Park Jimin era el claro ejemplo de un estudiante promedio. No era el típico cerebrito que sacaba notas perfectas en todos lo exámenes de todas las materias, pero tampoco era un tonto que reprobaba con tan solo respirar.
Solamente era un estudiante más del montón.
Y como cualquier estudiante, aprovecha oportunidades que se le presentan para así tener un buen futuro. Para Jimin esta oportunidad se dio cuando en su instituto se abrió una convocatoria exclusiva para estudiar en un colegio prestijioso en el centro de Seúl, Helen's School. Una aventura, asi lo veia él, una gran escuela, todo pagado y una oportunidad de creceer. Claro que la tomó
¿Que tal malo podría ser? Fue lo que se dijo a sí mismo cuando vió el e-mail de aceptación en su bandeja de entrada y en la de sus dos amigos que irian con él.
Sus esperanzas viajaron junto con el en ese avion, pero nunca creyó que tan pronto pondria un pie en ese instituto, éstas tomarian un vuelo de regreso, dejandolo completamente derrotado en esa ciudad desconocida.
Dos días en el Helen's School y su vida se había convertido en un maldito infierno sin siquiera saber porqué. ¿Acaso fueron sus uñas con esmalte? ¿Fue por su manera de vestir? No, fue solamente porque la bola de idiotas del colegio no tenía absolutamente nada que hacer con sus vidas. Jimin quería morir, pero ya había gastado el suficiente dinero como para mandar a la mierda todo.
Fue entonces cuando conoció a Jeon Jungkook, un estudiante más, pero destacado por ser un complemento imbécil. Un imbecil muy atractivo debia de admitir.
En el instante que Jimin lo vio entrar por la puerta de la cafetería el primer día, quedó totalmente flechado por el pelinegro con auras extrañas a su alrededor. Y es que no supo si fueron esos tatuajes de trataba torpemente de ocultar bajo ropa de mangas largas, o si fue esa sonrisa llena de superioridad, o si fue ese aroma tan delicioso que desprendió su fragancia esa vez que pasó a su lado. Una timida sonrisa se habia dibujado en sus labios ese dia sin poder dejar mirar a ese pelinegro que gritaba "inalcanzable" por doquier.
Jimin quería conocerlo, saber todo sobre él y tal vez, sólo tal vez, tener algo más con él.
Pero cuando sus amigos lo animaron a caminar hasta su mesa y hablarle, jamás imaginó que pasaría lo que pasó.
— Hola.— habló Jimin, recibiendo de inmediato varias miradas curiosas.
— ¿Se te perdió algo? — habló uno de los chicos de la mesa, pero Jimin solamente pudo concentrarse en la profunda mirada de Jungkook.
— Soy Jimin.
— ¿Y luego?
La mesa entera queria soltar carcajadas de burla, Jimin lo notó porque nadie fue discreto en la manera en que cubrieron sus labios con las manos para evitar que un ruido saliera. Y Jimin tampoco pudo evitar sentirse avergonzado justo en ese instante. Queria huir y claro que lo intento, pero al dar el primer paso un pie ajeno lo hizo caer estrepitosamente al suelo, llamando la atencion de toda la cafeteria y mas aún cuando un distraido muchacho tropezo con las pertenencias de Jimin, derramando toda su malteada en el pelo del rubio.
— L-Lo siento.- balbuceó torpemente ese chico que estaba acompañandolo en el suelo.
Y lo siguiente que escuchó fue como las carcajadas dejaron de ser privadas, haciendo notar lo mucho que les divertia ver al chico nuevo en vergonzosas situaciones. Y parecia que Jimin sólo fue capaz de escuchar la risa de Jungkook burlandose de él.
— Que patético.— dijo el pelinegro entre risas, genado con la cabeza sin dejar de reirse fuertemente.— Lárgate de aquí, niño.
Jimin de inmediato hizo caso, no tenía más caso seguir siendo humillando en ese lugar y salió corriendo por la puerta de la cafetería ignorando los gritos de sus amigos y las burlas del resto de alumnos.
Definitivamente no era un buen comienzo.
Nice to be back✨
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Nice To Hate You ✧ KookMin
FanfictionPark Jimin es alumno nuevo en el Instituto Helen's School, siendo el nuevo blanco para los abusadores del colegio, entre ellos, Jeon Jungkook, quién al enterarse del enamoramiento que el rubio tiene con él, aprovecha hasta la más mínima oportunidad...