Parte uno

1K 61 24
                                    

...

Ohhh... Enserio ¿De verdad está bien? ― pregunté sorprendida mirándolo directamente a los ojos, ya que no creía lo que él me estaba diciendo.

―Claro, después de todo es importante para ti Junhye―me dijo sonriendo de forma reconfortante, como si con su sonrisa me dijera que no debía dudar de mí misma.

―Pero, no te preocupa lo que dirán los demás, esto no solo me afecta a mí―suspiré recostándome en el sofá, no era la primera vez que hablábamos sobre esto, pero, nunca me atrevía a dar el paso...

Temía, temía avergonzarlo a él más que a nada que pudiera pasarme a mí misma.

―No importa lo que hagas o dejes de hacer, la gente hablará Junhye― me rebatió rápidamente ―además deberías saber que nada de eso me importa, lo que quiero es que seas feliz― comentó mientras se sentaba a mi lado y extendió sus brazos para que me acercara a él.

―Sé que tienes razón, pero...― me silenció con pequeño y rápido beso.

―Nada de peros, sabes que acordamos dejar eso de lado― me regañó antes de halarme y colocarme sobre su regazo ― si no estás lista podemos esperar― concluyó a la vez que me abrazaba haciéndome sentir protegida, como si nada pudiera pasarme siempre y cuando estuviera entre sus brazos.

Desde que lo conocí siempre había sido así, su sola presencia lograba calmarme hasta puntos inimaginables, él rezumaba confianza por todas partes, mientras que yo me ocultaba siempre que podía, no entendía todavía como una persona tan maravillosa y con un futuro por delante se había interesado en mí.

―Conozco esa cara Junhye― salí de mi ensoñación y lo miré ― ¿sabes que te amo cierto? ― preguntó a pesar de que ambos sabíamos la respuesta, por lo que sonreí y me fui acercando lentamente a sus labios sin dejar de mirarlo ni por un instante, él de verdad era...

...

*BIIIIIIIIIP BIIIIIIIIIIIIP BIIIIIIIIIIP*

Otro día más...― me levanté bostezando de la cama, desearía poder quedarme ahí durante más tiempo, pero no podía darme el lujo de perder mi único sustento.

Me preparé y seguí con la rutina de todos los días, bañarme, comer cualquier cosa que hubiese quedado de la cena, e ir a mi insufrible trabajo por unas 8 horas sino tenía que trabajar horas extra, la vida soñada definitivamente.

¡Jungkook buenos días! ― saludó mi vecina mientras salía al pequeño jardín del pequeño complejo de apartamentos en el que vivía.

―Buenos días, señora Lee―respondí cortésmente antes de dirigirme a la parada del autobús, rogando porque no estuviese tan lleno esta mañana.

Unos cinco minutos de espera, alrededor de completos extraños que intentaban mantener una ligera conversación con frases como "qué buen clima ¿no crees?" y "es una hermosa mañana" para no lidiar con los silencios incómodos, cuando finalmente llegó el bus, me subí y comencé a prepararme mentalmente para lo que seguía. Tenía suerte de que hoy fuera viernes.

En el momento en que nos estábamos acercando a mi parada presioné el botón, para indicarle al chofer que se detuviera, bajé del bus y luego empecé a caminar hasta que estuve enfrente del edificio de la empresa en la que trabajaba, me palmeé ligeramente el rostro, ya era tiempo de empezar.

A partir de una mentira (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora