Los ductos (parte 1)

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—¡Corran! —dije.

—No, yo creo que hoy si nos morimos —dijo Cal.

—¿Habrá algún día en que no nos arrastren a sus problemas? —preguntó Romina.

—¡Vamos Aby! No dudamos que seas fuerte, pero no puedes parar una estampida de elefantes —dijo Leyi.

—¡Koko wa danjite toosan!* —gritó ella en japonés

—Sí, sí suficiente de Aby la gris —la tomé de la cola y la arrastré con nosotros.

Es momento que se congele la imagen, suene la canción de Baba O'riley y diga "Sí, esos somos nosotros. Quizá se pregunten cómo terminamos así. Bueno todo empezó hace dos días cuando mi madre me levantó para el colegio". 

Pues no, alv. Mis padres están a más de 10,000 km. Y en realidad todo esto empezó hace 5 minutos, porque los elefantes finalmente decidieron vengarse de las veces que los estuvimos molestando. No nos pondré en el papel de las victimas porque eso nos buscamos así que... Alv, que siga corriendo la imagen. 

Corríamos por el pasillo, y nuestra única opción era escapar por los ductos de ventilación. 

—¡Entren! —ordenó Cal.

—¡Espera Mike! —gritó Aby.

Ella se había atorado en el hueco, más bien su casco había hecho que se atorara. 

—Bien, ahora estamos atrapados aquí —dijo Cal—, supongo que viviremos aquí de ahora en adelante. 

—No seas tonto —le dije—, sólo es cuestión de encontrar otra salida.

—¡No! —me respondió— ¿Cómo no se me había ocurrido antes?

—Oye, noto el sarcasmo en tu tono de voz.

—Vamos, no se peleen —dijo Leyi—.  Recuerden que Romina y yo estamos en medio, no queremos salir heridos.

—Bien —suspiré— ¿Aby, puedes salir? 

—No —dijo ella como si nada—, esta algo estrecho.

—¿Entonces la dejaremos?

—No podemos —dijo Romina—, tenemos que intentar liberarla. 

Entonces la tomé de la cola, Romina de mis hombros, Leyi de Romina y así. Todos tiramos pero parecía no moverse. 

—¡Ah! —gritó Aby— ¡Esperen, me van a arrancar la cola! 

—Vaya, es inútil —dijo Cal— ¡Bueno, diría que fue un honor conocerte Aby, pero no me gusta mentir, así que... Adios!

—¡Okay Adios! —dijo Aby—, de todas maneras no quiero la ayuda de un coyote viejo como tú.

—Basta los dos —dije—, aunque, es cierto Aby. Es inútil tratar sacarte desde aquí, tenemos que ir por otro lado y volver a sacarte desde afuera ¿Te molesta si nos vamos un momento? 

—Por supuesto que no —dijo ella—, sólo apúrense. Estoy segura que otra salida está cerca. 

—¡Pero no lo digas tan fuerte! —le reclamé—, el punto es que los elefantes no nos busquen en otras salidas. 

—Tranquilo —dijo ella— ¡Oigan! ¿Escucharon nuestro plan de salir por otra parte para escaparnos de ustedes?  —le preguntó a los elefantes. 

—¡Aby! —gritamos Romina, Leyi y yo.

—¿No podemos usarla de carnada? — me preguntó Cal.

¡Atrapado en una escuela furra! (Murenase Seton Gakuen)Where stories live. Discover now