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Los jadeos y gruñidos, junto con el sonido obsceno que dejaba escapar el pelinaranja cada vez que el miembro de Changbin chocaba contra su garganta, era lo único que se podía escuchar en aquella celda.

El azabache no lograba procesar cómo mierda fué que aceptó que aquél se la mamara, pero allí estaba, devorando su pene como si de una paleta se tratase y acariciando lo poco que no podía entrar.
Lee liberó el miembro del policía y continuó masturbándolo.

—¿Se siente bien? ¿Lo hago bien?—preguntó el pelinaranja

—Fantástico, lo haces... de maravilla.—gimió Changbin y jaló los cabellos de Lee,—maldición, sigue chupando.—gruñó
Felix obedeció y, luego de dejar un pequeño besito en el glande, se llevó nuevamente el miembro del policía a la boca.
Changbin sintió un cosquilleo bastante conocido en la parte baja de su estómago y supo que ya estaba por venirse. Embistió la pequeña boca de Felix, moviendo la cabeza del susodicho en contra de las estocadas y así llegar más profundo.
—V-Voy a... estoy cerca...—jadeó el azabache, intentando hacer que el más alto dejara de chupársela.

Pero como Felix estaba prácticamente prendido como garrapata, hizo lo que no quería; se corrió en la boca del pelinaranja.
Changbin se quedó quieto, esperando a que su respiración volviera a la normalidad, mientras que Felix se limpiaba la comisura de los labios.

—¿Le gustó?—preguntó Felix a la vez que se acercaba un poco más.
Changbin, que estaba a punto de responder, se quedó casi pálido al escuchar pequeñas pisadas que se iban acercando de a poco hacia donde se encontraban ambos.
Por suerte, alcanzó a empujar lejos a Lee y acomodarse el uniforme, todo limpito.

—¡Hey, Changbin!—saludó un hombre alto y guapo.—creí que estabas en otro lado.

Seo soltó una risa nerviosa antes de responder.

—No, ¿Cómo crees? Siempre estuve aquí, todo el tiempo aquí. Sí señor.—dijo mientras se rascaba ligeramente la nuca.

—Oh... Y... ¿Qué hace ese en el suelo?—señaló a Lee quien estaba, literalmente, acostado boca abajo en el suelo.

—Oh, bueno... dice que ama el suelo y no sé que otras cosas. Está loco, ¿No crees?

—Sí...—dijo el rubio no muy convencido por la respuesta del mayor, y con una ceja enarcada.—Y dime... ¿Acaso has ido al baño? No te has subido bien el cierre del pantalón.

—Discúlpame pero ¿Podrías decirme que haces aquí a esta hora? Deberías estar cuidando las demás celdas, Seungmin.—dijo Changbin como respuesta antes de aclarar su garganta.

—Seo, esa no es una respuesta a mi pregunta.—Seungmin se cruzó de brazos mientras mantenía su ceño fruncido.
—Fuí al baño y me encontré con Woojin hyung por décima vez y me dijo que si te encontraba te dijera que necesita hablar algo íntimo contigo.—mintió el azabache mientras veía con atención la carita de pura emoción de su hyung.

Pero como dice el dicho, la mentira tiene patas cortas. Y cuán cortas tuvo la de Changbin, que Woojin hizo aparición entre todo el lío.
—Disculpen mounstrosidades, aquí viene su...

—Woojin hyung, ahora podemos hablar.—interrumpió Seungmin a la vez que se abrazaba a su mayor.
—¿Hablar de qué, Seungmin?—preguntó Woojin mientras que, con la poca fuerza que poseía, trataba de alejar un poco a Seungmin.

—Changbin dijo que querías hablar de nosotros...

Dicho eso, un gran silencio de apoderó de todo el espacio en donde se encontraban.
Pero ese gran silencio se fué gracias a la risa chillona de Woojin.

—¿Có.. Cómo es que dices?—preguntó el mayor tratando de calmar su risa.

—Que Changbin dijo que querías hablar conmigo sobre nosotros...

Y la risa sólo se intensificó.

—Pero qué locura.—logró decir Woojin gracias a que dejó de reírse por un momento.

Seungmin entrecerró los ojos y dirigió su mirada a Changbin, quien sólo le sonrió con amplitud, haciéndose el inocente.

—¿A qué viniste, Woojin hyung?—preguntó Seo.
—Espera que recuerde...—el rubio mayor se quedó en silencio por unos segundos hasta que recordó lo que quería decir.— ¡Ah! La madre de Lee quiere hablar con él, Bang dijo que lo mejor sería que los dejemos hablar y no le sigamos diciendo que el pequeño duerme. Levanta a ese mocoso del suelo.

Changbin, como es tan obediente, arrastró a Felix fuera de la celda y lo señaló.
—Ahí lo tiene, todo suyo.

Woojin suspiró y levantó a Felix como pudo, colgándolo de su hombro como si estuviese sosteniendo una bolsa de papas, y se retiró de allí con él. No podía sentirse más extraño cuando Felix le comentó con risitas que había chupado un pico dulce.

—Yo quiero que Woojin hyung me alze así...

—Aceptalo Seungmin, no va a pasar.

Seo Police -> ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora