Advertencia: Sexo algo duro, contenido algo ¿fuerte?
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Odio, esa era lo que más fuerte sentía en ese instante.
Su hermano le había quitado lo que más amaba en la vida y más allá de esta. Él y aquellos sacerdotes habladores y asquerosos le obligaban a ir a la iglesia. A esa iglesia llena de mentiras, de gente hipócrita, tan pecadora o mala como podría ser él, solo que lo disfrazaban de una falsa bondad. Furihata se sentía en verdad asqueado, le daban asco esas personas que creían que podían obligarlo a hacer lo que ellos querían. Fingía portarse bien, fingía en que comenzaba a creer, pero cuando rezaba no sentía nada más que vacío. Era como lanzar palabras a un agujero sin fondo esperando una respuesta que sabes que jamás llegaría. Quería que lo dejaran en paz de una vez. Quería a Akashi, lo necesitaba, lo amaba, necesitaba sentirlo, sentir su piel y sus besos.
Lloró un poco fingiendo arrepentimiento en esa maldita iglesia, pero en realidad lloraba por su amor, por la persona más bella de todo el mundo, su Akashi, el verdadero amor de su vida, de pronto en su mente empezó a llamar a este como una llamada desesperada de auxilio. Un sacerdote se acerco y le hizo alzar la cabeza. Furihata que estaba enfurecido, le iba a lanzar una mirada de auténtico desprecio y se encontró con la mirada de su demonio amado, quien estaba disfrazado como humano. Kōki creyó estar alucinando. Hasta que vio como la gente a su alrededor empezó a gritar de dolor, la iglesia se estaba quemando y la mayoría de sus fieles. Akashi tomo la mano de Kōki y dirigiéndose a las llamas que cada vez aumentaban más, se metieron a través del fuego hasta el infierno.
Furihata abrazo al pelirrojo con una necesidad imperiosa, le había hecho tanta falta. El tiempo sin su amado había sido una tortura. Akashi sonrió ampliamente y busco sus labios mientras le quitaba la ropa bruscamente con sus tentáculos negros viscosos que manoseaban todo ese cuerpo sin pudor y lo penetraba de improviso haciendo que Furihata volviera a sentirse feliz. Gimió alegremente moviéndose vigorosamente para sentir todo el miembro de su amado. La lujuria se había apoderado de él en ese instante mientras el nombre de Akashi salía de los labios de Furihata en cada gemido. Akashi rasguño sus piernas y espalda, mordió sus labios con tanta fuerza que le cortó y le hizo beber de su propia sangre, aquel olor metálico pero delicioso en los labios de su amado. Kōki saltaba rápidamente dejándose hacer como un cachorrito sumiso, haciendo ruidos como uno, se dejaría hacer cualquier cosa besando muy cariñoso a su demonio que después y con fuertes embestidas eyaculo dentro de él con abundante semen. Apretó el pene de Furihata con rudeza, clavando sus garras, pero para este a estas alturas solo lo excitaba. Akashi lo soltó y salió de su interior arrojando a Kōki en la cama quien se quedó haciendo un puchero.
― ¿Por qué no me llamaste antes? ―Inquirió con molestia mirando a Kōki quien se arrastró y beso los pies de su demonio quien gruño.
―Amor, pensé que te había perdido, no estaba seguro si acudirías si te llamaba. ―Puso un puchero y besó sus piernas. Akashi separo estas y lo puso contra su miembro, Furi feliz lamio y beso la entrepierna ajena, tomándolo y chupando como si se tratara de un dulce muy delicioso en su boca, engulléndolo. El demonio se movió rápidamente casi logrando que su humano se ahogara varias veces, pero lo soltaba a tiempo. Kōki acaricio sus testículos con ternura teniendo todo el pene adentro de su boca hasta su garganta. Akashi lo retuvo así un momento hasta que su humano casi perdía el conocimiento, pero luego lo soltó. Este lamio la punta del miembro metiendo su lengua en la salida del semen. Akashi luego de follar su boca acabó sin avisar metiendo su pene bien dentro de su garganta, y en la boca.
―Trágatelo todo. ―Ordenó y Furi obedeció lamiendo unas gotas que escapaban de su boca. ― Debería castigarte. Sabes que hicimos un pacto. Eso no se romperá con unos simples idiotas que quieran cambiarte de bando. Me perteneces Furihata Kōki, por completo y por toda la eternidad.
Furihata lamia el pene ajeno limpiándolo de semen con gula. Mirando a Akashi con una mirada enamorada al oírlo.
―Te amo Akashi. Ya no quiero nada del mundo. Solo te quiero a ti. ―Le dio besos en el miembro y en su cuerpo desnudo. ― Quítame mi alma, no me interesa, solo quiero estar contigo.
Akashi sonrió y lo tomo del rostro algo brusco, sin importar hacerle daño y de hecho a Furihata no le importaba si le hacia daño.
―Vas a cumplir con lo que te diga y solo así te quedaras conmigo. ―Furihata hizo un puchero, no quería estar sin su demonio amado. Así que cumpliría con su palabra con tal de volver a estar con él. Asintió dispuesto a cumplir con su deber, todo lo haría en nombre de su amor.
―Te daré lo que quieras amor mío. Te mereces el mundo entero ―Su corazón latió desbocado cuando Akashi lo beso y acaricio su cuerpo, haciendo un sonido de gusto.
― Creo que no podré dejarte solo Kōki. Iré a la tierra contigo para que cumplas tu labor. ―Koki se emocionó aún más al oírlo sintiendo que su corazón se saldría del pecho de la felicidad besándolo muchas veces y siendo correspondido, tal vez era impresión suya, pero sintió mucho cariño en las caricias de su demonio esta vez y en los besos.
―Soy muy feliz sabiendo que me acompañas amor mío. ―Movió su cuerpo frotándose contra el ajeno. Akashi chasqueo sus dedos y de pronto Furihata no vio nada más.
Despertó en una cama muy lujosa y de alto lujo. Akashi estaba descansando a su lado, pero con apariencia humana. Según Furihata, hasta de humano se veía precioso. Le dio un besito y su amado despertó.
Vamos Kōki. Hoy el día será muy atareado. ―Akashi se empezó a levantar para vestirse, pero Furi lo tomó del brazo y lo detuvo.
― ¿No haremos el amor primero? ―Furi se abrió de piernas mostrándole su agujero de manera golosa incluso abriéndose con los dedos con un deseo que no podía contener.
El demonio sonrió y miro intensamente a su humano. Realmente ya este no tenía casi rastros humanos en su manera de actuar, lo veía en sus ojos, en su rostro anhelante. Era su culpa convertirlo en esto y se sentía absolutamente complacido.
Furihata Kōki, era ya no solo su amante, sino su pareja.
―Al parecer estas cerca de convertirte en un incubo Kōki.
―Solo quiero ser el incubo de Akashi. Mi cuerpo te necesita.
Haciéndole caso a Furihata acerco su miembro erecto a su recto y lo penetro de una estocada fuerte. Este último lo sintió diferente, era cálido esta vez como el pene de un humano, no frio como estaba acostumbrado, pero lo abrazo con las piernas queriendo más. Akashi le dio estocadas directamente en la próstata, haciéndole gemir alto, gritando siempre que podía hacerlo por puro gusto, realmente se estaba convirtiendo en un adicto al sexo, pero no con cualquiera, solo con su demonio quien lo nalgueo hasta dejarle de un fuerte color remolacha que con las embestidas prácticamente lo llevaban al éxtasis. Algo era distinto, su demonio olía a humano, olía de una manera en que solo le hacia querer ir más salvaje con Akashi, le encantaba perder el control. Cuando su amado lo puso en cuatro y empujo con fiereza su cabeza al colchón mientras volvía a penetrarlo su pene goteaba ya preseminal. Amaba que lo dominara con rudeza que le tironeara el cabello, ambos se vinieron con un fuerte sonido casi de un animal. Kōki babeaba cansado, pero en el máximo placer mientras Akashi seguía en su interior como si quisiera que su esperma llegara hasta lo más recóndito de Furihata.
Furi sintió pronto como salían de su interior haciéndole sacar un pequeño quejido pues se sentía raro ya no sentir aquella virilidad dentro suyo. Trato de regular su respiración luego de unos minutos en que estuvo aun en el trance post orgasmo para hablar.
―Akashi ¿Ahora en donde nos encontramos? Además, te sentí...diferente. ―Estaba un poco curioso con todo esto. Solo esperaba no enojar a su amado demonio, quien al escucharlo solo acaricio su cabello de manera suave.
―En la tierra, pero en un lugar más cómodo para ambos. Aquí soy Akashi Seijūrō, ese es mi nombre humano y así tendrás que llamarme aquí.
Kōki asiente y se apega a él. Las emociones que tiene son tan fuertes que Akashi se a hecho adicto a ellas. A su amor y a su odio, a su deseo constante y a su placer y todos esos sabrosos sentimientos de Furihata son el más sabroso alimento para él.
― ¿Te puedo decir Sei? Se me hace más cómodo.
―Por supuesto. Aquí los humanos tendrán que reconocerte como mi pareja. ―Lo dijo con un pequeño deje de malicia― Te daré algo para que los humanos que apenas te vean sepan que eres todo mío. ―Hizo chasquear los dedos e hizo que automáticamente ambos estuviesen limpios y bien vestidos― Iba a vestirme de manera tradicional como humano, pero ahora tengo algo de prisa, quiero que estés listo para ejecutar lo que te pediré.
―Lo que órdenes. ―Furihata estaba muy animado esta vez. Si Akashi estaba a su lado nada importaba.
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Quizás eran ideas suyas, pero desde que se incendio la iglesia donde había enviado a su hermano menor cosas extrañas estaban pasando y en todos lados, sea donde sea, se sentía contantemente vigilado por algo. No sabia de donde, pero empezó a tener una fobia extraña a objetos reflectantes o a comer a medianoche, como si la comida a esa hora pudiera convertirse en veneno. Además de una extraña sensación de oler a podrido, de sentir dolor en donde no tenia nada. Cuando fue al medico le dijeron que estaba completamente sano.
Definitivamente tenía que calmarse, tal vez solo estaba paranoico con la desaparición de su hermano. Tal vez la muerte era el mejor destino para ese bastardo inmoral.
Respiro hondo, tratando de mantener la compostura, se puso a ver algunos videos graciosos, de cosas bonitas y agradables. Vio un par de series interesantes en Netflix y aunque estuvo más tranquilo, agarró una biblia y se durmió con ella aferrada en el brazo.
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Despertó a la mañana de buen humor, dispuesto a ir al trabajo como siempre, se tomó una ducha y luego fue a lavarse los dientes y afeitarse. Casi no se había mirado al espejo del baño, pero cuando lo hizo para afeitarse pegó un grito de terror. Ya era tarde para él lamentablemente: Dos brazos salieron del espejo y lo jalaron hacia dentro de este.
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Furihata vivía una existencia feliz mirando el bonito anillo de compromiso que le había regalado su pareja, mientras con la otra mano acariciaba su vientre, aún no se notaba, pero Seijūrō le dijo que su semilla estaba en él y que tendrían un hermoso hijo. Era imposible para un humano, era cierto, pero no para su demonio embarazarlo y adaptar su cuerpo a uno para ese propósito. Suspiró un poco, ya estaba empezando a tener hambre y su pareja aún no regresaba con lo que el pequeño "Sei" (Así le llamaba a su hijo aún no nacido) necesitaba para comer y que esta vez él iría a buscar para darle una sorpresa a Kōki.
Pronto lo que anhelaba apareció. Sus ojos se iluminaron, sobre todo al ver la presa que trajo su amado. Kōki se levantó del lujoso sillón en que estaba y beso a su amado con mucho amor.
―Eres maravilloso amor. Te amo cada día más.
―Debes tener hambre Kōki― Akashi mantenía bien sujeto al hermano de Furihata y le mostró el cuello de este a Kōki. ―Come hasta hartarte. Nuestro pequeño necesitara mucha sangre.
El hermano mayor de Furihata estaba aterrado, no solo porque estaba así expuesto y no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, un demonio le había raptado y llevado con Kōki quien ya no parecía el mismo, parecía otro demonio, con una mirada intensa y se aterró aún más cuando este saco su lengua y se convirtió en una especie similar a un cuchillo pero con un agujero en la punta como una aguja para inyección vista desde un microscopio. Fue apuñalado con esta lengua haciéndole chillar de dolor y terror y su sangre fue succionada hasta quedar totalmente seco. Después de eso Akashi chasqueo los dedos y quemo el resto dejándolo como polvo.
―Otra alma más, recolectada―Dijo Akashi tranquilamente y beso a su pareja― Espero que te haya gustado vengarte de ese infeliz. Era el último que quedaba de los que trataron de separarnos. Quería traértelo yo para terminar con broche de oro.
―Gracias Sei, ahora siento que el pequeño Sei, estará feliz y saciado por un buen tiempo. ―Guardo su lengua que volvió a ser como una normal de humano. ― ¿Hacemos el amor ahora? ―Dice atrayendo a su pareja a su cuerpo.
―Cuando lo desees. ―Le dijo su demonio amado, quien también amaba a Furihata. ― Mi bello Kōki.FIN
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Beau
FanfictionAkashi un demonio promete sacar a Furihata Kouki un simple humano de su situación a cambio de su alma y cuerpo. AkaFuri. Mención AoSaku (muuuuy leve) Advertencias: Lemon, ¿cuestionamientos de religión? Furihata muy sumiso y masoquista, sangre, tal...