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Habían llegado a la parada de taxis después de coger sus maletas pero la mayoría de los vehículos estaban abarrotados. Alex vio uno en el que se montaba una chica que le llamo la atención, le dijo a sus amigos que ahora volvía. Antes de que ese taxi arrancara abrió la puerta trasera y le pregunto a la chica que si le importaba que se montara con ella ya que estaban todos ocupados, la camera le echo una de sus sonrisas picaras y la chica le dijo que no le importaba. Metió la maleta en el maletero y se despido de sus amigos alzándoles la mano. Los mejores amigos se miraron incrédulos pero seguidamente se echaron a reír, pues Alex desde luego que no perdía el tiempo.

Después de estar rato y rato esperando por fin pudieron subir a un taxi vacío, llegaron a su edificio, pagaron a mitades el taxi y salieron de él. Subieron en ascensor hasta su piso. Al entrar empezaron a escuchar ruidos raros, Beca sonrió pero Adam frunció el ceño.

Adam: ¿Escuchas eso?- susurro y Beca asintió- ¿Nos estarán robando?- dijo de forma inocente, lo que le saco una sonrisa aún más grande a la Dj-

Beca: que va, es Alex acostándose con esa chica

Adam: ¿Tú crees?- y entonces escucharon un gemido- vale si, tienes razón

Beca:- soltó una risilla- voy a sacar la ropa de la maleta

Adam: ¿Vemos una película? Por favor, mi habitación está al lado de la de Alex, no me apetece escucharla y tampoco quiero sentirme aun peor por yo no tener sexo

Beca: ¿Te apetece pizza?

Adam:- la miro desconcertado por ignorarlo y cambiar de conversación- em...bien pero aún son las seis como para cenar

Beca: nunca es tarde para comer pizza, voy a dejar la maleta en mi habitación y bajamos a la pizzería de al lado

Cuando entraron al establecimiento, saludaron animadamente a la mujer que estaba en el mostrador, era una mujer mayor, bajita de pelo rubio y algo regordeta con la que tenían "bastante" amistad ya que frecuentaban el lugar. Se llamaba Eleonora y su marido Filippo, eran un matrimonio italiano que ya llevaban tiempo viviendo allí, llegaron de jóvenes a Los Ángeles y montaron un restaurante tradicional como si de la vieja Italia fuera. Podias ver el horno y como hacían las pizzas. Beca, Adam y Alex siempre se sentaban cerca de la cocina porque les gustaba ver como las hacían y el olor que despendían. La mujer se acercó a ellos con su característica sonrisa y los saludo.

Eleonora: hola niños, que tempranos venís hoy- los miro- ¿Y Alex?

Adam: si, es que se le ha antojado- señalo a la morena- y nuestra amiga... no podía

Beca: si, estaba haciendo cosas y yo pues tenía hambre- se encogió de hombros-

Eleonora: que buena gana tienes siempre- le sonrió tiernamente- ¿Qué querrás?

Beca: lo de siempre y una coca cola

Adam: yo solo una coca cola

Eleonora: ¿Un trozo de romana?

Beca: si por favor- le sonrió ampliamente- gracias

Eleonora: tienes suerte niña Filippo acaba de sacarla del horno- le dio un grito a su marido que se asomó por el cristal y al ver a los chicos los saludo con la mano y una gran sonrisa- en seguida os traigo todo- se alejó y Adam miro a Beca-

Adam: adoro a esta mujer ¿Puede ser más achuchable?

Beca: es un amor

Adam: sabes, no me puedo creer que no haya caído en que Alex se estaría acostando con la chica del taxi, en serio, no lo he pensado

Recordando una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora