estando frente a él continúe, moviendo mi copa en círculos. - tu chica. Tu chica no debe saber ni cuánto es la raíz cuadrada de 10. - cambié mi expresión a una seria.

- Yo no quiero que en la noche venga un Albert Einstein y me de clases mientras lo hacemos. Prefiero una Kardashian. - tomó lo que quedaba del trago en un solo sorbo y se limpió la boca con dos dedos. - No quiero que me den clases mientras la estoy penetrando. Quiero que sea sumisa o sumiso. - agachó la cabeza hacía atrás sin quitarme los ojos de encima. - Tu me entiendes. - guiñó riendo.

- Tu solo piensas en placer.

- ¿Y tú no?. - reí ladeando mi cabeza. - Tae. Es para lo que nacimos. - dijo abriendo los brazos orgulloso de si mismo. - Para ser dueños. Para poseer, para recibir más, sin hacer nada.

Lo miré por unos segundos desde donde estaba y me senté a su lado mirando la gran ventana de mi departamento.

- Yo no quiero alguien solo con cuerpo. - dije mirando fijamente la ventana. Tratando de adivinar que más le estaría haciendo. Cuántos juguetes le estaría haciendo probar. - Si quiero algo...lo quiero completo. - me giré a verlo con una sonrisa ladina.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

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