Capitulo III: Chronos X Tempus Erat Cum Ea

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Nuevamente hoy despierto entre las blancas sabanas que cubren esta cama, cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que probé un bocado en una cafetería decente… aun si llevaba solo 3 días de estadía en este hospital, ya me sentía prisionero de esta cama.  Sin embargo, ya estaban por darme de alta, la doctora dijo que solo tomaría una semana mi estadía para las mejoras y demás cosas que realmente no preste atención, lo único que quería escuchar era la fecha de salida. Sin embargo, había algo que no me daba paz, algo que tomaba mi mente y la concentraba en ello cada vez que venía a mí, Ann, realmente solo tengo esta semana para poder restar a tu lado y darte animo?

-oye… quita esa expresión de tu rostro, no vez que luces más feo de lo normal?

-Y que haces tú despierta a esta hora? Además, que tiene mi expresión!?

-eres tu quien debería estar dormido, siempre te despiertas tarde

-ehhh… tuve que ir al baño... en todo caso, no quieres ir a desayunar?

Dicho esto, le sonreí y me puse de pie, estaba algo adolorido ya que ayer pase todo el con Ann. A pesar de ello dormí bastante bien, quizás nunca antes había dormido tan bien como anoche.

Tome la mano de la frágil niña y la ayude a sentarse en su silla de ruedas, acomode su cama y suavemente acaricie su cabello mientras le susurraba con una tenue y cálida voz:

-hoy espero también pasarla genial contigo.

Sin responder nada, la pequeña cerró su librito y lo reposo sobre sus piernas, suspiro profundamente y estiro sus delgados brazos hacia arriba, levantando su mirada hacia mí y tomando mi rostro entre sus manos desde abajo, dibujando una mueca en mí con sus deditos.

-torpe, mejor llévame a comer, tengo hambre.

Quizás no era más que mi mente, pero día  a día  veía un progreso en ella, día  a día  veía su personalidad más y más agradable y bonita, día  a día  le veía a ella más animada y risueña y día  a día , miraba el tiempo achicarse poco a poco.

Una vez en la cafetería del hospital, nuevamente trate de preguntar por su librito, si había algo que me interesaba saber y necesitaba conocer, era lo que contenía o al menos, porque era tan importante para ella. Sin embargo una vez más me sonrió y su única respuesta fue

-secreto

Sin embargo, a diferencia de la vez pasada, en esta ocasión añadió:

-solo aquella persona sabe lo que mis ojos ven en este libro, solo esa persona conoce lo que está plasmado en estas páginas.

Realmente eso me intranquilizó más y nuevamente tenía una fuerte intriga acerca de quién era esa persona, sin embargo ella solo me miro y continuo comiendo.

-nee… Hiro… me prometes que cuando salgamos de aquí me llevaras a esa cafetería que dices que tiene la mejor comida del mundo? Yo quiero acompañarte ahí, aunque sea solo una vez antes de…

Dicho eso ultimo ella calló de inmediato, noté en su rostro una abundante tristeza y una pequeña lagrima desplazarse por su mejilla

-pase lo que pase, te prometo que iremos, yo también tengo un fuerte deseo de ir… y qué mejor de ir con mi compañera de mesa que tiene cachetitos manchados con crema.

Dicho eso limpie la lagrima de su mejilla, acariciando su delicado rostro y levantando su baja mirada hacia mí.

-te prometo que iremos, sin importar que.

Limpiando la crema de su mejilla, estando algo sonrojada, comenzó a beber su café más rápido de lo usual algo avergonzada.

-a-amargo…

Reí un poco ante su reacción por tomar tan seguido, terminando de beber mi taza, me estiré un poco y me acomodé sobre la mesa, dispuesto a hablar con ella mientras pasaba el tiempo.

Estuvimos varias horas hablando, acerca de gustos entre otros. Terminé dándome cuenta de que teníamos más cosas en común de lo que esperaba, sin embargo, teníamos ciertos gustos muy diferentes, me comento que su sueño siempre fue ser cantante y tener todo un público al cual animar, un público que al escuchar su voz re regocijara de alegría, cantar para alegrar los corazones de todas las personas a su alrededor.

La verdad no me habría imaginado esa clase de anhelo por parte de una persona que en su momento me pareció ser la chica más tímida de la historia, sin embargo, con el paso de estos días me entere de lo noble y bella que era dentro de su timidez. Así se nos fueron los minutos, las horas, no me di cuenta cuando ya estaba atardeciendo entre tanta hablada que teníamos.

-nee… llévame afuera… quiero ver el atardecer... si?

Le mire de reojo por unos breves instantes y continuo a esto me levante para llevarle hasta el jardín, estando a su lado, respire profundamente y cerré mis ojos durante algunos segundos para poder escuchar el grato silencio de la puesta del sol.

-gracias, me encanta poder ver la caída de la tarde… no sé, me gustan los colores que se reflejan en las plantas y el césped, me gusta ver como el sol nos da sus últimas bendiciones con sus cálidos rayos, me gusta sentirme así... querida por alguien.

Ella tomo mi mano con algo de confianza con sus dos manos y reposo su pequeña cabeza sobre mi brazo, cerrando sus ojos y relajando todo su cuerpo me dijo una vez más

-gracias… por este breve momento

-no agradezcas, soy yo quien está agradecido de poder compartir estos momentos a tu lado, me gusta tu compañía.

Nos mantuvimos de esta forma hasta que la última señal de vida del sol se extinguiera y el frio de la helada noche nos hiciera desear estar nuevamente en la habitación.

Debido a que era invierno oscurecía sumamente rápido, las noches eran tan largas que resultaba muy tedioso dormir tanto, así que después de acostarle en su cama y cobijarle, me quede a su lado contándole acerca de mí, de como era antes de venir al hospital por el paro,  lo molesto que era afuera, sin embargo, lo mucho que quería salir junto con ella, y así paso el tiempo hasta que quedó profundamente dormida.

-que descanses…

Notando que tenía su librito entre sus manos, lo tome con algo de curiosidad, pero miré su rostro y lo linda y relajada que se veía mientras dormía, así que coloque el librito en su mesita de noche sin leerlo o tan siquiera abrirlo, continuo a ello me recosté en la cama para proponerme a dormir tan deliciosamente como lo hice la noche anterior.

不幸 X 祝福Donde viven las historias. Descúbrelo ahora