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───────────── 𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧 𝙀𝙡𝙡𝙞𝙤𝙩.
Risas, miradas, botellas de alcohol y confusiones.
Recordando a pedazos cortos todo lo que había sucedido la noche de ayer, sabía lo que había pasado. Por supuesto lo sabía, pero había sido justo lo que necesitaba. Mi juventud de vuelta.
—¿Señor Elliot? —tocaba alguien a la puerta de aquella cabaña.
—Joder, apenas abro mis ojos —murmuré y caminé hasta la puerta.
—Es...
Al retirar el cerrojo y abrir la puerta, del otro lado se encontraba Beatrice, otra de las docentes del instituto, quien pareció olvidar lo que estaba por decir al mirar mi trozo desnudo.
—Importante —por fin completó.
—¿Que?
Sonaría borde, pero no tenía ganas de hacerle conversación, se muy bien quien es, y a pesar de ser una mujer atractiva, no tiene nada que me interese. Por más que intente cruzarse por mi camino siempre pensando que conseguirá algo.
—De hecho, es una emergencia.
Rodé mis ojos y me apoyé en el plomo de la puerta, —Pff ¿Pero que coño ocurre? Es "emergencia" y comienzas a enrollarte Beatrice.
Bastó con escuchar el nombre del chaval, para darme la vuelta.
—No me interesa, nos vemos.
—Y grace.
¿Eso era algún tipo manipulación? No dudaría que esa mujer loca estuviera vigilándome y pensara que con mencionar a Grace iba a conseguir algo.
De todos modos me detuve y le di tiempo a hablar.
—Que ocurre con ella —intentando sonar indiferente.
—Llevan aproximadamente dieciocho horas desaparecidos.
Solté una carcajada.
—¿Estás de broma no? ¿Y por qué coño vienes a decirme eso a mi? ¿Crees que debo resolver la vida de dos adolescentes hormonales? Seguramente se piraron a jugar ¡Yo que se!
