Tontamente inesperado [Haikyuu!! RareWeek 2020]

Entre el poder y el querer

Día 2: Operación | Espacio | Viajero del tiempo!AU

Yamaguchi Tadashi/Akaashi Keiji

(Otras 5 historias en ao3 y lo primero que me encuentro es un trío con Bokuto, lol, esta pareja necesita más aprecio. Ok, esta es la primera vez que escribo algo sobre el espacio, así que perdón por si no tiene mucho sentido, pero me hacía ilu. Y sorry una vez más por el OOC, lo intento vale okok)

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Yamaguchi camina despacio sin estar seguro de cuán sólido es el terreno que pisa. Mantiene una de sus manos en la palanca que activa su mecanismo gravitatorio, por si las moscas, ya que en un planeta tan cambiante como lo es en el que se encuentra ni siquiera puede fiarse de lo que ve. A lo mejor sin quererlo su pie cae encima de lo que se creía como una roca y de esta sale un par de ojos que provocan la rotación precipitada de la tierra, como ya le había pasado alguna que otra vez. Y sinceramente, no tiene ganas de repetirlo.

—Si no cierras esa bocaza en los próximos diez segundos, pienso encontrarte entre todos estos matorrales y ahorcarte con una liana. —La voz de Tsukishima suena a través de su auricular y Yamaguchi resopla divertido, empañando el cristal de su mascarilla, entretenido con la discusión que habían estado manteniendo sus compañeros de trabajo durante al menos cinco minutos. El quejido ofendido que Hinata suelta suena un poco entrecortado, advirtiendo a Yamaguchi que se esta alejando demasiado de la nave principal, lo que llama la atención de Kageyama, quien en contra de su voluntad se había quedado al control de las comunicaciones. 

—Tadashi, estás saliendo del perímetro.

El chico tararea, asintiendo con la cabeza demostrando que es consciente de ello. Sin embargo, lleva cerca de media hora caminando alrededor de esa maldita jungla sin encontrar rastro alguno de la misteriosa flor que buscan y se ha comenzado a preguntar en sí los cálculos no han sido del todo acertados.

—No seas estúpido y da media vuelta —Tsukishima le regaña —, si te alejas demasiado perderemos tu comunicación.

—¡Eso! ¿Y si pasa lo de la última vez? ¿Y si aparece uno de esos gigantes violetas que por casi nos parten en dos? —Yamaguchi, desde donde está, es capaz de sentir el escalofrío que recorre la columna vertebral de Hinata recordando la última misión.

La cual en realidad no fue culpa de Yamaguchi por mucho que todo el mundo se haya empeñado en tacharlo como el principal culpable.

El chico se agacha para pasar por debajo de un árbol enorme. La verdad es que el planeta en el que se encuentran es posiblemente el sitio más bonito en el que alguna vez haya estado y eso que perteneció al escuadrón de la constelación del cuervo durante sus días de gloria. Ha estado en planetas que viven de noche, lleno de luces luminiscentes que hacen brillar el suelo en donde pisa; En lugares con ciudades sumergidas en medio de un océano infinito, escondidas del ojo inquieto de cualquier ser humano. Y aún así, nada de esto consigue compararse a la tranquilidad que esa jungla le proporciona.

—Volveré en veinte minutos justos —zanja Yamaguchi apagando sus auriculares con su mano desocupada. Ahora que no tiene la seguridad de su equipo a su espalda, necesita de sus dos oídos para asegurarse de que no hay ningún peligro asechándole a su alrededor. Continúa con su andar despacio, mirando a todos lados buscando la maldita flor que se le había pedido.

Sin duda alguna, es el primer trabajo del cual cree con firmeza que es una estupidez. ¿Qué tipo de idiota contrataría a un grupo de cazarrecompensas para encontrar una flor? Sería capaz de entenderlo si fuese debido a que está en un planeta peligroso, un mundo sacado del mismísimo infierno en el cual revolotean indígenas llenos de tentáculos y con cara de mala hostia. Pero en la Tierra el único ser vivo que vuela a sus anchas son las abejas y aunque su picadura es realmente molesta, no es lo que se diga un peligro digno de un grupo como el suyo.