Capitulo 3:El Sombrero Parlante y ¡Cállate Conciencia!

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Capitulo 3:El Sombrero Parlante y ¡Cállate Conciencia!

Caminé por los pasillos buscando el Gran Comedor, (debí encontrarlo más rápido ya que su nombre lo decía todo), me distraje pensando, ¿Cómo sería la apariencia del sombrero parlante?, y me prometí a mí misma que cuando regresa a casa me compraría uno de esos.

Llegué a lo que debían ser las escaleras, puse un pie en el primer escalón y de la nada ¡se movió!, resbalé; todo lo vi en cámara lenta, cuanto pensé que sería mi fin (lo sé, soy muy exagerada), sentí unas cálidas manos sosteniéndome de la cintura ; suspiré aliviada, luego, al darme la vuelta en los brazos de mi salvador, me encontré con sus ojos, un hermoso color azul, como el cielo.

Nos quedamos mirándonos, hasta que yo desperté de mi fantasía y le dije:

- ¿Podrías soltarme, por favor?-y eso que por favor no es mi palabra favorita.

-Lo siento- se disculpó y me ayudó a levantarme, hasta que quedamos frente a frente, era alto, parecía unos años mayor y era muy lindo.

"¡No, no y no!, no me puedo enamorar; él no es lindo Mara, parece un fideo y además ni siquiera lo conoces- "decía una vocecita en mi conciencia.

- Mara, Mara McFarland- me presenté, y le tendí la mano para que la estrechara, se presentó:

-Fred Weasley - La estrechó, sentí una corriente eléctrica al sentir su piel, nuestras manos quedaron unidas más de lo necesario, al darme cuenta, la separé rápidamente.

"Un lindo chico, con un lindo nombre, ¿eh?"- decía mi conciencia, "¡no te metas!", le grité interiormente.

- Eres nueva, ¿no?- me preguntó

- ¿Cómo lo supiste?- le pregunté notablemente sorprendida

-No será porque...- comenzó diciéndome sarcásticamente- tienes el uniforme de los de primer año y además porque no hay mujeres tan lindas como tú por aquí

Quería sonrojarme, pero no, ni siquiera lo conocía; mientras pensaba en eso, mi conciencia me gritaba:

- "¡Sonrójate, sonrójate!"

Me di una cachetada para callar a mi conciencia; y Fred miraba a otros lados para que no lo viera reírse.

- ¿Podrías llevarme al Gran Comedor por favor?- le pregunté, quería irme y no volverlo a ver.

Hoy estoy usando mucho esa palabra.

Asintió con la cabeza, estuvimos callados todo el rato, hasta llegar a unas grandes puertas, supuse que eran las del comedor, me dispuse a entrar, pero Fred me tomó del brazo y me dijo:

- ¿A qué casa quieres entrar?.

En vez de responderle, le pregunté:

- ¿En qué casa estas tú?

Me sonrió abiertamente y me respondió:

- Gryffindor, donde habitan los valientes y de buen corazón.

Me abrió la puerta, se adelantó y me susurró rápidamente en el oído:

-Espero verte allí

Y salió fugazmente hacia la que debía ser la mesa de Gryffindor, se sentó junto a un chico igual a él, debía ser su gemelo, ¿Qué detalles los que olvida la gente, no creen?, y junto a un moreno de cabello negro.

Todos se quedaron mirándome, caminé rápidamente hacia unos enanos, que tenían mí mismo uniforme .

El fabuloso Sombrero Parlante, que ya estaba muy arrugado y sucio, comenzó a cantar una canción, que para mí, no tenía sentido alguno:

La caja mágica: Una Muggle en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora