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Aquella escena, para mí buena o mala suerte, no duró mucho; debido a que un hombre de notable tercera edad, se acercó a librarme de las manos de Holly, sosteniendome de mis caderas como si no le pesará nada. Sus ojos azules eran bellos, la manera en que su barba y cabellos estaban teñidos en aquella gris era tan estructurada y bonita que, me perdí por unos breves momentos antes de oírlo hablar.

— ¡Holly, ya vas para los cincuenta, no deberías comportarte de esa manera!. — Su voz no sonaba amenazante en cuanto a su regaño, era fuerte, sí, pero no sonaba molesto, sonaba más bien autoritario de, alguna forma, más suave. Mi papá cada que me regaña suena como si me fuera a invitar un pavo al horno, sólo que yo soy el pavo en el horno; no me es extraño o amenazante que sea así, ser guardaespaldas es duro, requiere mucha concentración, disciplina, y mucha habilidad, no me sorprende mucho que sea así.

En cuanto oigo la risa de Holly, parpadeó, y no evito bajar la cabeza avergonzada. Me siento un poco como una muñeca siendo agarrada tan libremente; exceptuando a Keith, ese me hace sentir como si fuera su hermanita pequeña, protegida en términos generales, como si siempre fuera a estar para mí ... A veces me gustaría simplemente pedirle a Keith que fuera mi amigo, pero algo siempre me lo impide, y ese algo apesta a veces, porque realmente quisiera un amigo, sin importar mucho su personalidad, o sus defectos en general. Me llegó a sentir tan sola que, me da miedo estar así por siempre, es un miedo tan grande que no se lo puedo decir a mi psicóloga, cada que trato de decírselo, cambio el tema, porque me siento con un nudo que no le permite hablarlo muy bien.

Esos dos se quedan hablando un rato más, el de mayor edad aún no me suelta ... Esto me está poniendo muy incómoda; tocó su brazo con delicadeza para que me ponga atención un minuto, pero parece no reaccionar. Dejo salir un suspiró, esto me pone de nervios, nadie me ha tocado la cadera. Nadie fuera de la familia, y Keith, claro, es raro ser tocada por alguien que no conozco, por un posible conocido o familiar de esta mujer. Quiero que realmente dejen de tener su charla sobre que tan linda me veo estando sostenida por él, sobre el como mi ternura no podía evitar que se pusiera en ese modo.

Tan sumidos estaban, que alguien logra sacarme de ahí. Veo su rostro, y sus ojos violetas son lo primero que admiró antes de notar la cabellera roja ... Es Kakyoin Noriaki. Él me deja en el suelo con amabilidad, y una sonrisa dócil, linda, que no evito sentir que olvidó un poco lo avergonzada que estaba, sonriendo de forma leve, suave, de vuelta.

— ¿Estás bien?. — Me pregunta, yo sólo asiento, bajando la mirada. Él ríe con suavidad, y me ofrece un asiento a su lado, estoy cercana a un chico de cabellos blancos, que usaba aretes de corazones partidos, que hacían un lindo match. No muy lejos de él, se hallaba una persona cuya piel morena y cabellos negros captaron mi atención.

Siento que estoy temblando como un Chihuahua, aprieto un poco mi ropa, respiro de la manera correcta; estoy consciente de que produzco Hamon, pero de verdad debo tranquilizarme. Es muy raro encontrar usuarios Hamon, están casi extintos, pero tomar precauciones para no hallar alguno no está mal.

No mucho después, la conversación entre Holly y aquel señor termina con ella llendo a preparar la comida y este nuevo hombre a conocerme de forma apropiada. Toma asiento de aquel chico de gabardina negra que conozco muy bien, aunque el ... No me conozca.

— Así qué, ¿______?, ¡Que lindo nombre!. — Empieza a hablar aquel hombre. Me siento muy observada, tanto que me hace sentir como una pulga. Aparte de que estos hombres son más altos que yo, sus presencias me hacen sentir muy pequeña.

— Gracias, um ...

— Joseph Joestar, padre de Holly, abuelo de Jotaro. — Lo veo abrazar al mencionado con sólo su brazo, mismo quién sólo se oculta bajo su gorra y desvía la mirada a otro lugar. Es tierno.

⛀⛁▮вα૨૨૯૨α ∂૯ ઽ¡ℓ૯ท૮¡ѳ [Jotaro x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora