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❅Cada paso coincidía con el ritmo de la canción que escuchaba por medio de sus audífonos, una gran sonrisa adornaba su rostro.
El cielo estaba sin ninguna nube dejando al sol iluminar todo a su alrededor, inhaló profundamente sintiendo el oxígeno llenar sus pulmones, para luego mirar su reloj y notar que llegaba tarde a clases.
Sin borrar su sonrisa corrió como si su vida dependiera de ello, pues prácticamente si dependía de su educación. Sentía su corazón latir rápidamente y su garganta ardía, se imaginaba en una carrera contra zombies aunque eso lo hacía soltar unas risas que segundos después se arrepentía por el aire que salia de sus pulmones debido a eso.
Faltaban solo cinco minutos y apenas estaba entrando a la academia, lamentablemente su aula estaba en el segundo piso así que tuvo que hacer un esfuerzo demás para llegar a ella.
Un minuto, finalmente había llegado pero casi cae, soltaba jadeos tratando de recuperar el aire perdido.
Agradecía tener aquella muñequera deportiva porque en estos momentos sudaba como puerco, él se sentía así, pero algunas chicas lo encontraban sexy.
Si, algunas de sus compañeras eran extrañas.
Una chica a su lado le ofreció una toallita húmeda, después de recibirla se la colocó en su cara y cerró los ojos.
.
.
.-Joven, despierte la clase ya dió inicio -la voz grave del maestro sonaba entre sus sueños.
¿Y si se hacía el profundo? ¿Si fingía no haberlo escuchado y seguía durmiendo?
Pronto sintió como la libreta enrollada del maestro le daba un leve golpe en la cabeza, sobresaltandolo.
-¡Ah! -aunque ya se lo esperaba soltó un grito bajo.
Las risas de sus compañeros no se hicieron esperar. Al igual que los demás, el de ojos [c/o] soltó unas risitas disculpándose con el maestro que ya estaba acostumbrado al chico.
Con un carraspeó el mayor empezó a dictar la respectiva clase.
Tick tack
Aunque no hubiera reloj en el aula eso escuchaba alguien que estaba ansioso de que las horas de clases acabarán. Miro a su alrededor sin ningún disimulo aburrido de las palabras del maestro.
Como cántico de ángeles había sonado el timbre para que salieran a la hora del almuerzo.
-¡Hey cordero de Dios! -grito desde la otra punta del pasillo un chico de cabellos naranjas, mientras se acercaba al [c/c]-¿Cómo estás, cristiano?
-Por ese tipo de saludos la gente nos mira raro -sonrió rodeando el cuello contrario.
Su amigo solo se encogió los hombros restándole importancia. Platicaban sobre lo que se les viniera a la cabeza hasta llegar a la azotea donde comieron cosas que habían comprado con anterioridad.
-Ay dios como amo este pan -comento de repente sin razón alguna el de ojos [c/o].
-He estado pensando -murmuro el peli-naranja, pero se detuvo al ver la cara de su amigo-, ni se te ocurra decirlo -con los ojos entrecerrados lo apunto.
-Tu... ¿Piensas? -hablo entrecortado debido a estar conteniendo sus risas.
Sin más [t/n] soltó unas cuantas carcajadas.
-Mas que tú si, puerco. Lo que decía era de qué tal si... -se detuvo unos segundos dándole un momento de "misterio" a la conversación- ¿Invocamos a un demonio?
-Habla el que "piensa" más que yo- rodó los ojos y con una sonrisa completo -, pensé que nunca me lo pedirías.
Aunque dijera que sus compañeras de clase eran raras por verlo lindo, ellos dos juntos eran algo que las superaba por mucho.
Tras planear como lo harían decidieron invocar a uno de los misterios de la escuela, el que mas los favorecería.
El número siete, "Hanako-san la pervertida de los baños de niñas" posiblemente superada por ellos que esperarían hasta el final de las clases para entrar al baño de niñas. el caso, esa niña les concedería un deseo.
Sin más ambos volvieron a sus respectivas aulas tras que sonara el timbre.
Tras intensas horas de estudio llego el momento de salir e ir a casa.
Con entusiasmo fue al aula de su amigo pero un mensaje le llegó al teléfono.
・╏●╏・
Heyyyy puerco, tuve que irme
a casa, mi mamá me dijo
Que había comprado
Un nuevo postre.No te enojes :^)
Oh gracias por abandonarme :^)
Igual lo voy a hacer y te cuento
que sucedió, si muero es tu culpaEn tu funeral pondré la
De Mike Wazowski.・╏●╏・
Miro a su alrededor buscando alguien que podría delatarlo y sin notar a nadie entro al baño de niñas.
Tras dar los golpes comenzó a decir en voz alta con un tono firme.
-Hanako-san, Hanako-san ¿Estás aquí? -pregunto al aire esperando respuesta.
No pasó nada.
Ese bastardo lo había engañado, o más bien los que se lo contaron a su amigo lo engañaron.
Después de un suspiro la puerta del baño se empezó a abrir. Preparado busco en su bolsillo la sal que había robado de la cafetería y bendecido con su oraciones a Dios.
La puerta se abrió totalmente, nada.
-¿Nada? -en ese momento una canción paso por su cabeza años que añadió con tono cantarín- hice todo esté llanto por nada.
-Pues yo no te veo llorando.
De reojo miró a una figura flotante a su lado. Casi por inercia saco la sal de su bolsillo y se la tiro a la cara al espectro, con todo y bolsita.
-¿Uh, sal? -tras procesarlo abrió su ojos indignado- ¡¿Tratabas de exorcizarme?! lo peor de todo con una sal común y corriente -nego con la cabeza mirando al protagonista- para que sepas yo no puedo ser exorcizado tan fácilmente.
Miro al castaño con la boca abierta con dos sentimientos teniendo una lucha en su interior, por un lado la alegría de que había funcionado mientras que por el otro del miedo de que había funcionado.
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無限大
Random❅》ᴛsᴜᴋᴀsᴀ × ᴍᴀʟᴇ! ʀᴇᴀᴅᴇʀ《 • ° • . °.•* °. *•° •°.• •° • .* * °. •* la vida es tan corta que en un parpadeo se acaba, así que, si para estar con él tengo que parpadear lo haré. Esta es mi primera historia de Male!Reader, espero que disfruten de la e...