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 Al igual que Hansel y Gretel, me encontré persiguiendo migajas, migajas de un amor que no llevaban a ningún sitio.
 Fuiste el canto de sirena que destruyó todos mis navíos.
 Fui el genio en la lámpara complaciendo tus deseos.
 Él flautista atrayendo ratas con sus notas.
 El zapato de cristal cortando mis pies al tocar las doce de la noche.
 Entre miradas esquivas. Solo tus pupilas flecharon las mías en la oscuridad de la noche, fuiste Medusa, me has vuelto piedra.
Me llevaste a volar demasiado cerca del sol, se han desarmado mis alas y estoy cayendo al igual que ícaro.
 Es tan grande el abismo que encontré en tus brazos, cada vez que me tocas me siento una niña perdida, si no te deja crecer no es amor, trato de huir como Wendy, me digo nunca jamas.
Me tropiezo entre las ramas de tu bosque, te corro y te halló mirándote al espejo, te ahogas en tu reflejo al igual que Narciso y yo a tu lado me desdibujo ante un ego que me mancha como tinta.
 Eras el cazador al que enviaron a arrancar mi corazón y llevarlo en una bandeja.
 Fui caperucita ignorando los pasos del lobo.
 Vos la manzana envenenada.
 Yo Rapunzel colgándose con su propio cabello.
Un día un beso tuyo me despertó, sentía que llevaba toda una vida dormida. Hoy en cambio busco en tus labios los rastros del veneno que no alcanzan a matarme.

De todos los cuentos que leíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora