Capitulo 4: Pesadillas

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Estoy en mi habitación cepillando mi cabello. Puedo ver la luna desde mi ventana, la luz plateada que irradia entra por mi ventana abierta iluminando mi habitación. No necesito encender la luz en las noches de luna llena, no me gusta hacerlo, es un insulto a la belleza de la luna. Son las 10 y, como todos los días, hemos cenado hace 1 hora. Kevin y Sophie se han ido hace 2 horas, no es correcto quedarse hasta mas de las 8 de la noche en una casa ajena, eso es lo que se nos enseña a los nobles en las clases de etiqueta. Y…y hace solo media hora que nuestros padres nos comunicaron la terrible noticia. Ambos quedamos pálidos al escucharlo, sinceramente no podía creerlo. Mi teléfono suena, miro la pantalla y veo que es Sophie quien me llama. Seguro ella ya se ha enterado y llama para ver como estoy. Atiendo.

-Hola- respondo intentando sonar lo mas normal posible.

-¿Cómo estas? Todo esta bien ¿verdad?- pregunta sin rodeos, es obvio que le preocupo.

-So- contesto. Una mezcla entre el “Si” y el “No”, cuando estamos entre ellos decimos “So” para expresarlo. Ella se calla por un momento. Posiblemente no sabe que decir.

-Lo siento- dice finalmente, bastante triste. De alguna forma, sus sinceras palabras logran llegar a mi corazón, siento un nudo en la garganta. –Esas cosas pasan. La gente…bueno…sabes a lo que me refiero.-

-si, lo se Sophie. No es culpa tuya de todos modos, no tienes por qué sentirlo.- digo batallando con mi voz para que no tiemble.

-No llores Lizzi. Todo esta bien. No te preocupes por eso- suelto un gemido, ya no puedo evitar que mis lagrimas caigan por mis ojos.

-Adiós- consigo susurrar antes de cortar. Lloro.

¿Por qué? Ese idiota. Yo lo quería mucho. Siento mis lágrimas recorriendo el camino de mi rostro, las veo en el espejo. Hace tanto que no lloro, pero es porque yo le extraño tanto. No puedo evitarlo. Ese idiota. ¡Lo odio! Pero lo extraño tanto. Lo raro, es que no éramos tan unidos, sin embargo me duele más que a muchos otros de mis familiares. Con mis manos en mi cara escucho como se abre la puerta. Miro a la puerta. Puedo verlo parado en la puerta. Su mirada perdida, su cara roja e hinchada. Aun esta llorando. Entra. Se tira sobre mí abrazándome para llorar en mi hombro. Lo abrazo también. No se como calmarlo. El esta sufriendo incluso mas que yo.

-No tenia que hacerlo- logra decir entre llantos.

-Tom…el…no estaba bien. Tú lo sabes. Él lo hizo por algo.-Ambos sabes ese algo, pero no se me ocurre que mas decir. Lo extraño mucho. ¿Estas feliz ahora, Seba? Lo haz logrado, haz logrado destrozar a mi pobre hermano por dentro, eres el idiota más grande de todos. Nos lastimaste a todos, pero a él lo destrozaste. Mas te vale que no acabe como tu.

-No pensé que él se sintiera así, es decir, si; quizá estaba extraño desde que murió la abuela, pero…era…es mi primo y lo quiero de vuelta. –Dice cuando por fin logra calmarse, para estallar en más llantos al final de lo último que dice. Lo quiero de vuelta. ¿Sera, quizás, un poco egoísta desear eso? No. El egoísta era el, no nosotros.

-Es un idiota-

-¡No digas eso sobre el!-apenas puedo escucharlo pues sus llantos son muy intensos. No puede enojarse en ese estado, esta tan triste y deprimido que no puede gritar.

-Lo digo porque causo mucho sufrimiento sin siquiera pararse a pensar en lo que él podía causar. Mira como estas. Mira como esta papa. Sebastian no tenia que hacerlo, no tenía que…matarse. ¡Pudo haber buscado ayuda! –Estoy gritando mientras las lágrimas caen por mis mejillas. Es la primera vez que le grito a Tom.

Me muerdo el labio, intento evitar echar a llorar desconsoladamente. Quiero ayudarlo. Debo ser fuerte por el. Seré su pilar ahora que esta mal.  Ellos son los culpables. Los que asesinaron a mi abuela. Seba se puso así después de eso. Su enfermedad…todo comenzó en ese momento. Ellos me quitaron a dos personas que amo, yo les quitare algo que aman, sus vidas. Se quienes son. Están sueltos, soltados por un tecnicismo. Pero no importa, yo hare justicia. A uno lo mate ayer, y el otro será nuestra próxima victima, su hermano.

-Tom- me mira y puedo ver el dolor en sus ojos.- Matemos a Richard Kürten[1], es uno de los que mato a la abuela.  Ellos mataron su espíritu, lo asesinaron por dentro. –Mi voz refleja la esperanza que albergo de que eso le alivie.

Sus ojos brillan ante la mención de mi plan. Le ha gustado. Para de llorar. Me abraza y me susurra al odio un “Si” casi inaudible. Dejo que duerma conmigo esta noche, me aterra la idea de dejarlo solo. Antes, cuando éramos pequeños, compartíamos nuestro cuarto y solíamos dormir en la misma cama; pero esta es la primera vez que dormimos juntos desde que dejamos de compartir el cuarto. Él se duerme llorando mientras acaricio su cabello, yo me duermo un rato después.

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Camino por un parque de diversiones que parece abandonado. Todas las luces están apagadas y todo es muy sombrío. Camino en dirección a la rueda de la fortuna, solíamos ir allí cuando éramos niños. Llego y veo que el oxido se lo ha comido todo, los vivos colores que solían adornarla han sido cambiados por el rojo anaranjado del oxido…y algo mas. Hay un rojo mas fuerte, en algunos lugares incluso parece negro. Lo toco y noto que es pegajoso, noto que es una substancia que conozco muy bien. Sangre.

Seguro palidezco. Me doy la vuelta. Quiero salir de allí. Correré hasta que ese parque quede lejos. ¿Qué clase de parque de diversiones esta cubierto de sangre? Veo una sombra al frente. ¿Sera Tom? Tiene una pistola. ¿Qué hace Tom con una pistola? Corro mas rápido, pero la distancia parece ser interminable, incluso parece aumentar a cada paso que doy.

-¡Tom!- logro gritar al final. Su mano se alza y me apunta con su arma.

-Nombre equivocado, princesa- Esa voz. Me freno de repente. -¿No estas feliz de verme de nuevo, princesa? ¿Acaso me odias, princesa? –pregunta enfatizando la palabra princesa. Solo una persona me llamaba así. –Espero que no me odies cuando te mate- Me congelo. ¿Escuche bien? Una sonrisa se dibuja en su rostro. Sus dientes perlados brillan en la oscuridad Deseo correr, pero no puedo. Si es el… ¿Qué hace ahí? Las sombras cubren su rostro así que no puedo ver si es realmente el. El aprieta el gatillo. Lo último que escucho es su risa enfermiza.

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Me levanto sobresaltada y sudando. Solo fue un sueño. Llevo mi mano a mi frente, debo comprobarlo. No hay ninguna bala allí.

-¿Lizzi? ¿Eres tu?- pregunta Tom medio dormido- ¿Paso algo?

-No- miento- Todo esta bien. Solo tuve una pesadilla. –una muy perturbadora.

-Genial- se da vuelta y sigue durmiendo.

Estúpido sueño. Me levanto a buscar agua. ¿Por qué él quería matarme? Yo no le he hecho nada, ¿O si? Solo le dije que no me dijera princesa, sabe…sabia, que me molesta. Lamento habérselo dicho. Extraño enojarme con el cuando me decía princesa. Extraño su risa cuando se burlaba de mi enojo. Extraño esa mirada consoladora que decía “no dejare de decirte así, pero al menos sabes que eres especial”.

¿Dónde estábamos? Ese parque…me resultaba conocido y de alguna manera sabia que la rueda de la fortuna tenía muchos colores. Me pareció normal en ese momento pero ahora me parece extraño. ¿Habré ido alguna vez allí? No había ningún cartel que marcara su nombre. Me pregunto porque.

¿Qué hacíamos allí? ¿Qué hacíamos en un parque de diversiones? Cuando era niña me gustaban mucho los parques de diversiones. Solíamos ir con mis padres y mi hermano todos los fines de semana a uno cerca de la ciudad, aunque no lo recuerdo, no recuerdo más que eso. Aunque ya no disfruto los parques de diversiones. Ahora mi diversión es otra.

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Continuara…

Es el cuarto capitulo, espero que sea de agrado de mi(s) lectores. Por favor, díganme que les ha parecido. Muchas Gracias por leer. Si hay algo que quieran pedir, o que crean que pueda mejorar no duden en decírmelo, intentare hacerlo lo mejor posible.

Lamento haber tardado tanto, pero por suerte la época de exámenes ha terminado y yo estoy finalmente de vuelta.

[1] Apellido sacado del mismo lugar que su hermano (Vease capitulo anterior). El nombre es la forma en ingles del nombre Ricardo sacado del asesino en serie Argentino que mataba en Estados Unidos y México “Ricardo Silvio Caputo”

Asesinos gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora