El aire se sentía menos pesado, más ligero y fresco...
Si tomaba conciencia, el tacto de su piel contra sus sabanas se sentía suave, seco y sedoso.
Podía sentir la frescura de unos paños con agua fría regados por su cuerpo casi desnudo, bajando la fiebre.
Quiso abrir sus ojos, pero los sentía demasiado pesados, el hablar no parecía fácil, tenía los labios pegados por la resequedad, y le dolían un poco, ni que decir de sus extremidades, que han sufrido los últimos 3 días de su celo.
¿Habrá llegado su madre de estados unidos?
Con paciencia siguió meditando en la quietud de esa cama, porque no era suya, con su olfato podía discernir cual era la suya, y esta no lo era, pero aun sentía ese aroma a casa.
Entonces...¿Dónde estaba?
Podía escuchar de fondo los tic tacs de un reloj, tal vez un cronometro de cocina, un suave goteo simplificándole el ambiente de afuera, los grillos se escuchaban, debía ser de noche, haciendo cuentas pudo haber estado en la inconciencia por unas horas, o todo un día.
La suave brisa del aire acondicionado le hizo estremecerse, ya comenzando a sentir más frio que el intenso calor que sufría en su celo.
Juro que escucho el sonido del silencio pacifico por unas horas antes que volvieran aquellas gotas saladas a salir rebeldes entre sus parpados casi pegados, deslizándose entre sus mejillas blancas.
Un suave toque, tal vez un pañuelo le hizo paralizarse, tensando sus musculosos como si hubieran sido congelados.
-no llores...-si viento hablara, esa sería su voz.
No era su hermano, no era su padre, no era su madre, mucho menos alguno del grupo de sus amigos que acostumbraba andar.
No...
-ten...tengo sed-fue todo lo que se le ocurrió decir, saliéndole la voz muy seca y rasposa.
Aquella mano con delicadeza levanto su cabeza para apoyarla en un suave regazo, una pajilla fue asomado entre sus resecos labios, casi con dolor tuvo que separarlos para tomar la punta y comenzar a succionar, sintiendo el aliviante frio del agua por su boca, bebiendo como vagabundo encontrando un oasis.
-despacio Ram-aquella voz repitió, acariciando sus cabellos.
No creía que esa persona fuera la que estaba ahí.
Apenas y termino el contenido, remojo con su lengua sus labios resecos, sintiendo el sabor seco de la sangre y las perforaciones recientes que tuvo.
La toalla húmeda fue retirada de su frente, utilizada para limpiar sus parpados mojados y cubiertos de lagañas con suavidad.
Quería negar una vez más, que ese olor a tierra, a pétalos y café no era de él, pero lo era.
De todos modos ¿Qué hacia el ahí?
No fue lento, no gustaba mucho de las vueltas al mismo tema y abrió sus ojos, viendo borroso por unos minutos debido a la sal de las lágrimas y la leve luz de una lámpara de noche al lado de la cama que se encontraba.
-King...-murmuro su nombre con algo de sorpresa y cansancio.
-hola cara fría-saludo intentando sonar alegre, pero le salió más apagado.
Estaba igual desde aquella confrontación, solo que podía vislumbras unas ojeras que querían salir bajo sus ojos, el cabello no tan suave como de costumbre, incluso se lo corto más de lo que acostumbra. Su rostro, su bello rostro era contaminado por una expresión de infelicidad.
-debería golpearte, debería haberte dejado unos días más retorciéndote para que dejaras de ser estúpido...-murmuro ya no con enojo, sino con cansancio.
El de tatuajes no dijo nada, solo lo miraba aun sin creerse que estuviera el ahí.
-¿tienes idea cuanto nos preocupaste? ¿Acaso tienes idea como esta Duen? ¿Tienes una idea de lo histérica que está tu madre?...-le siguió reprochando ya elevando un poco la voz, frunciendo el ceño.
No dijo nada a todas sus preguntas retoricas, solo podía observarlo como una estrella que de repente apareció en un firmamento negro, observando como su rostro cambiaba de tristeza a la molestia, del enojo a la ira.
-¡¿sabes que casi muero atropellado por venir corriendo así aquí?! ¡No tienes idea lo que me hiciste pasar! ¡No tienes una puta idea lo que tuve que hacer para entrar! ¡No sabes!-siguió gritándole, comenzando a temblar como si tuviera epilepsia.
Ram lo miraba con ojos bien abiertos, sintiendo una nueva humedad en su frente.
-¡contéstame maldita sea!-grito por una vez más, sintiendo el ciclón de emociones en su pecho, amenazándole con estrangulare, sin molestarse en cubrir su rostro, llorando a herida abierta, sin importarle exponerse totalmente a su espectador.
Ram cerró los ojos, queriendo sentir aquellas lágrimas de ese ángel bañando su rostro, como un desolado en el desierto sintiendo en la piel por primera vez una lluvia después de un año.
Porque le pareció un año, o mucho más, casi media vida sin sentir de nuevo aquel chico que le teme a los perros, sin poderle hablar por textos con escasas palabras, sin salir a comer juntos, sin sonreír ante sus pésimos chistes, sin sentir el aliento detrás de su nuca cuando le daba tutorías o la calidez de su risa.
Por un momento, aunque sonara mal, podría jurar que sentido en esos meses lo que era tener cáncer, se sentía que moría, que la parca le chupaba el alma, que su brújula ya estaba quebrada, sin algún sentido o motivación para seguir levantándose todos los días.
Pero aquella lluvia le calmaba por un momento su sed, su sed por King.
Comprendió entonces que no quería esperar a ser rescatado por nadie más que por King, de hecho ni esperaba que lo rescatara, solo le bastaba verlo una vez más...
-Te amo-aquellas palabras salieron desde su corazón aun latiendo, mirando aquel ángel con algo que se asemejaba a una sonrisa entre sus destrozados labios morados.
King paro de llorar, mirándolo sin decir nada por unos minutos, parando todo llanto, esperando a que saliera de aquella boca casi muda que es una broma.
-Te amo-repitió una vez más Ram, sintiendo que la flor del amor que ha plantado en su corazón King no ha muerto.
-Ram....-pronuncio su nombre tembloroso.
-Te amo, te amo, te amo-seguía repitiendo, no queriendo detenerse jamás, no le importaba su auto regla de ser pocas palabras, no le importaba nada más que decirle que lo amaba tantas veces como fuera posible.
A pesar que le ha rechazado, nunca podría dejar de sentir.
-te amo, siempre te amare-no quiso que le saliera amargo eso último, pero se reflejó una porción de la amargura que sentía.
El rostro de King se deformo en arrepentimiento, dolor y culpa, cubriéndose el rostro con sus palmas.
Su hubo un dios del tiempo, les hizo el favor de ser la noche más larga, porque sentía que pasaba horas interminables de declaraciones, de lágrimas, lamentos y corazones al rojo vivo.
-perdóname-la voz le salió casi en un hito, que casi no lo escucho el boxeador, pero siendo un mudo sin serlo tenía sus ventajas.
King no le salía otra palabra de su garganta enrollada de espinas más que eso, perdón, perdón por haberle mentido que no sentía nada, perdón por apartarse de su lado, perdón por ver su dolor y aun así no le ayudo, dejándose inundar de las dudas, del orgullo y la ignorancia de su propio corazón.
También sentía algo por aquel precioso mudo, solo que lamentaba mucho haberlo descubierto tras hacerle sufrir.
-te amo-fue todo lo podía decir Ram, escuchando el discurso del corazón de King.
-te amo Ram-
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Volver...
FanfictionA veces se necesita perder para volver a recuperarse. King x Ram. My Engineer the series.