Final II/II

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[Capítulo largo, tómense el tiempo de leerlo con calma]

Harry llegó a las siete menos diez. Había agradecido el haberse bañado y cambiado en el cuartel cuando David, el portero, le había dicho que Louis lo estaba esperando arriba. Su último entrenamiento había sido muy duro, su coronel los había preparado para el rescate de 15 personas y habían acordado los movimientos que se llevarían a cabo por lo que había terminado extremadamente cansado y sudado. Había tomado una ducha en el cuartel antes de venir a casa.

Subió el elevador hasta el octavo piso, la musiquita lo relajó un poco, sus músculos estaban tensos por el trabajo y se sentía un poco estresado, cerró los ojos mientras subía. Mañana tenía que salir temprano hacia el cuartel para reunirse con su brigada. Las puertas se abrieron al igual que sus ojos y caminó por el pasillo. Ya podía imaginarse a Louis en la sala, seguramente había pedido comida china para la cena y verían alguna película o platicarían hasta que el menor se quedara dormido y Harry tuviera que cargarlo a la cama. No era que se estuviera quejando, le encantaba cargar a Lou en sus brazos, él sabía que su cuerpo era musculoso y su niño era todo lo contrario por lo que cargarlo era muy fácil.

Sacó la llave de su pantalón de mezclilla y abrió la puerta. El departamento estaba iluminado por algunas velas, las luces estaban bajas por lo que hacían del ambiente misterioso y romántico. El departamento estaba inundado del olor a rica comida y pronto se le hizo agua la boca: olía a pescado.

"¿Lou?" Habló sin obtener respuesta.

Siguió caminando y vió la mesa del comedor arreglada de manera muy romántica. Su niño le había preparado algo y su corazón dió un salto de alegría.

"Buenas noches, general" la voz ronca y suave al mismo tiempo de su niño salió del marco de su habitación, inmediatamente volteó a verlo y el mundo se paró.

Ahí estaba su pequeño e inocente niño, vestido tan provocativo en un atuendo negro. Aún podía visualizar las mejillas rojas y sabía que, aunque estuviera tratando de aparentar confianza, estaba muerto de miedo por dentro.

"Lou... Te ves hermoso" se acercó a él y lo tomó de una mano para darle una vuelta y admirar el cuerpo completo de su niño.

"Gracias, lo compré hace unas semanas y creo que es el mejor momento para usarlo" sonrió.

"Pues va perfecto, te queda de maravilla" se acercó a darle un tierno beso en la mejilla pero Louis volteó la cara y se encontró besando los labios sabor a mora. Pronto el beso se hizo más profundo, colocó sus manos en la cintura del pequeño y sintió los brazos de Louis alrededor de su cuello. Trató de controlarse en medio del beso, no quería arruinar la cena que tenía preparada el menor con sus pensamientos pervertidos, ya era demasiado para él que las lechosa piernas estuvieran descubiertas y que sus labios supieran tan rico.

"¿Así que preparaste algo?" Se separó del menor y este hizo un pequeño puchero.

"Am.. sí, siéntate. Hoy te sirvo a ti" le guiñó un ojo y se fue caminando a la cocina.

Harry aclaro su garganta y desabrochó el primer botón. Estaba tratando de controlar la erección que estaba formándose en sus pantalones, veces pasadas siempre las podía controlar, hoy parecía que su miembro no cooperaba con él. Borró inmediatamente los pensamientos lujuriosos de su mente, no había tenido sexo desde que se había ido a Irak, más de un año si echaba cuentas, claramente le estaba afectando. No quería presionar a Louis, sabía que le aterraba la idea de tener sexo por lo cual obviamente era virgen, y lo había demostrado varias veces.

La situación siempre se repetía, se besaban mientras veían alguna película acurrucados, ya sea en la cama de alguno o en su sillón, y por razones obvias una erección comenzaba a aparecer en los pantalones del mayor, Louis la sentía y se separaba inmediatamente excusándose de ir al baño o por alguna cosa a la cocina.

Dulce AgoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora