Yugo desigual

HACER MI SUEÑO REALIDAD

                              VII

Tenía que volver a contactarla, necesitaba expresar aquel sentimiento que desbordaba dentro de mi por ella, esa chica me había cautivado, estaba en su red; hablando de red, decidí buscarla en Facebook, y ahí estaba su carita en una foto enmarcada por el perfil de Facebook, hasta en fotos podía hipnotizar a cualquiera, me acomode en el asiento frente al ordenador para escribirla, sin embargo me pareció que sería un desastre decirle que estaba enamorado por este medio, seguro muchos chicos lo habían hecho, así que decidí hacerlo cara a cara, como lo hacían nuestros abuelos cuando la era del internet solo era una idea sin sentido. Espere horas sentado frente a la pantalla de la computadora esperando su aceptación a mi solicitud de amistad, les cuento que para mi fue un milenio esas horas, hasta los nervios se habían apoderado de mi frágil ser, estaba aterrado ante la idea de no saber que decir en el momento, empecé a pensar todas las tonterías posibles; hasta que un sonido de notificación capto mi atención devolviendome a la realidad. Ella había aceptado mi solicitud, no sabía dónde ponerme, estaba súper emocionado, ardía en fiebre ante tal emoción. Se lo que están pensando, un hombre no actuaría de esta forma, pues les confieso que nosotros los hombres tenemos emociones casi similares a las mujeres.

Tome la iniciativa, le escribí hola, gracias por aceptar mi solicitud. No crean que fue tan sencillo escribir estas breves líneas, antes de enviar este mensaje, había unido un montón de letras sin sentido, su respuesta no tardó mucho, debo confesarle que ella es muy expresiva, ella mantenía el ritmo de la conversación haciendo que digitar fuese como teclear un piano, eran puras melodías, duramos horas hablando es como si nos conocíamos toda la vida, desvelamos nuestros sueños y revelamos nuestros profundos secretos, me sentí desnudo ante ella, en cada mensaje le entregué mi vida sin miedo a perderla como si yo fuese un gato con 7 vida.