Soy de las personas que no se aburren fácilmente en el día, pero si llevo haciendo algo por un mes renuncio.Sin embargo, la vida que llevo hoy no me permite dejar el trabajo porque, hace un mes dejé de vivir con mis padres.
Si, me independice.
Suena tan bien decirlo... me siento libre. Por supuesto que eh planeado normas personales como: lavar mi ropa cada semana, dormir a las 12am y darme mis ocho horas de sueño, levantarme a hacer mi desayuno y aunque solo mi compañera de cuarto, Karen, viva conmigo debo cepillarme los dientes después de cada comida, o al menos tres veces al día.
Es decir, darme ese amor que solo yo puedo regalarme.
"La libertad es volar sin alas" justo ahora.
Dejo ese estado en WhatsApp y me dirijo a mi trabajo. Mientras camino les voy a contar un poquito sobre mi querida fuente de ingresos, estoy segura que muchos de ustedes saben como es el oficio de una mesera, llevar y traer platos. Si suena fácil, pero, ¿quieren que les cuente "lo que callamos los meseros"?
Anótalo.
1.- Que se te resbale un plato y luego te señalen un letrero que diga "plato que rompe se le será descontado".
2.- Hablar con los jugos de naranja para que no se derramen en tu mano.
3.- Si eres chica o chico acosado, decirle a tu compañero "puedes atender esa mesa, no tengo más espacio".
4.- ¿Quien crees que limpia el vómito?
5.- Que te chiflen para que les atiendas.
6.- Que se sienten en la última mesa.
6.2.- Que te hagan ir y venir porque no hay el sabor de gaseosa que pide y de paso se olvida de pedirte una cuchara más.
7.- Cuando hay lluvias es la peor pesadilla para el piso (El lodo).
8.- Siempre eres el último en salir.
9.- No gemir al hacerte un masaje de pies al final del día.
10.- Que te pidan el numero de teléfono.
11.- Que te digan "señora" :)
12.- Que salgan "desahogandose" contigo cuando la cocina no manda el pedido.
13.- Cada que te llaman señorita automáticamente suena en tu mente "I love it when you call me señorita".—¿Señorita?
—¿Si?
—Eso es todo
—¿Disculpe me repite?
14.- Olvidar lo que encargaron y que te fulminen con la mirada (bueno hasta yo lo haría)
15.- (La que más odio) dejar la comida mientras atiendes.—Disculpe, ¿tiene cerveza?— pregunta nervioso
— Si.
—¿Me puede traer una Pilsener?
—Enseguida— Camino a la refrigeradora de las gaseosas y al llegar ¡Todas dicen pilsener! 16.-no saber nada de alcohol, anótalo en la lista.
Abro una muy popular que veo siempre en la mesa que dice "Pilsener Light" grande.—Aquí tiene joven— Primero vi una cara de susto, y luego río tanto que llamó la atención de los clientes. Ay no mi jefe también esta mirando —¿Disculpe?— sentía arder mis mejillas.
—Señorita... uno— ay no. Levanto un dedo y continuó —La Pilsener es la botella color negra, por algo ahí dice Pisener Light— Mi boca tenia una "O" —Segundo —ay no levanto otro dedo, y continuó —Las cervezas no llevan sorbete— y se hecho a reír de nuevo.
Mi cara parecía lava, había mucha gente mirando —Lo siento es mi primera vez...— Dije desviando la mirada apenada. Como no respondió lo miré. Tenía una cara de lujuria, yo no era inocente a este chico se le subió la sangre. —¿Disculpe?— pregunté tímida.
— Te disculpo.
Deje escapar un suspiro que tenía atrapado.
—Solo si me das tu número— dijo decidido.
Ya estaba acostumbrada a eso así que no me inmute —Lo siento yo... — Fui interrumpida por una voz a lo lejos.
—¡Lis!, no te pago por coquetear— grita molesto mi jefe.
Me puse tensa y me mordí el labio por la vergüenza, me daban ganas de llorar.. como es posible que todo el mundo me trate así, ¿no pudo llamarme sin gritar eso?, anótalo en la lista de "lo que callamos los meseros" 17.- Tener un jefe que no te valore.
—Perdón— dijo el joven chico apenado. No me había dado cuenta de que era atractivo. Tenía cabello largo y rubio, ojos como el sol, debajo de estos lucia ojeras y vestía de terno. Curioso, nadie con terno pisa este lugar —Gracias por hacerme reír hoy, la verdad me hacía falta— Es la primera vez que desviaba la mirada, no pude verle la cara —Tenga— pone dinero sobre la mesa —mejor me voy antes de que le cause más problemas—
Mis vista comenzó a nublarse
—¿Como va a pagar algo que no hizo?— me estaba esforzando por no llorar, si muy dramático pero es que me llego al corazón —Es mi culpa, soy una inútil.
—Tranquila, dijiste que es tu primera vez— dijo las últimas tres palabras lentamente, lo que logró intimidarme. Las lagrimas se fueron al instante, era solo otro cliente pervertido. — Bueno, espero verla el próximo fin de semana, linda señorita— Dijo coqueto
Me quedé ahí congelada
—¿Piensa venir a pesar que..— estaba buscando las palabras correctas y me interrumpió
Negó con la cabeza —No te inferiorizes por simples comentarios— dijo como si supiera lo que iba a decir y se... ¿No se levantó? ¿Que? —Mark, mi nombre es Mark—
Dijo y se fue moviendo su silla de ruedas a la salida. Lo vi marcharse hacia un carro grande y vi como dos niños lo abrazaban fuerte.
Porque me coqueteaba si tenia hijos. Me dio dolor de cabeza pensar que era atractivo... bueno si lo era pero, coquetearme e ir con sus hijos a darle una sonrisa, no.
Como ya era rutina (a excepción de el señor, Mark) sin darme cuenta ya estaba en mi departamento.
Fue un largo día... mañana es lunes e inició mi último año de colegio. Y me iré de aquí, lejos de lo que diga, mesera.
—¡Karen! ¿Estas aquí?
—Bu!
—No me asustas
—Oye hoy vienes más animada— dijo mientras movía las cejas. Si ella, Karen, de la chica que les hablé. Mi compañera de cuarto. Ella era pelirroja, solo les diré que parece a Valiente con sus rulos bailando por todos lados.
—Oye ¿tú te peinas?
Rodó los ojos —Es un secreto— dijo con una sonrisa y saco su mano de mi hombro.
—Lo descubriré tranquila, vivimos juntas— dije sacudiendo donde tenia la mano con indiferencia.
—Oye— dijo divertida. Me asusta —No me lave la mano—
—¡Eres una puerca!— Dije y me fui a bañar. Mientras unos usaban el baño para conciertos, yo tenía mis presentaciones de filosofía.
Se escuchaba reír sin parar, amo su contagiosa risa
—Ni me dejas terminar— dice entre risas antes de recuperar el aliento —estaba acariciando a mi peludo Yuki— habla de su gato— te lo merecías por preguntar si me peinaba— grita alejándose quizá a la cocina.
—¡Espero que al menos te las laves para cocinar!— grite abrazando mi pecho como para que no se me desgarren los pulmones del fuerte grito.
Abrí la llave, fría agua recorría mi cuerpo.
Otra de las cosas por las que ausenta el aburrimiento, Karen.
No puedo dejar de pensar en el apuesto Mark, bueno soy una chica soltera, pero debo de borrarlo de mi mente porque tiene hijos.
アリアナ
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Amor entre ruedas
Teen FictionBienvenido, soy Lis, mesera del restaurante y picanteria más conocido de mi pueblo, "las delicias del mar". ¿Que desea? - Tu número...