Belleza arrebatada

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Simplemente se dejaba llevar por el calor de la situación, aunque la verdad como cualquier espectro sobrenatural según como había leído se sentía frío, pero eso no le impedía disfrutar del momento. Aunque en realidad se contuviese no podría hacerlo, pero tampoco quería de ningún modo. Se sentía lleno, tocado en las partes más sensibles de su anatomía haciéndole gemir o más bien gritar de manera intensa mientras era penetrado por su amado, jadeaba y babeaba feliz estando en cuatro, sumiso como un cachorro para aquel quien movió más intensamente su grueso y poderoso miembro en su interior que ya vibraba cercano a un orgasmo mientras Kōki ya goteaba semen y movía el trasero gustoso queriendo recibir el liquido ajeno que pronto lleno sus entrañas así como el mismo acababa al mismo tiempo . Algo difícil de lograr, pero su demonio podía controlar el orgasmo que tuviese, aunque eso solo lograba que lograse entrar en un orgasmo mucho mas intenso que casi le hace perder la consciencia por completo.

Apenas sintió el pene ajeno retirarse hizo un sonidito molesto mirando a Akashi, el demonio a quien había vendido su alma y de quien se había enamorado sin remedio.

No...salgas...quiero más. ― Sabía que Akashi podría tener muchas veces sexo con él y la verdad estaba volviéndose un adicto. Furihata movió el trasero de manera sugerente con una mirada increíblemente sensual que sin querer lograba, el demonio hizo una risita y lo atrajo hacia el de un brazo para que se miraran frente a frente.

Aquellos ojos bicolores le habían aterrado la primera vez, esa mirada penetrante sentía que le calaba hasta lo más profundo de su ser, pero ahora no, lo único que provocaba era que su corazón latiera emocionado y feliz.

―Lo e hecho muchas veces dentro de ti hoy ¿Acaso quieres que destroce tu cuerpo humano? ―Recorrió con su mano libre las formas masculinas de Furihata, que tenía un cuerpo típico de deportista, pero un poco descuidado por el tiempo en que dejo el básquet después de graduarse de la universidad. Akashi notaba que apenas un roce en los pezones de Furihata ya lograba erguirlos, así como su miembro. Lo soltó suavemente y le dijo con voz ronca―Pero ya que quieres más, ven aquí.

Akashi se sentó en la cómoda cama que preparó para el único objetivo de cogerse a ese humano en especial, tomo su propio pene y no tardo en quedar erecto haciendo un gesto al humano para que se acercase y lo montase.

Furihata sin perder el tiempo abrazo a su demonio, y tomando el miembro de este lo introdujo en su interior lentamente disfrutando cada momento en que la carne entraba en su cuerpo. Jadeo cuando lo sintió por completo y busco sus labios siendo correspondido mientras se sentaba entusiasmado sodomizándose así mismo sin ningún pudor, nunca se había sentido tan vivo a pesar de que estaba en el infierno siendo tomado por Akashi, gemía, gritaba, rasguñaba y era rasguñado, era mordido e incluso golpeado en el cuerpo. A Furi no le importaba, solo lo excitaba aun más, el olor metálico de la sangre solo lograba que se pusiera más como una fiera en celo queriendo ser usado hasta que no pudiera más.

Akashi sonrió y mordió el cuello de Furihata haciéndole sangrar y luego lamiendo aquella sangre, ese humano era realmente delicioso, sobre todo por sus emociones tan intensas. Esas emociones lo hacían poderoso, ese placer ajeno era un buen combustible. Amaso los glúteos de su víctima rasguñándolos con sus garras poderosas y los apretó contra su miembro para que Kōki lo sintiera más apretado mientras que en cada embestida estimulaba la próstata de este, quien ya se estaba quedando sin voz tanto gritar, disfrutaba muchísimo estar así. En cierto momento puso a Furihata acostado boca arriba y levanto muy arriba su trasero dejándolo casi a la altura del pecho de este prácticamente enterrando su pene en su cuerpo en cada movimiento.

―Realmente disfrutas esto...A la próxima podría penetrarte con dos penes. ―Se relamió, su humano no contestaba solo gemía como loco, pero nunca parecía disgustado. Furihata estaba en un estado de éxtasis permanente. Akashi apretó las piernas de su víctima con tanta violencia que sus dedos quedaron marcados y se movió con más violencia pues estaba próximo a terminar, gruño un poco, no quería acabar aún, era muy delicioso y adictivo hacerlo con este humano, pero ya sentía las oleadas propias y las ajenas de un orgasmo. Saco su miembro de pronto y lo volvió a meter en el agujero de Furihata que ya estaba rojo de tanta violencia, golpeo con su pelvis el trasero ajeno y acabo bien adentro de aquel humano quien hizo un sonido de infinito placer al sentirse lleno de nuevo.

...

―Tienes que volver a tu mundo Furihata Kōki. ―Le dijo apenas el humano recobró el conocimiento. El demonio hablo con un tono bastante dominante.

Furihata hizo un sonido de inconformidad mirando a Akashi casi suplicante.

―No quiero regresar, quiero quedarme con Akashi. Quiero que me hagas tuyo por siempre. No me importa nada.

―Tienes que hacerlo. No perteneces aquí aún, lo sabes. ―Tomo del mentón a Kōki y lamió su mejilla. ―Tu alma, tu cuerpo y tu corazón son míos, así que no te preocupes, regresaras y volveré a tomarte. Incluso si tienes suerte tal vez te haya dejado más que simples marcas, rasguños golpes y semen.

Furihata no entendió mucho lo último, su corazón terco y enamorado solo quería a Akashi y todo lo que viniera de él. Suspiro y asintió luego de unos instantes para que su demonio lo devolviera a su mundo con un chasquido de sus dedos.

......

¿Cuánto durmió? No tenia ni idea, ni siquiera le importaba que hora era, la ventana de su habitación estaba media abierta y entraba el sol. Nunca le gusto el sol y ahora menos que nunca, se levantó algo adolorido, su cuerpo aún estaba algo resentido y sus nalgas aún bastante pegajosas con el semen frío de su amado. Cerro las persianas y fue a lavarse los dientes y a darse una ducha, era una pena para él deshacerse del liquido recuerdo de su última visita a Akashi, pero ya volvería a buscarlo, tal vez esta misma noche.

Se miro al espejo y sonrió como un bobo enamorado al ver las "marcas de amor" hechas por su demonio, la mordida en su cuello, los moretones en su cuerpo, los rasguños corto punzantes de las garras afiladas. Todo lo que venia de Akashi era un hermoso tesoro.

...

En el trabajo parecía una persona común, aunque quienes lo conocían desde antes decían que se había vuelto más "oscuro" por decirlo de algún modo. Antes era una persona muy animada que hacia que todos parecieran más unidos en el entorno de trabajo. Ahora simplemente era alguien muy reservado y callado, según que se había vuelto muy similar a Sakurai Ryō quien también parecía desde algunos meses bastante apagado. Los rumores les hacían pensar que posiblemente una decepción amorosa o drogas habían llevado a estos dos a este estado.

...

La verdad era que Sakurai recomendó a Furi invocar a un demonio como alternativa, este ya hubo entregado el alma a un demonio al cual llamaba Aomine que era un demonio de piel oscura y aire atrevido. ¿Qué habían pedido tanto Sakurai como Furihata a sus demonios correspondientes? Simple: Aunque parecían personas amables y que se llevaban bien con las personas en el trabajo, con su familia o con otras personas siempre sufrían, eran atacados, burlados, humillados. Ambos estaban hartos de sentirse miserables.

Furihata había trazado un pentágono e invocado con los debidos elementos incluyendo a su propia sangre al demonio más poderoso de todos, tenia un hermano que lo maltrataba, unos matones que incluso saliendo de la universidad no lo dejaban en paz y a veces lo robaban o lo golpeaban. No tenía suerte en su trabajo, por años tuvo empleos inútiles sin subir nunca de nivel e incluso las personas por las cuales se había sentido atraído alguna vez nunca parecían corresponderle o le pedían cosas imposibles.

Kōki pensó que tal vez era demasiado pedir al demonio más fuerte del libro que le presto Sakurai, pero si iba a entregar todo e irse a la mierda, la verdad a estas alturas era necesario el riesgo. En un principio nada sucedió y creyó que había fallado, lo cual le hizo aumentar su frustración de mierda y le hizo morderse los labios, cuando de pronto una enorme llamarada rodeo el lugar de invocación.

Lo primero que Furihata vio aparecer de entre las llamas fue una mirada tan intensa que lo hizo retroceder de miedo rápidamente como un cachorro asustado, ahora realmente estaba arrepentido de haber invocado a un ser tan intimidante, el demonio de cabellera roja se acercó a él con elegancia.

Soy el emperador rojo Akashi ¿Qué quieres a cambio de tu alma? Dilo y te lo concederé―Acaricio suavemente la mejilla de Furihata que temblaba aún. ―Vaya, por lo que alcanzo a percibir has tenido una vida muy decadente. ―Akashi percibió al solo tocar a Kōki que era alguien a pesar de no matar una mosca, alguien de emociones muy intensas y eso le abrió el apetito, le gustaban ese tipo de humanos. Esos que podían ser atormentados por sus propios sentimientos y emociones por casi cualquier cosa.

Furi trató de hablar, pero esa mirada lo hipnotizaba, estaba entre el miedo y la fascinación. Akashi también era increíblemente atractivo. Algo que fue un pensamiento que no pudo evitar y se notaba que el demonio también había percibido pues le sonrió de manera pervertida. Trato de dejar el miedo a un lado y aunque casi le lloraban los ojos se contuvo y sus palabras salieron.

―Akashi-sama, puede tomar lo que guste de mí, mi cuerpo, mi alma, pero quiero cambiar mi vida, toda mi vida. Estoy harto de las personas que me ven como débil, de los que se burlan de mí. Quiero ser feliz.

El de ojos heterocromáticos asintió y tomando de la cintura a Furihata quien se sorprendió al repentino acto. Con solo una mirada abrió un agujero de fuego que se trago a ambos personajes dejándolos en un lugar bastante tenebroso. Kōki sin pensarlo se aferro más a Akashi al ver el lugar donde estaban.

― ¿Estoy muerto? ―A veces había pensado en la muerte para escapar de todo, pero no pensó que sería tan pronto.

―No, simplemente vine a mostrarte el lugar para que sepas donde vivirás por siempre cuando mueras, a partir de ahora vendrás aquí para darme tu cuerpo ―Akashi con un chasquido dejo desnudo a Kōki encima de una cama de una suave y hermosa tela rojo como la sangre. ―Se que tu agujero sigue virgen.

Aunque Furi aún estaba aun asustado por todo, se acomodó para que Akashi hiciera lo que quisiera, sabía que esta parte sería la más difícil. ― ¿Es malo que sea virgen de ahí Akashi-sama? ―Tuvo sexo heterosexual unas veces, pero eran contadas con los dedos.

―No, de hecho, es perfecto. Ahora ese lugar pertenecerá solo a mí. ―Besó a Furihata para que dejara de estar tan asustado y se dejara llevar, aunque el miedo también era delicioso, estaba seguro que era de esas personas que se dejan llevar por el pecado de la lujuria y eso quería comprobar con ese humano que correspondió bastante bien.

Por su parte se dejó llevar porque nadie le había besado tan bien, tan delicioso, de manera tan adictivamente apasionada, Furi se separó cuando sintió que algo acariciaba su cuerpo aparte de las manos de Akashi que estaban en sus nalgas, miro de reojo una especie de tentáculos viscosos que chupaban sus pezones, eran babosos y gélidos, pero lo tocaban increíblemente. No podía asustarse porque estaba demasiado excitado para eso su pene se irguió rápidamente y una de esas cosas se trago su miembro haciendo que gimiera bastante alto. Sin aviso también sintió el miembro del demonio en su interior de una estocada, dolía, dolía bastante y escocia al sentir tamaña cosa en su ano, pero era raro porque no estaba gritando de dolor, el mismo se sorprendió gimiendo de placer a pesar de ser su primera vez. Akashi le penetraba intenso y de una manera en que lo hacia perder el raciocinio, nunca había sentido tanto gusto por el acto sexual, jamás había pensado que podía ser tan bueno, sobre todo cuando tocaba su próstata haciéndole sentir un gozo excepcional. El mismo se descubrió moviendo las caderas para buscar más, estaba en el paraíso o así se sintió en ese momento, el pene de Akashi recorría todo su interior y Furi sentía que su agujero estaba hecho para este, abrió las nalgas de manera golosa para que entrara todo, el roce era tan delicioso y sumado a los otros estímulos ya se sentía venir, pero por alguna extraña razón no acababa.

―Mírame Kōki Furihata. ―Dijo Akashi con una voz de mando y este no pudo evitar obedecer, entre tanto placer esos ojos le estremecieron, pero no era precisamente de miedo en ese instante.

Kōki sentía que su corazón se estremecía tanto como su cuerpo. Cuando sintió el semen ajeno llenarle su pene vibro y también acabó, pero sentía más placer teniendo el semen de Akashi en su interior. Había sido el mejor sexo de su vida para aquel humano.

...

Cuando despertó aquella vez, después de ese momento de sexo intenso estando en su propia cama, estaba seguro de que había sido un sueño, sin embargo, fue cuando comenzó todo.

Akashi hizo que las personas que le temían recibieran su merecido de maneras sutiles, le había dado un arma perfecta un arma que nadie podía imaginarse.

En su trabajo era ascendido a altos cargos sin esforzarse demasiado y no importaba si lo dejaba siempre la suerte estaba de su lado.

En sociedad las chicas más bonitas se le acercaron, pero el las rechazaba, algunas llegaron a suicidarse y otras enloquecieron de amor por él.

Pero a Furi ya no le importaba nada de ello, de pronto todo lo que anhelaba perdió sentido alguno en su vida.

Como su alma no le pertenecía ya, tenia que cumplir y entregar a su demonio lo que pudiera alcanzar a perjudicar. Podía decir tanto decir palabras dulces o palabras de perdón, palabras amenazantes, no importaba. Lo que importaba era la intención, solo con ellas podía condenar a quienes le molestaban a su perdición.

No veía el rostro de las personas a las que halagaba, solo pensaba en Akashi, quien generalmente venia por las noches a llevárselo al infierno y satisfacerse sexualmente. Furi estaba bien con eso, la verdad era lo que más disfrutaba, el sexo con ese demonio era lo que más deseaba en el día o mejor dicho solo esperaba a la noche.

No le importaba el destino con las personas con las cuales se disculpaba, quienes en general terminaban enfermas o morían.

Solo sabia que recolectaba victimas para Akashi, los verdaderos halagos son para él, los verdaderos sentimientos le pertenecen, pues se había enamorado de aquél de una manera extraña. Tal vez solo seria una marioneta para ese ser, pero poco le importaba.
......

Regreso de haber estado fuera casi todo el día sintiéndose algo agotado. Normalmente era capaz de fingir ser una persona agradable para todos, pero estaba harto de todo.

Ni siquiera le importaba su vida. Después de varias veces y semanas de entregarse a Akashi se dio cuenta que su único amor era este. Solo quería estar a su lado por siempre.

Nadie es tan bello como Akashi. Nadie es tan perfecto como él. La belleza más pura.


......

Alguien abrió la puerta abruptamente la puerta, era su hermano quien antes de que pudiera decir nada le tapo la boca y unas personas al parecer sacerdotes empezaron a echarle agua bendita y hacer oraciones. Se sintió impotente mientras esas personas trataban de llevarlo por el camino "correcto" según sus palabras.

Sin que nadie lo notara en un principio una chispa eléctrica provoco un incendio en el departamento. Sacaron a la fuerza a Furihata mientras este veía que el lugar donde se comunicaba con Akashi desaparecía, el portal, el libro del cual saco la información para hacer el pentágono.

Su mundo único había perdido la belleza.








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