Capítulo II

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Mi madre y yo aún caminábamos por la ciudad, la noche se estaba aproximando fue entonces que chocamos con unos guardias...
- disculpe señor.
- usted debe ser nueva en la ciudad, le recomiendo a usted y a su hijo que no estén merodeando de noche por la ciudad.
- ¿Y eso por qué?
- Porque los jóvenes como tú no pueden andar por ahí... - le susurra a la madre de Enma -Señora últimamente han estado saliendo algunas criaturas por la noche para evitar riesgos por favor vaya a casa.
- De acuerdo, disculpe por la molestia.

En lugar de ir a casa mi mamá me quería mostrar algo, me dijo que cerrará los ojos ya que era una sorpresa, me sorprende que mi mamá piense todavía que soy un niño sé exactamente qué me mostrará la tienda de papá, en su defecto al quitarme la mano de los ojos Vi la tienda de mi padre pero no me imaginaba como iba a quedar, quedé asombrado por el lugar mientras mi padre me mostraba todo el sitio, el carruaje estaba bien guardado y los caballos amarrados, se podía visualizar todo el entorno.
- ¿Y bien hijo? ¿Te gusta?
- papá esto es increíble... Se ve mejor que cuando están en el carro.
- Claro hijo, hay más espacio, tengo un mostrador donde colocar los objetos, además acabo de cerrar un trato con un proveedor me traerá algunos objetos mágicos de valor.
- ¿Lo dices en serio Magma?
- Claro Ruby, te dije que íbamos a mejorar, cada movimiento que hago es para nuestro futuro. -mira fijamente a Enma- Hijo.
- si, papá.
- mañana estarás conmigo hasta el medio día, te enseñare a vender.
- ¡Magma! ¿Para qué le vas a enseñar a vender acaso...?
- Si Ruby le enseñare a nuestro hijo lo necesario para que dirija la tienda.
- ¿Y eso Amor?
- no te preocupes, en un futuro tendré que usar aquel carruaje para hacer rutas de comercio en diferentes ciudades y si nos va muy bien pronto en toda la región.

Mis padres empezaron a discutir... Buej solo mi madre, mi papá seguía con su ambición de hacer que nuestro apellido perdurará por los siglos, quería convertirse en el mercader de un renombre altísimo para sus futuras generaciones y claro quien debe dar esas generaciones soy yo... Los ojos de mi padre rebosaban de energía, ese brillo parecía iluminar toda la sala pero no podía dejar de pensar en esa academia, la palabra aventurero me generaba una curiosidad increíble además aquel combate me dejó inquieto.
- Magma... -dijo con una voz fuerte
Mis padres se quedaron sorprendidos en toda mi vida nunca he llamado a mi papá por su nombre y hacerlo está vez imagino que lo deje sorprendido.
- ¿Qué pasa Enma?
- Mi mamá me mostró la ciudad, bueno lo escencial que debía conocer de la ciudad.
- ¿Y que con eso?
- me mostró la academia, incluso entramos, había personas entrenando y en la sala de entrenamiento al centro había un combate.
- Continúa hijo -se sienta-
- Amor es solo un niño.
- Ya no es un niño Ruby el tiene 17 años está en edad en decidir que hacer con su vida.
- Quisiera ir a la academia para aprender a combatir.
- ¿Combatir dices? - Mira a Emma furioso - Enma ser un aventurero no lleva a nada bueno creeme lo que lees en los libros esas historias son simple fantasía la realidad es mucho más cruda.
- Solo quiero que me lleves.
- No. -niega rotundamente- ningún hijo mío se volverá aventurero, nuestro oficio es mucho más fácil y es menos peligroso.
- ¿Me vas a llevar?
- Te dije no. Enma, te prohíbo ir a la academia.
- entonces ire en cualquier momento.
- Enma -le grita- no me provoques como tu padre no me hagas repetirme.
- Mis amores, por favor ya basta. No me gusta que se estén peleando.
- Pero mamá solo le pedí que me llevara a la Academia y por mero capricho no quiere.
- Enma soy tu padre hazme caso si te digo no es ¡NO!
- NO ME JODAS ¿QUE CULPA TENGO QUE NO TE GUSTE LA ACADEMIA? NADA MAS PORQUE ERES UN VIEJO QUE SE DEDICA A VENDER COSAS. -Enma se molesta- LES HE HECHO CASO TODA MI VIDA NADA MÁS PORQUE QUIERO IR A ESE LUGAR, A MI NO ME...
-suena una cachetada-
- Mamá... -solloza-
- Ruby... Tú...
- respeta a tu padre Enma, te criamos con amor y te enseñamos a respetar a los demás, no permitiré que faltes el respeto de esa manera.
- Mamá... -llora- no me tenías que pegar de esa manera.
- ¿Quieres aprender a combatir? Solo te di una cachetada y mira como reaccionas estás llorando, para un guerrero llorar es derrota, si no soportas una simple bofetada no aguantarlas los golpes de la vida.
- Pero... mamá...
- Enma ve a dormir mañana hablamos.

HarssentiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora