Llevaba 6 meses de embarazo, por el típico imbécil que crees que te ama y al enterarse huye como un estúpido cobarde de que va hacer padre.
Era un día un poco nublado, pero tenía un antojo inimaginable de helado de chocolate y pues tenía que salir por el, mis padres trabajaban y mi hermana se la pasaba horas con su novia, así que hacer cardio, ya que empezaba a cansar demasiado. Al estar de regreso a casa, me encontré con más y nada menos que el rubio de Henry Bowers, el chico que alguna vez mojaba mis bragas solo de verlo.
Hola _________, te ves bien y demasiado preciosa con esa panzita -el hablo de.manera tierna, el era así conmigo, nunca me trató mal ni nada por el estilo-
Hola Henry -lo abracé- gracias por el cumplido-
Veo que vas para tu casa, te ayudo si gustas, -extendio su mano para tomar la bolsa-
Gracias -al llegar a casa- ¿Gustas pasar?, digo, si tienes tiempo -le.sonrei-
Claro, ay alguien más? -le miro con una sonrisa-
No, mi hermana con su novia y mis padres en el trabajo- ven vamos a la sala y veamos una película -le sonrei como niña pequeña-
______Pov's
Tomo asiento a lado de mi, y puse una película que escuche decir a mis padres que era bastante buena, comíamos el helado y entre la película platicábamos, llego en un punto donde aquel film, empezaba a ponerse un poco cachondo y yo con ello a calentarme, voltie a ver a mi acompañante y mire como se mordía los labios, mi mirada fue más abajo, logrando ver el pequeño bulto entre sus piernas, ¡joder no podía más!, iba a quitarla cuando por arte.de magia la luz se fue, suspire aliviada, al hacerlo, sentí la mano del chico posada en mi pierna, me miro con una profundidad en su mirada, llena de delirio y lujuria, hasta que al fin hablo.
Sabías que las embarazadas me ponen -miro para enfrente-
-me espante por tal confesión- ¿Así? -eso dicho me había echo mojarme-
Si, y la película no me ayudó de mucho, ahora estoy demasiado duro -tomo mi mano y la coloco en su miembro-
Las hormonas todas echas un caos por mi embarazo y luego de sentirlo tan duro, hizo que mi entrepierna comenzara a humedecerse, sentí mis pezones ponerse duros, lo mire y sus pupilas estaban dilatas, negros esos ojos, mordía sus labios y solo reaccione con jalarlo de la playera atrayéndolo hacia mi, sus labios chocaron con los míos, me recosté en el sillón y el sobre mi sin aplastarme, sus manos recorrían mi cara, bajándolos por mi cuello, el cual apretó un poco y un gemido se escapo de mis labios, el solo sonrió durante el beso y siguió con su recorrido hasta llegar a mis pechos, los cuales moldeaba a su gusto.
te han crecido bastante las tetas y las tienes demasiado suaves -dijo el rubio en la oreja-
Hen-henry, follame -salió todo en un breve y delicado gemido-
tus deseos son ordenes, bonita -se levanto y quito su playera, dejando ver su torso-
