NO SOY CAPAZ DE DEJARTE IR

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POV Finn:

Las cuerdas de mi guitarra estaba más flojas que el elástico de los calzoncillos de mi hermano.

—¡Maldita sea!— exclamé

Tenía que llevar mi guitarra afinada y con cuerdas completas para la clase de música. Las clases habían empezado hace muy poco y todos los años nos hacían escoger actividades extracurriculares, entre ellas estaba música, arte, teatro y cocina, o bueno, esas son de las que me acuerdo. Pero yo era un desastre dibujando, el profesor de teatro me daba miedo porque siempre paraba gritando y hablando de su esposa, y en cocina no podía estar ya que una vez casi quemo la casa tratando de freír un huevo. Así que música era la opción más recomendable para un chico desastroso como yo.

—¡Finn Wolfhard! ¡Baja ahora mismo a desayunar!— gritó mi madre con tanta furia que tenía miedo.

—Mierda— dije en un susurro.

Mi mochila no estaba lista, yo seguía con la pijama que mi abuela me había regalado por navidad y mi cuarto era un desastre. Definitivamente iba a morir.

Sentí las pisadas ruidosas de mi madre subiendo por las escaleras. Empezé a entrar en pánico. Si ella me veía en esta situación de seguro me iría muy mal.

Tome lo primero que vi de la ropa amontonada en mi silla, guarde los libros y cuadernos en mi mochila y salí corriendo de mi habitación.

Me topé con mi madre en el corredor y pude ver la furia irradiando en sus ojos. No cabía duda de que estaba explotando por dentro.

Ella solo me miró y dijo.

—el desayuno está listo cariño, baja a la cocina y come todo por favor — esbozó una sonrisa y siguió caminando por el corredor.

Era mi segunda semana de clases y no podía creer que ya iba a tener una tardanza. Maldita sea.

Baje a la cocina y efectivamente mi desayuno se encontraba en la mesa redonda de vidrio, sólo había un pan sin nada y un vaso de leche. ¿Es en serio? ¿Y así quiere que resista todo el día en la maldita escuela?

Le tomé poca importancia y termine el desayuno en menos de 3 minutos.

Era tarde, muy tarde. A si que salí de mi casa lo más rápido que pude y corrí hacia el paradero, rezando para que el autobús no me halla dejado. Afortunadamente el autobús aun no había pasado, a si que ,me senté en una de las bancas del paradero a esperar y a tratar de digerir la miseria de desayuno que había tenido el día de hoy . 

El autobús no tardo en aparecer, me subí al vehículo oxidado de la escuela y me senté en la ultima fila

Solté un suspiro por lo cansado que estaba y luego decidí acomodarme el desastroso cabello que tenía. Los rulos era insoportables, tenía que tardarme más de 20 minutos acomodandolos después de bañarme.

Después de unos minutos conecte mis audífonos a mi teléfono y empezé a escuchar música. Are you bored yet? Empezó a sonar fuertemente, era una canción de una banda muy buena.

Me pase todo el camino escuchando música tratando de relajarme, minutos despues ya nos acercábamos a la escuela, tome mis cosas pero me percate de algo que casi me causa un paro cardíaco.

Tenía el estuche de la guitarra en mano. Pero ¡No estaba la maldita guitarra!

Había salido tan rápido de casa que ni si quiera había metido la guitarra al estuche.

Abrí el estuche y lo único que había en su interior era una de las cuerdas que se le habían salido de la guitarra.

Definitivamente estas cosas solo me ocurrían a mí y a nadie más que a mí.

Solté un suspiro de frustración y baje del autobús. Me puse a caminar a paso rápido por la acera de la escuela y poder llegar a mi salón lo más rápido.

Abrí la puerta del aula de música ya que era la primera clase que tenía. Deje mis cosas y empezé a preguntarme si era yo o simplemente tenía demasiada mala suerte.

Era la única persona en la sala hasta que sentí que la puerta de la entrada se abría de golpe.

Una chica con capucha tapándole la cara había entrado furiosa.

Al parecer ella no se había percatado de mi presencia. Se quitó la capucha y  se agitó el cabello dejando su aroma en el aire.

Ese aroma... Era tan familiar. Pero... No podía ser posible. Ella estaba en otro maldito continente.

Pensé que estaba alucinando totalmente hasta que ella giró, y pude ver su rostro suave y esos ojos que alguna vez me habían vuelto loco, tenía las mejillas rojas y los ojos llorosos. Ella seguía sin darse cuenta de mi presencia.

Yo entré en pánico y simplemente tome mis cosas y salí de el aula. No podía estar con ella ningún segundo más. Pase lo más rápido que pude por su lado y me dirigí a la biblioteca.

Me senté en una esquina en donde nadie pudiera verme.

Me tape la cara con las manos. ¿Cómo podía ser posible?

Decidí calmarme un poco y saque de mi mochila un collar con la medalla rota.

No sabía porque la conservaba pero de lo que si estaba seguro era de que mi corazón estaba partido en pedazos, al igual que esa medalla.

Era débil, sí, lo era.

Yo mismo había comprobado que el amor era malo, te hacía débil. El amar es una debilidad. Y yo la había amado con toda mi alma.

Soy tan débil que no soy capaz de dejarte ir.

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HOLA A TODOS!!!

Estoy devuelta en esta cuarentena, trayéndoles una nueva historia!!

Finn Wolfhard y rayita

Gracias por todo el apoyo que le dan a todas mis historias y espero que esta nueva historia reciba el mismo apoyo también.

Espero que les haya gustado, estaré subiendo más en estos días.

Comenten si les gusto y si quieren más capítulos.

Gracias por leer ♥️♥️

Nos vemos pronto ✌️✌️


Let Me Let You Go • Finn Wolfhard Y TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora