Vampiro de un Demonio

~Capítulo 4~

      Lilith despierta en plena madrugada. Se sentía extraña, así que decidió salir a dar un paseo.

Era de noche y toda la ciudad estaba apagada. Era completamente oscuro. Lilith lo disfrutó por un momento, amaba estar a oscuras. Sin darse cuenta de que Lucas, vampiro al fin, la estaba persiguiendo en el aire.

De la nada sale de un callejón oscuro un maleante, cuyas intensiones eran robarle.

- Eh tú, dame todo lo que traes -

- No quiero -
Lo ignora

- ¿Intentas desafiarme? -

- Por gente como tú es que existe el infierno -
La mirada fría se encontraba con la del maleante. Cuando la fue a atacar, de la nada apareció Lucas, y de una patada lo dejó inconsciente.

- Me salvaste amorcito -

- No creas, sólo pasaba por aquí -

- Ya veo -

Lucas sintió hambre y comenzó a tambalear se un poco, necesitaba beber urgentemente.

- Miren eso, mi amorcito está hambriento -

Lucas intentaba controlarse, pero su sed era demasiada.

- Está bien, supongo que no puedo ver a mi amorsito sufrir de esa manera -
Se agacha a su lado y mueve su cabello mostrando su cuello
- Vamos, bebe -

- No... Te mataría... - Dice pausadamente

- No lo harás -
Lucas se negaba a morderla. Así que ella agarró su cabeza por la nuca y le hizo beber de su cuello.
A Lilith le encantaba esa sensación de dolor, pero a la vez tan placentera.

- ¿Cómo es que tu no mueres? -
Pregunta él

- Shh... Sólo cállate -
Lucas estaba prácticamente acostado en el suelo. Lilith pasó su pierna por encima de su cintura, quedando Lucas en el suelo y ella encima.
Ella comenzó a olerlo muy cerca de su cuello y a jugar con sus labios. Lucas no podía negar que lo estaba disfrutando y mucho. Se sentía extremadamente placentero. Su cuerpo comenzó a acalambrarse, al parecer ninguna chica hasta ahora le había hecho sentir así.
Serró sus ojos y quiso dejarse llevar por ella. Cuando fue a entregarse, Lilith lo detuvo

- No tan rápido, parece que al fin aceptas que eres mío -

Lucas estaba callado, sólo la miró fijamente, él estaba completamente excitado.
Lilith se levantó decidida a volver a la escuela. Lucas se levantó, pero volvió volando.

- Sabes que eres completamente mío -
Se decía Lilith a sí misma.

Ya era el día siguiente, se suponía que habría una reunión familiar. Donde los padres visitaban a sus hijos después de un tiempo, porque por supuesto, la escuela Elmaround, por ser privada era becada.

Antes de que comenzaran a llegar los padres, Lilith vio a Lucas besándose con Lía. Entonces decidió acercarse y darle su hermoso regalo.

Lo sorprendió por detrás poniéndole una gargantilla, rodeada de pinchos poco filosos. Lucas se voltea

- ¿Qué haces? -

- Es tu regalo -
Lucas intenta quitárselo

- ¿Qué es exactamente esta cosa?, ¿por qué no me la puedo quitar? -

- Eso, amorcito. Es una gargantilla, que hará que cuando quieras hacer algo con alguna chica, te debilite. Y sabes que soy la única que te puede dar toda la sangre de este mundo -

- ¿Estás loca? -

- Ya te dije, eres mío y no te pienso compartir con nadie. Así que le puedes decir a esa pequinés que se vaya -

- ¿Cómo me dijiste? -

- Se supone que los perros tienen buen sentido auditivo, así que creo que escuchaste perfectamente que dije -

Estaba claro que terminarían peleando. Pero en ese momento comenzaron a llegar los padres.
Por supuesto, el padre Lilith no se presentaría ahí. Todos estaban con sus familias, mientras que Lilith se encontraba sola, sentada al borde de de azotea como siempre. Era el lugar donde había menos luz, por eso le gustaba sentarse ahí. Solitaria miraba a todas partes. Vio a Lucas con su padre. Y fe allí a molestarlo un poco.

- Hola suegrito -

- Lucas, ¿quien es ella? -

- No es nadie no te preocupes -

- ¿Cómo puedes decir eso amorcito?. Encantada, soy la novia de su hijo - 
Todos se voltearon hacia ellos. Lucas la tomó del brazo y la llevó a un lugar un poco más privado

- Escucha, mi padre realmente detesta a los humanos. Si le dices que eres mi novia o me castiga a mi, o te mata a ti, una de dos -

- Vaya, ¿estas aceptando que soy tu novia? -

- ¿Cómo puedes pensar eso incluso ahora? -
Lilith se acercó a él rozó sus labios por su mejilla y le susurró

- No te preocupes amorcito, nada de eso sucederá -
Se marcha dejándolo solo.
Al volver donde estaban el padre de Lucas se refiere a Lilith

- Tú eres un humano, ¿cómo es que estas en esta escuela? -

- Fácil, me inscribí como monstruo y aquí estoy -

- Nunca pasara nada entre tu y mi hijo, me encargaré de suspender te y que no vuelvas -

- Lo que supuestamente pasará entre su hijo y yo, ya pasó, ahora él es mío. Y respecto a lo otro, puede intentarlo, pero será en vano -
Le sonríe y se vuelve a su habitación.

- Hijo, ¿cómo puedes dejarte influenciar por un humano? -

- ¿Qué quieres que haga?, ella está completamente loca. ¿Ves esta cosa?, no me deja acercarme a otra chica más que a ella. -

- ¿Cómo es que has llegado a meterte con ella? -

- A decir verdad, un día tenía hambre y la fui a morder, habló algo de un pacto que firmaría si la mordía. Donde le pertenecería a ella o algo así-

- Conozco ese pacto. Pero sólo puede ser hecho por un demonio, el más poderoso de todos. Esa chica... Me resulta familiar... -

- ¿Qué?, ¿así que ella es un demonio? -
Lucas se volteó y al volver s hacerlo su padre ya no estaba...
Fue a la habitación de Lilith, que estaba en el balcón.

- Así que tu eras un demonio -

- ¿De qué hablas? -

- Mi padre me dijo que ese pacto sólo puede ser hecho por un demonio -

- No realmente. En la actualidad todo tipo de monstruos puede hacer ese pacto. Lo hacen los enamorados, es un pacto para pasar juntos toda la heternidad -

- ¿Que?, eso quiere decir que estaré atado a ti por toda una heternidad? -

- Exactamente -

- Genial, has arruinado mi vida. Tengo que estar así por tu culpa... -
Lucas se marchó furioso, y Lilith no quiso hacer nada. Era normal que él estuviera así.