Príncipe de que?

Extraño

Los preparativos no tardarán mucho, después de un tiempo, solo debes desaparecer y dejarme el cargo completo de mi reino, si necesitas dinero, comida un caballo cualquier cosa que necesites para partir te la daré, debemos actuar como si ya nos conociéramos escuche a mis padres discutir sobre quien eres y como es que nos conocimos.
Frederick se sacude el saco y se levanta del piso y me tiende la mano para ayudarme a levantar.
Solo debo inventar una historia sobre cómo nos conocimos, solo debes asentir a todo lo que yo diga. Solo debes preocuparte por abrirme paso a lugares sin permiso en este reino.
Bien, yo...{ ni si quiera sabe que está buscando} te mostraré el reino mañana.
Para cuando salimos de mi habitación todos estaban dormidos a excepción de los guardias que estaban cenando en la cocina y las cocineras del castillo. Lo acompañe ala habitación que le asignó mi padre. Estaba un piso arriba de la mía , vi como se fatigaba {dudo que se cansara por subir un piso debe tener hambre o quizá fue el cansancio de venir desde donde viniera hasta aquí}. No había dado cuenta entre mis distraídos pensamientos hasta que lo capté, hice un trato de matrimonio con un completo extraño que me recibió hace unas horas . Que rayos estoy haciendo?
Pasa algo? Me dice Frederick con un hilo de voz apenas perceptible. No solo lo pensé ,lo dije.
Eh... estás bien? Pareces muy cansado quieres que te traigan algo de cenar?
Solo estoy cansado. Dijo él aclarándose la garganta dándose cuenta lo evidente que era que se veía terrible.
Te ayudaré a llegar. Lo tome del brazo y lo cargo como si trajera un ebrio que apenas puede balbucear tonterías. Al llegar frente a su habitación abrí la puerta y entramos torpemente, nos acercamos a la cama y soltó el brazo llevándose la venda de mi cuello en un movimiento rápido y distraído. Lo noté hasta que sentí una gota que me recorrió el cuello.
Mi primera orden como reina será que limpien el bosque. Dije bromeando mientras buscaba la venda en la cama, la luz de la luna que entraba, apenas iluminaba un rincón de la habitación y me hacía imposible encontrarla, haciendo chocar mis manos con el brazo de Frederick que se levantó hincando el codo en la cama quedándose tan cerca de mi rostro que sentía su respiración agitada tras subir aquí. Entonces caí en la cuenta de que él tenía la venda en la mano y estaba cada vez más cerca ahora su respiración estaba en mi cuello y no respiraba, olía lentamente como si olieras un postre recién salido del horno. Sentí escalofríos cuando me limpio la sangre del cuello y se llevo el dedo a la boca como si fuera crema batida, me esforcé por parecer calmada y lo alejé de mí con fuerza, sentí como si toda mi energía hubiese sido absorbida y me sentí cansada hasta que mis ojos se cerraron completamente sin que yo pudiera hacer más.

La sensación familiar de frió en mis piernas y brazos me rodeo como cada mañana haciendo que me hiciera un ovillo para protegerme del frió. Petra como cada día gritaba a Bertha Jaime y Clarisa que entrarán con mi vestimenta de hoy y maquillaje cepillos y de más. Petra me saco de la cama jalándome por las piernas.
Esta bien ya desperté. Al ver el vestido rosa con piedras y destellos por todos lados qué Jaime sostenía, moví la cabeza de un lado a otro negando. No boy a usar eso.
Pero por qué niña si yo misma lo hice. Me dice Petra tomándome por los brazos.
Es muy llamativo. Dije yo señalándolo con ambas manos y haciendo una mueca de impresión. Qué tal unos pantalones como los de papá?
Pero qué tonterías dices ? Solo calla y deja que te arreglemos. Me vistieron y me ajustaron el vestido me hicieron un peinado afortunadamente normal una diadema de trenza y flores pequeñas que la adornaban, Petra tomo la cortina de mi cabello rubio y rizado y lo dejo caer en mi espalda, cuando noté la venda en mi cuello y recordé lo qué pasó anoche , quizás solo fue una pesadilla además , yo lo acompañe a su habitación y como llegue aquí? Me trajo el? Se suponía que estaba muy cansado, yo tuve que ayudarlo a subir a su habitación. Trate de borrar todas esas ideas de mi cabeza y me preparé para lo que venía.

Tenía que aprenderme votos matrimoniales, pasos de baile y discursos.

La señorita Julieth, una mujer de unos 45 años me hizo repasar cada una de esas palabras que conformaban los votos.
De nuevo, entrego mi mano en muestra de mi amor uniendo nuestras fuerzas ante todo lo que venga.
{esto es demasiado aburrido, ya se}
No debería estar el novio aquí practicando también?
Bueno si pero...{tartamudeo}
No la deje terminar cuando dije. Iré a buscarlo.
Salí del salón corriendo antes de que pudiera decir nada, y entre a mi habitación, me saque el vestido y me puse unos pantalla que mi amiga y también dama de compañía hizo para mi junto con una camisa y salí de ahí con las botas que alguna vez le mandé hacer al zapatero mintiéndole x sobre qué era para mi padre. Listo más cómodo. Escondiéndome de los guardias y asegurándome de que no me encontrara Petra ni la señorita Julieth me dirijo al establo donde me encuentro a Julio mi caballo favorito, que ya está acostumbrado a ver mis fugas del castillo, eh incluso actúa normal cuando Petra y un caballero recorren el establo buscándome, por fin se fueron y abrí la puerta al caballo para que pudiera salir , noto que me fulmina con la mirada después de cubrirme tantas veces.

Ay vamos no me mires así, tú sabes que aburrido es estar en el castillo y pensaba ir al pueblo por unas manzanas. Su mirada cambio de inmediato y se vio más animado. Lo monte y   Salimos por la salida de los sirvientes alcance a ver a mi madre eligiendo frutas para pasteles que le encanta cocinar y le pide consejos a las cocineras para cocinar deliciosos platillos la mayoría del día se la pasa en la cocina y amo sus platillos. El pueblo no conoce aún a la princesa hasta que es presentada como mayor de edad para casarse con un príncipe y bla bla bla en el pueblo soy como cualquier chica me conocen como Megan la chica de las manzanas.
Julio me sigue por detrás nunca eh tenido que sujetarlo, parece que estuviese entrenado.
Al caminar siento como alguien me sujeta por el brazo y al tenerlo de frente noto un rostro familiar. Frederick digo al instante. Y el temor se apoderó de mi creando un escalofrío que me recorrió la espalda.
Qué haces aquí le pregunté