Junio.

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Para quien fui:

23 de Junio, empezó el invierno;
junto a él millones de memorias revivieron.
Las manos de él se habían vuelto frías.
Ese vacío, al cual le escribí millones de veces, se había presentado por primera vez.
La primera de muchas, la primera vez que el vacío sirvió para amortiguar el dolor que tenía clavado en el alma gracias a él y su helado corazón.
Me volví ese vacío que en mi pecho creció.
Me encantaría echarle toda la culpa a él pero no puedo. Al corazón nadie puede controlarlo.
Supe también que yo no podía tampoco. No podía controlar sus latidos por mi. Si quería que se quedara, tenía que decírselo, pero, no podía.
El viento, el frío, esta noche recorre partes de mi que después de él nadie pudo recorrer.
Yo me volví vacío.
Tal vez era por eso que no podía soltarlo, porque sería soltarme a mi.

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