Mamá, papá, soy gay

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—Papá, mamá, tengo algo muy importante que decirles.

Tony retorcía sus manos con nerviosismo, pero estaba decidido, ese día les revelaría a su papás que era gay. No sabía cómo reaccionarían, aunque tenía fe en que lo aceptaran.

—¿Ahora qué hiciste, Anthony? —María lo miró con sospecha desde su asiento.

—Yo ya sé qué hizo —dijo Howard sin dejar de leer su periódico.

Tony sintió que el corazón se le detuvo durante un par de segundos cuando escuchó a su padre decir eso y, peor aún, de una manera tan fría.

—¿Sí? —tartamudeó.

—Sí, uno de tus inventos explotó en el laboratorio de la escuela. Ya llamaron.

—¡Anthony! Ya te he dicho muchas veces que dejes de hacer desastres en la escuela, algún día te van a expulsar —su mamá lo miró con algo de irritación.

—Oh, rayos. Había olvidado eso...

—¿No es eso? ¿Qué otra cosa podría ser tan importante? Espera...

—No puede ser...

Ya lo habían descubierto, ¿qué podría haberlo delatado? ¿Tal vez todo el mundo sabía que algún día saldría del clóset menos él?

—Miren, lo lamento mucho pero no lo pude evitar...

—¡Anthony Edward Stark!

—¡Embarazaste a una chica! —gritó su madre horrorizada.

—Sí, perdón, yo... Esperen, ¿qué? No, no embaracé a nadie.

—¿Ahora intentas negarlo, jovencito? ¿Quién es la pobre chica?

—No embaracé a nadie, eso es imposible porque yo...

—Oh, por favor, Anthony. ¿De verdad crees que por ser la primera vez no iba a pasar nada? Se supone que eres un genio, deberías saber cómo funciona esto —Howard no paraba de mirarlo como si fuera alguna especie de retrasado.

—Precisamente porque se cómo funciona esto es que les digo que es imposible porque...

—No intentes excusarte. Nos vas a llevar ahora mismo con la chica y vas a hacerte responsable de este bebé.

—¡Oh, carajo! ¡ME ENCANTA TRAGAR VERGA! ¡SOY GAY, MALDITA SEA! ¡Por eso es imposible que haya embarazado a alguien! —gritó ya harto de que lo interrumpieran.

El silencio reinó en la habitación, sus padres se le quedaron mirando sin dar señales de querer hablar. Bien, probablemente no fue la manera más sutil de salir del clóset.

—Está bien...

Sus padres, aún en shock, le dijeron que lo aceptaban y que lo iban a apoyar, pero que a la próxima vez que les diera una noticia así, lo hiciera con un poco más de delicadeza.

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Ya habían pasado tres meses desde que les gritó a sus padres que era gay; sin embargo, ahora tenía el problema de presentarles a su pareja: Steven Grant Rogers.

Steve era su compañero de clase, de hecho, era la razón por la que se dió cuenta que le gustaban los hombres. Él era... simplemente perfecto. Y estaba seguro de que sabría ganarse el cariño de sus padres en poco tiempo, pero también estaba consciente de que el golpe de revelarles su orientación sexual todavía era reciente, por lo cual no sabía muy bien cómo tocar el tema.

Ahora se encontraba en su casa hablando con Steve de este problema, él también se sentía nervioso pero quería ser presentado como su novio ante su familia. Era un poco chapado a la antigua.

—Stiff, sabes que te amo y que me encantaría presentarte como mi novio ante todo el mundo, en especial ante mis padres, pero siento que esto podría resultar un poco impactante para ellos.

—Lo entiendo, amor. Tal vez pueda ayudarte a encontrar una manera más suave de decírselos —murmuró tomándole de la mano con dulzura.

—El problema es que no puedo hablar tan tranquilamente de esto todavía, cuando les dije que era gay les grité que me encantaba tragar verga porque ya estaba harto de que no me dejaran hablar —suspiró fastidiado—. Estoy pensando de qué forma podría salir mal esta vez, tal vez llegue y les diga: Hey, ¿recuerdan que les dije que me encantaba tragar verga? Pues esta es la verga que me encanta tragar.

—Podrías dejar de ser tan vulgar al darnos este tipo de noticias, hijo.

Steve y él voltearon asustados al escuchar esa voz y palidecieron al ver que tanto Howard como María estaban ahí.

—Gusto en conocerte, ¿Steve, cierto? Soy María, la madre de este muchacho tan encantador —dijo sarcásticamente mientras saludaba cortésmente a su yerno.

—Simplemente voy a olvidar que oí eso. Steve, bienvenido a la familia, pero toca a mi hijo y despídete de tu amiguito de allá abajo.

—No se pre-preocupe, se-señor —tartamudeó ante la amenaza.

—Bueno, al menos ya conoces a mis padres —Tony no pudo contener una pequeña carcajada.

Vaya, definitivamente era la persona con menos tacto del mundo.

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