Cursed JJK +18 PRIMERA PARTE (EL REFUGIO)

I Parte

Tenía un dolor de cabeza horrible, no comía nada desde la mañana del día anterior, no quería bajar a comer, estaba tan enojada. Mi habitación estaba desordenada, la noche anterior tiré todo al suelo en un ataque de ira, mi habitación era hermosa, se notaba la ilusión que tenía la persona que la decoró.

Mi "madre" está tocando a mi puerta furiosa, me pide que abra y quiere que la deje entrar. En fin, es su casa, no puedo impedirle hacerlo.

-Buenos días Paulina- digo viéndola directo a los ojos, los míos estaban rojos como escarlata de tanta ira contenida y lágrimas derramadas.

-Necesito que bajes ahora mismo- Suelta la mujer sin mostrar ninguna expresión.

-No quiero, no quiero verte, ni a ti ni a tu esposo- Intento cerrar la puerta, pero ella me lo impide, toma mi delgado brazo y me saca de la habitación en un instante.

-Hoy no vamos a intentar conversar, ni te voy a regañar, necesito que veas a unas personas- Mierda.

Llego a la sala y ahí estaban, ya lo sabía.

-¡Hola Karolina! ¡Hola Franco! ¡Qué alegría verlos por aquí de nuevo! sinceramente no esperaba su visita tan pronto- Exclamo con una emoción sarcástica que me salió a la perfección, incluso yo sentí un poco repudio al escuchar semejante irreverencia.

Ellos no dicen nada, simplemente me lanzan sus miradas fulminantes, la mujer niega levemente con su cabeza, mientras que el hombre muestra una pizca de una emoción distinta, creo que es lástima, ¿será eso? ¿será compasión? me importa muy poco.

-Eva, trae tus cosas, ya te he explicado esto antes.. si quieres te lo puedo repetir en el auto- Habló el hombre primero-Karolina se encargará del papeleo con la familia, tú y yo nos vamos.

~

Karolina y Franco ya eran viejos conocidos míos, son agentes de la Oficina Nacional de Adopciones. Los agentes ahí se hacen llamar padrinos, según ellos en un intento de familiarizarse más con los niños, a mí me parece un intento despreciable, en fin, habrá algún tonto que piense que de verdad los "padrinos" se preocupan por nosotros.

Esta es la tercera vez que unos padres me devuelven, esta vez duré tan solo una semana, ya había destrozado mi habitación y un par de cosas más, tal vez cosas preciadas por la familia, como esa máquina de escribir que parecía vieja y costosa. Pero bueno, ¿cómo iba a saberlo yo? apenas tengo 15 años, no sé nada de reliquias ni tesoros familiares, no me pueden culpar ¿o sí?

Si, tengo 15 años, pero por mi aspecto podrían engañar a cualquiera y decir que tengo 10, soy muy delgada, bajita y suelo usar ropa ancha que oculta mi cuerpo, además tengo la habilidad de hacer que mi rostro parezca el de un cachorrito en apuros, aunque en realidad estoy muy lejos de eso.

En mi primer hogar fingí tener problemas de desarrollo mental, incluso me hice en mis pantalones, Dios, definitivamente me pasé, debieron ver el rostro de esa mujer, ella sabía perfectamente que yo lo hacía con mala intención, sin embargo, no podía hacer nada al respecto. Solo podía llamar a Franco de nuevo, jaja.

Luego, en la segunda casa pillé a mis nuevos padres teniendo relaciones sexuales en la cocina durante la madrugada, vaya que situación más incómoda, al menos para ellos. Yo me acerqué y ellos corrieron a taparse con algunas prendas que habían tirado por ahí. Puse mi cara más inocente y les dije que si me podrían incluir en su juego, que se veía bastante divertido, su cara era un poema, ellos trataron de solucionarlo, explicando con algunas palabras asustadas y sin sentido que lo que vi no era un juego de niños y.... no pude evitarlo, me tuve que reír, joder, me salió una risa tan desvergonzada, estas personas eran realmente patéticas y claramente se dieron cuenta que les estaba tomando el pelo. Al siguiente día estaban mis amigos Franco y Karolina en la sala de casa, esperando por mí.

~

-Bien niña sube al auto, vamos de nuevo al refugio- dijo él- Ponte el cinturón, te diré lo que va a pasar- Y así inició con su larga y repetitiva charla sobre trámites, consecuencias, asuntos legales, y algunas reprimendas por mi comportamiento e intentos de consejos vacíos.

Al llegar al orfanato tomé mi mochila para salir del auto, no tenía muchas cosas, solo algunas prendas y ningún recuerdo o fotografía. Me dirigí a la que era mi habitación, donde había 5 camarotes para 18 niños, en la cama donde solía dormir había un niño pequeñito de 4 años, estaba distraído con algunas piezas de algún juguete viejo. Era rubio, de ojos color miel, bastante delgado y bajo de estatura para su edad, como todos aquí, aunque con una risa que iluminaba cualquier día gris, ablandaba cualquier corazón de piedra y sacudía cualquier amargura.

-Hola Jimin- Le saludé con mi mejor sonrisa.

-¡¡Hermanita!!- gritó el niño, corriendo y saltando de alegría para llegar a mis brazos- ¡Te extrañé tanto! he tenido muchas pesadillas, no quiero que me dejes otra vez, no te vayas por favor, quédate conmigo- dijo haciendo un puchero y con sus ojos cristalinos. Me partía el alma verle triste.

Era mi hermano, mi pequeño hermano, lo único que me importaba en todo el mundo, solo por él movería el planeta entero y destrozaría a quien tuviera que destrozar, rompería el sueño de quien fuera por él, sencillamente haría lo que fuera por él, todo el amor que podía existir en mi descuidado cuerpo estaba dedicado a él, mi destello de luz.

-Jamás te abandonaré muñequito, haré lo que sea para que estemos juntos por siempre, te lo prometo- besé su frente y lo acerqué a mi pecho.

Dios, amo tanto a este niño, nunca dejaré que nadie lo lastime, que nadie lo toque. No importa si nos tenemos que separar siempre y cuando él tenga un buen futuro y una familia que lo ame y cuide. No me importa lo que pase conmigo, yo puedo recibir lo que sea, ir donde sea, pero él, él tiene que estar a salvo y aquí en el refugio, sólo yo lo puedo cuidar y proteger como se debe.

Primer capítulo, espero que les guste :D

Dibujo hecho por Bria