El enamorado y la muerte (GiornoGiovvanaxtu)

Epílogo

Un sueño soñaba a noche.  A noche mientras dormía.

Con los rayos de sol y un leve sonido comenzó a despertarse. Aquellos ojos aguamarina, brillantes e hipnóticos, pestañaban con gracia y lentitud mientras trataba de acostumbrarse a la luz que entraba por el enorme ventanal de su habitación.

Su cabello estaba hecho un completo lio, con sus rubios cabellos cual campo de trigo hechos una maraña desastrosa, pero sin importar que tan impresentable consideré que este, para mi seguirá siendo tan o más apuesto que el día que lo conocí, de eso hace mucho tiempo ya.

Con una serena sonrisa de las que solo el me la podía ofrecer, comenzó a incorporarse en su enorme cama donde solo él dormía. Su desayuno estaba hecho como todas las mañanas, caliente y listo para ser degustado. Esta mañana tenía el placer de degustar aquel café tan aromático que siempre le había fascinado, acompañada de su porción de pastel favorito, limón con un poco de dulce glaseado de frambuesa por encima junto a la miel que nunca podía faltar para sus tostadas. Tras un delicado bostezo de su parte comenzó a comer en silencio mientras seguía disfrutando de mis agiles dedos a la hora de tocar el piano de cola blanco que había en su alcoba.

Con las notas dulces y agudas, el parecía estar tratando de recordar alguna fecha importante del día de hoy, pero por aquella cara de fastidio que poseía deduje que no tenía ni siquiera idea de en qué día vivía, lo cual me parecía natural. Con Bucciaratti de vacaciones por el nacimiento de su segundo hijo, y Fugo de vacaciones con su novia, no tenía a nadie quien le ayudara con la organización de los territorios y la administración de sus recursos. A veces se preguntaba cómo es que el antiguo líder de la organización lograba hacer todo ese papeleo molesto y toma de decisiones el solo, que, aunque siempre lo considere despreciable por todo lo que hizo, aquella parte me parecía levemente admirable. Pero como no le conocía no tengo idea de cómo se las arreglaba, espero de todo corazón que haya tenido problemas y de los grandes a la hora de organizarse.
No me di cuenta que su figura estaba a mi lado, sentado, hasta que comenzó a acariciar las teclas que yo no había continuado por culpa de mi distraída mente que se había ido a otro lugar. - Vasta de adivinanzas, mi hermosa princesa de miel, dime ¿Qué me estoy olvidando? -

No pude evitar soltar una ligera risa mientras le miraba. - Es 16 de abril. -  Contestes mientras una ligera carcajada se escapaba de mis labios al ver su cara tan patidifusa, pero su siguiente pregunta fue la causante de mi estallido de risa.

- ¡¿Estamos en abril?! -

Tuve que sostener mi estomago por culpa de las carcajadas mientras él fruncia el ceño con molestia. Tras soltar una leve disculpa seguimos tocando nuestra canción favorita mientras disfrutábamos la paz y el silencio de nuestras voces, concentrándonos solamente en el hermoso cantar de los pájaros del jardín y las envolventes notas que disipaban la angustia y el estrés del ambiente.

Llegados a un punto, nuestras manos casi se habían rozado en cuanto llegamos a cierto punto de la canción. Con rapidez y abrupción, me levante para alejarme de él lo más que pudiera. Su mirada entristeció, aunque comprendía a la perfección el motivo por el cual no podíamos estar juntos, le disgustaba tanto como a mí.

Ahora, el esta amargado, pero con una tenue sonrisa le hice saber que no tendría que preocuparse de nada, o al menos no por hoy. - Termine todo tu papeleo por la noche. - Ahora su ceño estaba aún más fruncido que antes, no le gustaba que yo me metiera en este tipo de decisiones ya que no soy parte concreta de su equipo. No quería que supiera de las cosas horribles que a veces debía de hacer, pero mi amor y preocupación por el eran más fuertes e importantes que cualquier regaño.

- ______(Carina) . . . - Dijo mi nombre con severidad.

- Giorno, no me gusta verte siempre tan estresado. - Respondí antes de que pudiera renegarme. Suspiro, realmente parecía cansado. Enrede con algo de nerviosismo mis manos sobre mi vientre mientras trataba de dedicarle una sonrisa. - Deberías tomarte el día libre hoy, no solo a ti te vendrá bien; Mista y Narancia también deben estar exhaustos por esto. Risotto también menciono que le gustaría pasar más tiempo con su hijita ¿Por qué no darles el día libre a ellos también? -