Parte 1

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 Espero que les guste el primer capítulo, es la primera vez que intento escribir algo que no sea un relato corto.

Empezamos:

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El despertador sonó a la misma hora de siempre. 

- No debería ser legal despertarse tan temprano - susurré de mala gana. Aún así me puse en pie y me quedé parada frente al armario ensimismada, los primeros días de clase no solían ser mis favoritos, pero mi madre siempre decía que la primera impresión era importante. No es que me importara especialmente, pero sabía que a ella le hubiese gustado verme el primer día de universidad bien vestida. - Suspiré-

Decidí que el mejor conjunto que podía ponerme eran unos vaqueros cortos y una camiseta blanca con una cereza como broche. Ordené mis libros en la mochila que me había regalado mi padre antes de irme a Madrid para estudiar. Recordé el chillido que había metido por aquel trozo de tela, me había ilusionado tanto que empecé a llorar frente a mi sorprendido padre, que soltó una carcajada al terminar de presenciar mi drama. - sonreí-

Salí escopeteada del apartamento que habían alquilado mis padres para que no tuviese que compartir habitación con alguna fan incondicional de One Direction, o algo peor, de Justin Bieber. 

La universidad no estaba muy lejos, aún así me metí prisa, porque llegar temprano no era mi fuerte y no quedaba muy bien llegar tarde el primer día.  Una vez allí, me dediqué a estudiar cuidadosamente el mapa que me habían dado unos días antes y me dispuse a buscar mi primera clase, sociología. 

Me senté en una de las mesas de en medio, había mucha gente, algunos ya se conocían por las residencias y otros simplemente parecían aterrados por no saber como encajar. A mi lado se sentó una chica, que al verme me dedicó una gran sonrisa. 

- Hola, me llamo Teresa- dijo ella de golpe, me asusté, pareció notarlo porque soltó una carcajada tan fuerte, que de golpe todo el salón se quedó en silencio mirándonos.  Me sonrojé muerta de vergüenza, no me gustaba ser el centro de atención. A ella no pareció importarle.

- Yo soy Maura, encantada - contesté al fin, dedicándole mi mejor sonrisa. 

Teresa me miró pensativa.

 Y al fin dijo: - No pareces de aquí, ¿de dónde eres?.

- Vengo de Granada, allí hay buenas universidades, pero necesitaba un cambio de aires- dije haciendo una mueca.

- Yo soy de Barcelona, me vine aquí porque es en el único sitio en el que me aceptaron.- dijo poco entusiasmada.- ¿Quieres ir después de clase a tomar un helado? He oído que cerca hay una heladería buenísima, y así podemos conocernos mejor. - esta vez, pareció que me lo estaba suplicando, supongo que tampoco conocía a nadie y estaba igual de sola que yo.

Le dediqué una sonrisa y asentí con la cabeza, el profesor acababa de entrar en el aula, así que decidí no conversar más.  Después de una larga hora y media, el profesor terminó de explicar como iban a ser sus clases y como iba a evaluar cada una de ellas.

Las siguientes horas transcurrieron prácticamente igual, los profesores presentaban su asignatura y  para gran suerte mía, Teresa estaba en cada una de ellas. 

 Terminó por fin el primer día, y Teresa me esperaba en la puerta de la universidad para ir a tomar el helado que horas antes le había prometido. Resultó ser una chica interesante, con grandes gustos musicales y una afición bastante grande por los libros y la cultura japonesa. 

El lugar de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora