Te deseo

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Narra Cade

Senti que algo se ponia encima de mi, era pesado pero liviano para mi, mientras abria los ojos vi un pecho lampiño enfrente de mi, muy blanco y hermoso que parecia la misma nieve, mire mas detenidamente, tenia musculos no muy marcados pero si, mire un poco mas y vi un cabello azul muy largo que le llegaba un poco mas abajo de la cintura, era completamente lacio, caia como cascada todo junto de su lado derecho, para cuando llegue a la cara pude ver a Ojos azules enfrante de mi, me sonreia con malicia y mucha pero mucha sensualidad.

Yo ya estaba completamente despierto y me di cuenta de que se habia metido entre las sabanas y ahora estaba tan desnudo al igual que yo. Estaba arriba de mi estomago pero sus nalgas tocaban mi ya erecto pene, el se dio cuenta de que me estaba asustando y me sonrio con mas aprecio que deseo.

- sabes, de todos los humanos en este planeta eres el unico que ha provocado en mi "alma" esa sacudida caracteristica del aprecio... - dijo mirando a la deriva, de pronto poso sus ojos en mi- ...pero yo no te aprecio- sus ojos irradiaban algo indiscriptible, algo muy fuerte- ...te deseo, te deseo desde hace mucho tiempo Cade y lo unico que quiero es tener esa danza tan dulce que los humanos tienen y los autobots no, solo entre tu y yo.

Me alzo las cejas dandole doble sentido a la oracion, poco a poco su mano toco mi mejilla y la acaricio con sus hermosas manos blancas, si era un hombre, pero este si que era mi hombre.

Su mano fue bajando hasta mi pecho donde lo acaricio, habia estado haciendo ejercicio por lo cual ahora podia presumir de mis musculos cuando hiba al gibnacio, su mano empezo a acariciar mis pectorales, despues se inclino hacia abajo y me empezo a besar, lamer y morder  los botoncitos que tenia por pesones, uno por uno, lentamente y sin ningun pudor. Todo lo que hacia era verme, disfrutar de como se me entrecortaba la respiracion y movia las caderas para que me diera atencion hay.

- mmm, al parecer estamos muy impacientes aqui no, pues yo tambien pero esto es un castigo- me empezo a lamer cada cuadro que se me marcaba tenuemente en el abdomen, luego fue bajando directo a mis caderas.

- ¿por que?- me carcomia los bellos no saber porque me hacia esta tortura.

- porque te has dado placer a ti mismo todas las noches, mañanas y tardes con tus hermosas manos, cuando te deje claro que yo era el unico que podia tener todo tu placer- me dijo con sus bellos ojos azules repletos de enojo y desquiste.

- ¿quien e-eres?- era lo unico que queria saber de el solo eso.

- ahora tengo muchos nombres y el que tu me diste me encanta pero mi verdadero nombre es Orion Pax o Ori, como quieras llamarme durante tu catigo- hiba a empezar a lamerme el ombligo cuando yo lo tome de los hombros y lo tire para atras, yo me acoste encima de el y agarre sus muñecas, las puse arriba de su cabeza y esparci su hermoso cabello en la cama, agarre un mechon y lo bese mientras lo miraba, seguia igual de calmado, pero ahora tenia sus mejillas sonrojadas.

- desde que murio mi esposa no he podido encontrar a alguien que pueda igualarla, pero enme aqui en una cama contigo, completamente desnudos y sin verguenza de lo queremos hacer, al igual que tu, yo te deseo de una forma muy, pero muy grande - dije coseguridad, el me complementaba, pero no tendriamos sexo hasta que supiera como habia llegado aqui- pero no tendremos nada hasta conocerlos, haci que envuelvete en las sabanas antes de que ballamos a la cocina a comer o busca ropa en los cajones  te veo abajo- me quite de encima suyo y busque debajo de mi almoada unos pantalones deportivos azules para emergancias (por si me daba flojera levantarme y buscar alguno). Tan rapido como me los puse sali de ese cuarto donde estaba mi inquilino nuevo, cuyo aspecto era mejor que cualquier sueño, solo me diriji en la cocina y en cuanto entre me encontre a la persona menos indicada para estar hay.

Corazones rotos entre los transformersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora