–Kanao, ¿podrías ir por el jabón? – Preguntó su hermana Kanae sonriendo mientras metía una caja de cereal al carrito y detrás de ella Shinobu tenía una discusión con un niño que le dijo 'enana' y lo peor era que el niño era más alto que ella
–claro nee-san
Se alejo de su hermana en busca del pedido, al llegar al estante donde se suponía que debía estar el jabón solo encontró la repisa vacía
–¿pero que...?– unos gritos detrás de ella le llamaron la atención, se giro para ver a su querido amigo Inosuke empujando un carrito lleno de cosas del aseo, el pelinegro estaba peleándose con una anciana la cual solo quería tomar un poco de jabón en polvo –¿Inosuke, que crees que haces?
Se acercó para observar cómo el chico salvaje forcejeaba con la pobre anciana la cual sólo quería una bolsa de jabón en polvo para poder lavar su ropa y la de sus nietos, Kanao noto con sorpresa como el carrito de su amigo estaba a reventar por todas esas cosas del aseo
–¡Inosuke no seas tonto y dale la bolsa a la señora!– regaño dándole un golpe en la cabeza a su amigo y quitarle de las manos la bolsa tan anhelada por la pobre señora, se la entregó junto unas monedas –disculpe por el alboroto señora
La anciana solo fruncio su ceño, guardo las monedas y metió la bolsa en su carrito, antes de irse le sacó a la lengua a Inosuke quien repitió la accion
–gracias jovencita
Y sin decir alguna otra palabra la mujer se alejo dejando solos al par de amigos, Kanao fusiló al pelinegro con su mirada
–¿¡que crees que haces!?– preguntó/exclamo hacia el de ojos verdes el cual ignoro la pregunta y siguió con su camino siendo seguido por la Tsuyuri –¿¡para que necesitas todo eso!?
–¡si voy a cuidar a Monjiro tendré que cuidarme!– soltó finalmente para luego chasquear su lengua –¡la señora Plie me dijo que saldría con los otros y dejarían a Monjiro solo en casa!– giro en uno de los pasillos para luego meter unos guantes en su carrito –¡y me pidió a mi que lo cuidara!
La de ojos violetas parpadeo enojada, confundida y asustada, el Hashibira no tenía nada de experiencia cuidando enfermos así que temia a que intoxicara a su bebé con una de sus comidas como pasó años atrás, el ojiverde sólo suspiro y le entregó uno de sus muchos jabones a la chica
–ya tienes lo que buscabas, ahora vete
–está bien, me iré, pero antes solo te quiero decir que tengas mucho cuidado con Tanjiro– dijo la pelinegra observando fijamente a su amigo quien asintió y se fue
[...]
Escucho con atencion cada orden de la mujer de ojos morados la cual le indicaba cada cuanto debía tomar la temperatura y darle la medicina a su amigo, observó desde la ventana de la sala cómo la familia Kamado se alejaba en su auto dejándolo sólo a él y a Tanjiro
–ya se fueron...– musito por lo bajo, camino hasta el cuarto de su amigo de cabellos rojos sólo para verlo dormir de manera calmada, el sonrojo en sus mejillas y las gotas de sudor cayendo de su frente junto su respiración algo entrecortada, a ese paso el chico salvaje perdería su heterosexualidad al ver a su querido amigo en ese estado –sólo se dedica a dormir, no hace nada más...
Se alejo del lugar para permitir que el hijo mayor de los Kamado pudiera descansar, se sentó de golpe en el sofá pensativo...Era la primera vez que cuidaba de un enfermo ¿y si hacía algo mal? ¿Y si metía la pata y provocaba que el en vez de mojorar empeorará? Se rasco la nuca con todos esos pensamientos abrumandole hasta que una débil voz le llamó la atención
–¿Inosuke, tu eres quien mamá dejó a cargo?– levantó su vista para ver al ojirojo el cual tenía encima una manta rosada de conejitos (algo que le dejó Nezuko antes de irse), fruncio levemente su ceño al ver al pelirrojo fuera de la cama
–¿¡que mierda crees que haces!?– se levantó de golpe y lo tomó estilo princesa, corrió con el en brazos hasta su cuarto dondi lo dejó caer de manera pesada en la cama –¡idiota, si enfermas más no me pagan!
Luego de eso salió corriendo hacia el baño donde se dio una ducha, el solía ser muy supersticioso además que antes de ir a cuidar a su amigo el estúpido novio de su madre le dijo que tuviera cuidado de enfermarse también, ¡y él no quería estar atado en la cama sin hacer nada!, luego encerró a nuestro querido Tanjiro en su cuarto, aunque al rato lo volvió a dejar salir ya que era hora de la medicina
–actúas más raro de lo normal, Inosuke– anunció el chico pasando sus manos por sus ojos acto seguido sintió como alguien le daba un golpe en las manos –¡oye!
–¡no te toques la cara!– regaño, se sentó al lado del pelirrojo y le ofreció un poco de la agria medicina –quiero que habrás tu boca, ¡Inosuke-Sama lo ordena!
El solo rodó los ojos, abrió su boca permitiendo que su amigo le introtujera la cuchara con la medicina, luego de eso dejó que descansará y salió del cuarto dejándolo dormir
[...]
–¡soy el gran Inosuke-Sama y no me asusto, soy el gran Inosuke-Sama y no me asusto!– repetía para sí mismo una y otra vez protegiendo se con una tapa de las ollas, se puso de puntitas solo para ver como el agua hervía, le bajó fuego y dejó su escudo aún lado –¡listo!... Solo falta el limon y listo– dijo con una sonrisa
A él le gustaba estar en la cocina, le traía recuerdos de sus abuelos cuando era niño, sonreía creyéndose todo un chef al haber hervido agua, busco la azúcar para endulzar un poco el té pero lamentablemente sus abuelos no le habían enseñado a diferenciar la sal de la azúcar y el todavía no aprendía
–¡Inosuke que le estas hechando sal!– el de mechas azules dio un salto, se había olvidado que estaba en casa de los Kamado cuidando de Tanjiro y pensaba que estaba solo, casi siempre que está en la cocina piensa que no hay nadie consigo así que no pudo evitarse y para su mala suerte se hecho toda el agua encima –¡Inosuke...!

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Cuidando A Tanjiro
FanfictionLuego de un duro resfriado que derribo a tanjiro literalmente, kie le pide a sus amigos que cuiden de que no vuelva a enfermar ¿que pasará?