𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓮𝓼

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Los tragos iban y venían, la botella de coñac se terminó y pidieron otra pero de whisky. Su caja completa de cigarrillos se vació. Y le dolía el estomago de tanto reír. Arthur, John y Arabella contaron historias de cuando eran pequeños. Hablaron de la guerra, Arabella sirvió junto con los Shelby cavando túneles, lo que sorprendió a la rubia. Hablaron sobre el aparente enamoramiento de Thomas hacia Grace, a lo que Arabella rodó sus ojos castaños.


En algún momento de la noche, Carla preguntó a su morena amiga por la niña que fue al Garrison en busca de ron.


"¿Caroline? ¿Por qué mierda vino a comprar ron?" Preguntó con el ceño fruncido Arabella, llamando la atención de todos a su alrededor.


"Dijo que era para el padre. Tenia algunos moretones en los brazos, le pregunté si él se los había hecho pero me dijo que fue jugando con ¿Finn?" Balbuceó tratando de sonar tan claro como el alcohol se lo permitió.


"No es posible, Finn la trata como a una puta princesa" Proclamó Arthur ". George debe haber vuelto a beber. Ese hijo de puta se las buscó. Preparen una jodida pieza para Caroline, se quedará con nosotros" Fue todo lo que musitó antes de hacerles una seña a Tommy, John y Arabella. Los cuatro salieron del cuarto y del pub, directo a la casa de los Denvers.


"Vamos, no creo que haya mucho tiempo antes de que lleguen ¿Sabes primeros auxilios?" Le preguntó Polly a Carla, la cual solo asintió, sin entender nada de lo que había pasado, el alcohol en su sangre no dejaba que su cerebro funcione.


Polly, en el camino, le explicó que la señora Denvers, la madre de Caroline, había muerto de cólera, dejando a la niña sin madre y al señor Denvers sin esposa. George Denvers se sumergió en el alcohol, la cocaína y mujeres. Una de las tantas noches en que se perdía completamente entre el tokio y el ron, golpeó a su propia hija en el rostro; cuando Arabella vio la herida fue directamente a la casa de los Denvers y le dio un aviso a George, tocaba una sola vez más a Caroline, de forma inapropiada, y lo próximo que pasaría por su cabeza sería una bala. Polly también le dijo que Arabella tenía un profundo cariño hacia Caroline, afirmó que era como su hija.


Ya en la casa de los Shelby, Polly subió las escaleras a preparar una cama para la niña, mientras Carla preparaba té y whisky. Se lavó la cara para espabilarse un poco.  A los pocos minutos entraron el trío Shelby y su nueva amiga, quien tenía a una pequeña figura enredada a su cuerpo, quien reconoció como Caroline Denvers. 


La morena le preguntó a la niña algo, a lo que ésta solo asintió. La pequeña temblaba, sollozaba y apretaba más fuerte sus brazos al rededor del cuello de Arabella, quien a cambio también la abrazaba más fuerte.


John se posiciono a un lado de la rubia. Carla podía oler su perfume, solo eso hizo que su corazón se acelerara y que su piel se enchinara.


"Le estaba dando una puta paliza cuando llegamos. Arabella se la llevó afuera, no ha parado de llorar y de abrazarla desde entonces" Le susurró. Escuchó tanto odio en la primera oración que su tonó de preocupación en la siguiente fue un cambio drástico.


No dijo nada, no sabía que decir. Por pura suerte, su infancia no había sido una mala, o no una que haya incluido violencia, por lo menos. No podía decir lo mismo de su adolescencia. Sacudió su cabeza, no era el momento para revivir memorias como esas.


"¿Quién es Finn?" Preguntó, notando el hecho de que nunca había escuchado del amigo de Caroline.


"Nuestro hermano, son amigos desde que nacieron, prácticamente"






Luego de su corta charla con John, se despidió de todos, argumentando que se iba a descansar, que había sido un largo día.


En cuanto llegó a su casa se desvistió y se sacó el maquillaje. Se preparó un té y calentó agua para darse otro baño. Mientras tomaba su té, buscaba su pistola dentro de su bolsa de mano, la colocó sobre la mesa junto a la bañera y se sumergió en ésta. Todos sus músculos se relajaron, un suspiro salió de entre sus labios. Su mente empezó a trabajar.


Los Shelby le caían bien, Arabella también. La morena era la mujer más fuerte que había conocido, era la única que portaba el característico sombrero con navajas cocidas, y probablemente la única mujer que había ido a la guerra y había cavado túneles. Notó que Polly también era una mujer fuerte, lo podía ver en sus ojos, dolor e ira del pasado; además había criado a los Shelby, que no debió ser tarea fácil. Arthur estaba jodido en la cabeza por la guerra, la forma en que hablaba, lo explosivo que era, la forma en que caminaba, todo su ser se lo decía. El estado mental de Tommy estaba aún más jodido que el de Arthur, solo que él lo mantenía a raya, el negocio lo mantenía a raya, y el negocio lo iba a terminar volviendo loco, al mismo tiempo. Y John, él le gustaba, no habían hablado mucho, pero mientras hablaba de sus hijos y sobre cuan loco lo volvían, vio el brillo del amor incondicional que les tenía. También parecía ser diferente a sus hermanos, no estaba tan jodido de la cabeza como los mayores; parecía que en verdad había superado la guerra, que, ahora, lo que más quería era un futuro con su familia. También le parecía uno de los hombres más atractivos que había visto, era una pena que estuviese casado, ella no follaba con los que tenían esposa. Tan solo recordar la última vez que un hombre desposado se había interesado en ella y lo mal que había terminado, le ponía la piel de gallina.


Sacudió su cabeza sin querer seguir recordando esos tiempos, el pasado era un fantasma y solo faltaban un par de semanas para que la den por muerta, sería libre al fin. Se sintió apenas culpable por haber asesinado a esa chica a sangre fría, pero era necesario, su libertad era necesaria. Además, el futuro de su víctima no era muy bueno, la prostitución ya le estaba pesando, según escuchó. Había dejado algunos falsos rastros en Rusia, buscó a una chica que se pareciera lo suficiente a ella, la asesino y calculó el tiempo justo en que encontrarían el cuerpo lo suficientemente descompuesto como para que apenas la reconocieran pero aún así piensen que era ella.


No era sencillo cargar con tantas muertes sobre sus hombros, pero era necesario para sobrevivir. A pesar de lo mucho que amaba su país, allí solamente la esperaba la horca, y aún era demasiado joven para eso.



𝓰𝓸𝓸𝓭𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 𝓷 𝓰𝓸 【𝓳𝓸𝓱𝓷 𝓼𝓱𝓮𝓵𝓫𝔂】1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora