Venus Bandera
3 Meses antes del accidente.
—¡Me gustas! me gustas tú, me gusta tu sonrisa, me gusta tus ojos, me gusta como eres con las personas, me gusta tus chistes malos, me gusta tu orgullo que me ha llevado a pelearme contigo porque te decía algo que no te gustaba de los personajes de tus historias — cada vez está respirando más rápido —Me gustas entera, no me gusta nadie más y nunca me gustará alguien más mientras tú sigas viviendo en mi mundo Venus.
Silencio.
Es lo único que hago, veo como sus ojos miran directo los míos desesperados de ver alguna reacción, pero ahora mismo no tengo ni idea de que hacer o que decirle.
Hasta que pasa lo inevitable.
Me tiro un gas.
Ni siquiera es de los silenciosos.
—Solo te vas a tirar un gas como cada vez que te pones nerviosa— me dice entre la incredulidad y diversión en su mirada.
Odio que sepa todo de mi. Odio que me guste. Odio que acelere mi corazón cada vez que me habla. Odio que lo quiera.
—Te callas tonto— le respondo enojada— y en vez de pedirme que te diga algo no vienes y me besas como toda novela romántica.
Se ríe.
—Si fuera una novela romántica— me indica con el dedo a lo que yo se aplasto— la protagonista no se tiraría un gas cada vez que está nerviosa o tiene miedo, segundo el protagonista hombre sería musculoso y yo no lo soy tanto y...—.
Me cansé.
Antes que siga hablando me lanzo sobre él y lo beso.
No le toma nada para seguirme el beso. Sin duda besa increíble y lo besaría para siempre, después de unos minutos nos alejamos para tomar aire y tranquilizarnos.
—Te quiero— susurra en mis labios.
—Yo a tí —le respondo antes que volvamos a lo que estábamos haciendo.
Hubiera sabido lo que iba pasar en tres meses más, hubiera disfrutado ese momento y todos los demás.