SINOPSIS

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Sí, desde que el estaba en la secundaria se veía que Mean Phiravich era alguien imponente, todos decían que sería él que diera la última palabra en todo lo que hiciera en un futuro, pero allí estaba, ya siendo todo un profesional en su trabajo y siendo esclavo de los tiernos pucheros de su esposo, Plan Phiravich, que siempre pedía pequeñas cositas que iban desde una sesión larga de mimos, dulces, salir a pasear juntos, acompañarlo a la empresa de la cual era dueño... Varias cosas que eran pequeños detalles, pero que lo habían parecer todo un niño adorable ante todos los que lo vieran.

Era un mimado en el buen sentido de la palabra, porque nunca le había hecho berrinches al mayor, pero sí pronunciaba su puchero mientras jugaba con sus pequeñas manitos inconscientemente, y por arte de magia, P'Mean estaba cumpliendo su deseo entre dientes por ser tan dócil ante el de cabellos rubios.

Pastelito || MeanPlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora