ADVERTENCIAS: Ooc. UA. Lemon. Diferencia de edad.
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Julio 23 de 2019
Era baja. Lo supo al ver colgar sus pies. Decidió jugar en vez de molestarse por su corta estatura. Movió sus pies de arriba abajo. Los movió al ritmo de tik tok del reloj. Sus movimientos era el único sonido que se producía en ese lugar aburrido y negro cromático. Media. Tal vez una hora. Estaba aburrida de esperar. El único consuelo que tenía era la música que sonaba en su cabeza. Se enderezó e impulsó su cuerpo para que pudieran sus pies tocar la alfombra gris que había debajo de ella y comenzó a moverlos al ritmo de la música.
Culpó a su padre por estar ahí. Si no hubiera sido por su tonta aventura ella hubiera podido estar con Tenten yendo de compras o intentar jugar videojuegos en la casa de Sasuke. Sonrió al recordar la última vez que fue a "jugar" videojuegos con él. Tuvo que usar chamarra a pesar del calor durante tres días para que Sakura no se diera cuenta que su querido novio había dejado marcado su cuerpo.
Se preguntó por qué se acostaba con Sasuke a pesar de que estaba con Sakura. Tal vez por venganza. Ella se había acostado con Toneri hace tres meses. Tal vez por eso Sakura no decía nada pese a que sospechaba que su novio se follaba a su amiga en cualquier rincón donde el quisiera. Lo disfrutaba. Desde que había terminado con Toneri hace tres meses no había tenido sexo durante un mes. Y tenía que admitir que Sasuke era mucho más complaciente en el sexo que Toneri. Aunque seguía siendo algo aburrido.
Dejó escapar un suspiro. Se estaba aburriendo. Se preguntó cuánto tiempo más se iba a tardar su madre dentro de esa oficina. Estaba harta de escuchar música mientras veía a la recepcionista teclear la computadora y recibir llamadas. Anotó en su mente estudiar lo suficiente como para no terminar como ella con un trabajo aburrido.
Se dejó caer en el pequeño sofá en donde había estado esperando más de una hora. Contó las ventanas. Contó las plantas y las decoraciones. Observó la hora de nuevo y se molestó.
— ¡Setenta y cuatro! —Exclamó frustrada.
— ¿Qué tiene el número setenta y cuatro, señorita!
Dio un ligero brinco al escuchar una voz ronca y grave a un lado de ella. Giró la vista y se encontró con su madre viéndola acusadoramente. Tal vez la estaba regañando por alzar la voz, pero eso no le importó. Su interés se dirigió al apuesto y escultural hombre que tenía frente a sus ojos. Una piel morena y deliciosa que la invitaba a lamer. Fuertes brazos y unos pectorales marcados que moría por acariciar. Alto y mayor. Rubio y de bellos ojos azules. Su bello rostro estaba cubierto por una barba cuidada y corta. Lo vio y lo admiró. Lo supo. Se había enamorado de ese señor. No sabía cómo se llamaba, pero quería que la tocara. Quería que la complaciera y la llenara.
— Son los minutos que me hizo esperar —Expresó su disgusto. Su madre soltó un regaño veloz y se disculpó con el hombre. A Hinata poco le importó parecer maleducada.
Naruto pestañeó sorprendido. A sus treinta y un años era la primera vez que un adolescente—según él—le hablaba de forma tan informal. Lo encontró entretenido y divertido. No le dio importancia y se giró a la madre de la chica.
— Nos vemos Señora Hyuga. Dentro de poco le llamare.
Su madre asintió. Tomó a su hija a regañadientes y la obligó a salir del edificio en donde Naruto tenía su oficina. A pesar de que en un principio Hinata quería irse y dejar a su madre, ahora quería regresar y admirar la belleza de ese escultural hombre.
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FanfictionEl divorcio de sus padres fue algo que una mimada y despreocupada chica de tan solo diecinueve años tomó como algo irritante y molesto. Su feliz e hipócrita familia se había partido en 5 partes. Su madre. Su padre. Su hermana. Su hermano. Ella. Todo...