Capitulo 3

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Las horas de la noche pasaban lentamente, podía sentir la caliente mejilla de su estrella en su pecho desnudo, aquel dedo delgado haciendo dibujos en su abdomen, respirando ya tranquilo después de unas largas horas moqueando y humedad salina escurriéndose.

Le hizo mucha falta, podía decir que lo necesitaba como oxígeno para respirar.

A pesar que también King fuera un alfa, su olor no le desagradaba, le gustaba mucho, su piel no concordaba mucho con la casta dominante al igual que su apariencia, era algo bajo, delgado, facciones no tan duras y rostro gentil, en primera lo confundió con un omega, un dulce omega que quería cortejar, aunque cuando descubrió que tenía su mismo equipamiento dudo un poco, pero sabía lo que quería su corazón, lo quería como compañero de vida.

Ya ha pasado más de seis meses de aquella noche en que ambos se dijeron sus sentimientos, esta misma fecha volvió su celo, y King estuvo a su lado a cuidarlo, pero si algo noto, es que aun sufría por esa noche.

Entonces lo decidió.

-King-le llamo.

Lentamente aquella cabeza se levantó de su pecho, limpiándose un poco los ojos, mirándolo con timidez, Ram seguía siendo un hombre de pocas palabras, que le llamara significaba que diría algo importante.

-quiero que seas mío-fue todo lo que salió de sus labios.

Pasaron seis meses, y a pesar que se han acercado, que prácticamente sus almas están compenetradas, no lo han hecho oficial, a sus ojos y los ojos de los demás seguían siendo amigos, solo de los que se dan ciertos cariños.

Ya no quería esperar, quería salir a la calle orgulloso que tenía a alguien como King de compañero, quería presumirlo como lo hace Bohn con Duen, quería dar a conocer que tenía a su especial, al fin lo encontró y nunca lo dejaría ir.

A través del tiempo que se han conocido, King ha desarrollado esa conexión que tienen los más compenetrados, y por ello aunque no hable, sabe lo que quiere decir y piensa.

Abrió los ojos en plato, sorprendido de esa propuesta.

-¿es-estas seguro?-pregunto con ansiedad, esperando rápido una afirmativa.

Porque también lo quería, lo deseaba, lo imanaba cada día...pero a la vez se sentía indigno de un alfa tan bueno como Ram.

-quiero que me hagas tuyo-no supo porque, pero a pesar que lo dijo inexpresivo, una ola de calor se instaló en su cuerpo, temblando en ansiedad y emoción.

No hizo falta más palabras, porque ya no eran necesarias, los labios se encontraron, y la ropa salió, comenzando el apareamiento.

Ambos desnudos temblaban en necesidad, inexpertos pero a la vez seguros de completar la unión tan deseada.

Ram tomo más la iniciativa, y puso bajo su cuerpo a su amado, mirándolo a los ojos por unos momentos, apreciando la timidez y el ardiente deseo que le profesaba.

Le beso vorazmente, queriendo saciar de una vez por todas aquella fantasía que le atormentaba todas las noches, restregando su erección contra la otra y la piel blanca contra la bronceada.

La saliva comenzó a inundar ambas bocas, el coctel hormonal especial de ambos les hacía levantar más la pasión, haciendo un desastre.

La ternura estaba de fondo y ahora solo reinaba el ardiente deseo y lujuria.

Ram se separó de su boca, sentando sus nalgas encima de su erección, restregándose contra ella, sacándole gruñido de placer, sujetándolo por las caderas gruesas y anchas.

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