Infancia III

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Verónica, niña insegura y miedosa. Amante empedernida del comer.

Verónica era una pequeña muy alegre, muy viva y muy extrovertida. Siempre hacía amigos allá donde iba. Pero los niños pueden llegar a ser crueles.
A nuestra pequeña niña, siempre le apasionó comer, lo que derivó en sobrepeso. Os podéis imaginar, lo que pasaba cuando una niña tan pequeña tenía tanto volumen, en una sociedad superficial. Los malos comentarios -Foca, elefante, ballena, albóndiga- Resonaban a diario. Vero era muy alegre, al principio no escuchaba las malas palabras o se reía sin saber bien el significa de ellas. Con el tiempo comprendió, que los que se reían eran ellos, y no con ella, si no de ella.
Tener problemas de autoestima a los 5 años, es empezar con mal pie tu salud mental.

La parte buena de todo esto, es que seguía teniendo a su familia que la amaba y a su mejor amiga, Paula. Que siempre estaría junto a ella, era lo que Vero siempre pensaba.

La calma tras la tormenta, pues, aunque estuviese pasando un bache de autoestima, sus padres le tenían un regalo, un apoyo más en la familia, traerían al mundo a su hermanito. Fue un día lleno de nervios y emoción, la dejaron coger en brazos a su hermano, con mucho cuidado y paciencia. Vero sentía que moriría de felicidad y ternura, al ver a ese bebé, tan pequeño y frágil, pensando lo mucho que lo querría y cuidaría.

Para una niña, empezar a perder la autoestima a los 5 años, puede ocasionar muchas inseguridades en la adolescencia. Y callarlo todo para una misma, solo lo empeoró.

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