Capítulo 3

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Un lujoso vehículo se frenó en la fachada de el hogar. Esto desconcertó a todos, incluida la propietaria de el lugar.
De este bajó una mujer bien vestida (y un tanto extravagante a decir verdad).
Mitsuri salió, pues le daba curiosidad quien se encontraba fuera, pero al observar de quien se trataba, la miró con una expresión de disgusto bastante notoria.
–¡Vamos Kanroji, no me mires así!. Mejor ven y abreme, ¿o acaso me dejarás aquí de por vida!.–Hablaba al otro lado del portón.

Una de las empleadas domesticas servía el té mientras que madre e hija se sentaban frente a frente

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Una de las empleadas domesticas servía el té mientras que madre e hija se sentaban frente a frente.
–¿Y bien?. –Habló Mitsuri mientras que tomaba la taza frente a ella. Trataba de sonar lo más amable posible.
–¿Qué acaso no te puedo visitar?. Soy tu madre después de todo. –Tomó un sorbo de el liquido en la taza.
–No hemos hablado desde hace casi un año, ¿por qué repentinamente te interesa?.–Si la tensión fuera dinero, Mitsuri fácilmente sería más millonaria de lo que ya es.
La mujer solo bufo. –Y dime, ¿cuándo te casarás?. Todas las mujeres en la familia ya están casadas, ¡tu eres la única soltera!.–Hablo burlesca.
–Oh, ¿encerio todas están casadas?. –Dijo con desinterés. Pues desde que comenzó a vivir sola, se distanció de la familia de su madre, por lo que no se enteraba de nada.
–Oh Kanroji, ¿acaso tienes curvas o...engordaste?, seguramente por eso no logras encontrar pareja. ¡Vamos, adelgaza. Que tienes que casarte con un hombre guapo y famoso del medio!.–Ese maldito tono tan fastidioso con el que hablaba algún día terminaría por reventarle los tímpanos, pero eso no era de relevancia en ese momento. Pues dejó de prestarle atención a su "madre" desde que mencionó aquellas palabras: "vamos, adelgaza!". Fue la gota que derramo el vaso.
Agacho su cabeza mientras que su madre seguía parloteando. Las lágrimas poco a poco se asomaban por las hermosas esmeraldas que poseía como ojos. Aquellos que hipnotizan a cualquiera con su belleza y brillo inigualable, ahora estaban repletos de tristeza y lagrimeaban aún sin querer hacerlo.
Sus lastimeros sollozos que perforaban cuan bala en alma de cualquiera, ni siquiera tocaban la de su despiadada y ambiciosa madre.
–¡Oh vamos, Kanroji!. Deberías de utilizar la energía que gastas para llorar y hacer un poco de ejercicio ¿no?.–Hablo cuando se percató de el silencioso llanto de su hija.
–¡Vete de aquí...! –Levantó el rostro y exclamó entre sollozos mientras trataba fallidamente de secar sus lágrimas. La mujer solo bufo y se puso de pie tomando su bolso.
–Igual lo iba a hacer. No quiero escuchar como lloras, maldita mocosa.–
A veces maldecía tanto a su fama, pues esta se llevó a su amorosa madre, convirtiéndola en una mujer despiadada y llena de ambición que no dudaría en usar a su hija como un objeto para conseguir fama y dinero.

Mitsuri solo lloraba mientras su querida "abuela" trataba de consolarla.

"Las costillas de los estereotipos hacen que lluevan miles de lágrimas de personas acomplejadas".

"Las costillas de los estereotipos hacen que lluevan miles de lágrimas de personas acomplejadas"

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El Sabor del Amor  - ̗̀ ❪❪𝑶𝒃𝒂𝑴𝒊𝒕𝒔𝒖 [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora