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Sentado en la ventana de su habitación junto a su hermano, miraban atentos y con sorpresa el gran camión de mudanzas estacionado junto a su casa, del cual descargaban decenas de muebles y una infinidad de cajas.

—Sólo espero que mamá no los vaya a asustar y terminen por mudarse de nuevo tan pronto. — Decía el peli gris posando la mirada en su madre qué salió corriendo rápidamente del lugar para darle la bienvenida a los nuevos vecinos, justo como la mañana anterior.

— ¿Tú crees que ella realmente es así? Es bastante alegre pero nunca la he visto actuar tan de esa forma.

—Eso es porque hace años que vivimos solitarios en esta cuadra, creo que mamá necesita alguien con quien pueda chismear y pasarle sus ridículos catálogos de maquillaje.

—Tú no hablas de esa manera... ¿hay algo que te incomoda?

—Más bien, yo lo llamaría "intriga"

— ¿Vas a contarme? — Su tono de voz se elevó sintiendo cierto entusiasmo, para que mentir; amaba el chisme.

—Escuché que la mujer es divorciada y tiene un hijo que no sobrepasa nuestra edad y bueno... por lo que veo, ella es muy bonita. — Atrapó su labio inferior entre sus dientes evitando sonreír. — Seguramente el chico debe ser lindo...

— ¡Oh por dios TaeHyung! Te gusta un chico que ni siquiera conoces. — Cubrió su boca con sus manitos exagerando su sorpresa.

—Pero lo haré pronto. — Alzó sus cejas repetidas veces. — Escuché que mamá dijo que los invitaría a comer

—Creo que podría cancelar mi salida con aquella chica molesta.

— ¡Oh no... no lo harás!

— ¿Por qué no? Si sufres un colapso nervioso puedo ser útil... no es la primera vez. — Sonrió ligeramente el chico de cabellos rubios.

TaeHyung suspiró derrotado pues, de cierta forma, el rubio podía ser realmente su salvación por si el sujeto llegaba a ser realmente atractivo. Recordando aquella ocasión en la que el guapo presidente estudiantil, Park Chanyeol, sólo le habló para asuntos escolares y éste se quedó en completo shock admirando su belleza a tan escasos centímetros. JiMin de mala forma, tuvo que pellizcarle un brazo para regresarlo de su estado de trance y que no pasara más tiempo haciendo el ridículo frente a su enamorado. Aunque gracias a eso, logró unas cuantas citas, que tristemente, nunca llegaron a algo más avanzado y formal, dejando a un TaeHyung en algún tipo de depresión que desapareció en cuestión de horas.

No muy forzado, entonces aceptó la grata compañía del pequeño JiMin.

De un momento a otro, su madre ya no se encontraba en el patio de al lado sino junto a ambos chicos.

—Park

— ¿Quién? — Preguntaron al unísono

—TaeHyung. — Quiso reír ante la habilidad que poseían de hacer y decir las mismas cosas a la par. — Arregla tu habitación, es un desastre... está tarde tendremos visitas.

—No sabía que la reunión sería aquí dentro, mi cuarto es pequeño. — Dijo a media sonrisa

—Pero al menos puedes enseñársela al hijo de Somin.

—Y la habitación también. — Susurró el rubio en el oído de TaeHyung. — Por cierto mamá, voy a quedarme también.

Su madre frunció el ceño mientras seguían carcajeándose fuertemente. Advirtió una última vez lo ya dicho y se retiró, pues según ella, no quedaba mucho tiempo y tenía que dejar todo listo.

¡Maldito Flechador! 젠장 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora