Un sueño real

393 26 0
                                    



Sus prendas estaban esparcidas por toda la habitación, ya no había nada ni nadie que interrumpiera esa escena que tanto habían esperado. Después de un extenso momento romántico, el calor de ambos cuerpos fueron elevados debido al exceso de alcohol en la sangre. Ninguno de ellos gesticuló palabra, solo envolvían sus labios en un beso jugoso, demandante y lleno de vehemencia. El pelinegro ansioso colocó sus manos a los costados de la cabeza de la chica aprisionando así las manos impropias de esta, fue ahí, que como un animal salvaje se abalanzó sobre ella.

Su entre pierna creó una fricción exquisita en la pelvis de la contraria, aquel que, comenzó a ser un juego completamente de fuerza y seducción. Su cadera se meneó de forma serpenteada, pronto su virilidad fue molesta, tanto que su hombría se marcó en ese pantalón ajustado de tela elasticada. El líquido preseminal salía a humedecer aquel lugar. No solo era sus ansias llamándolo a penetrar a esa chica, sino que por parte de la fémina la humedad de sus fluidos acuosos algo espesos mojaban su pantalón.


Itachi, luego de soltar los labios de la chica, caló y marcó con pequeñas lamidas el cuello de esta, en el pecho derecho de la chica, ubicó su lengua caliente para lamer su pezón de forma circular, levantar su lengua una y otra vez, succionar hasta crear una hilera de saliva que fuese lo suficientemente atractivo para ella. 

La atención no duró mucho pues, el osado hombre bajó por el vientre de la chica repartiendo besos húmedos, todos estos duraron hasta que llegó a aquella zona prohibida.

Enloquecido, soltó las manos de la chica que anteriormente tenía aprisionadas. Ya libre, se tomó la libertad de quitar la última prenda que intervenía su completa satisfacción. Lentamente con ayuda de sus dientes, mordió aquella ropa interior femenina, sus dedos meñiques tomaron cada costado de la sensual prenda, una vez la quitó, la lanzó donde fuese que cayera.

Ansioso y sediento, separó las piernas de la chica. En la distancia prudente, posicionó su misma lengua en el monte de venus de esta. El recorrido que llegó hasta los labios de ella, con su mano derecha, utilizando el pulgar y el mequiñe, separó mejor aquellos labios, entre medio, la punta de su deshuesado alcanzó a acariciar el principio de su intimidad, segundos más tarde, su boca ya le daba una sútil atención al clítoris de la chica.

Su boca presionó, la lengua realizaba un vaivén intenso, jugoso, ruidoso, babeante. Sin dejar de dar atención, su mano izquierda bajó hasta la entrada vaginal de esta. Su índice junto con el pulgar tocaron su humedad, la misma que segundos más tarde permitió que sus dedos índice y el del medio ingresaran a su cavidad de manera lenta. Estos penetraron una y otra vez creando una pequeña curva en la punta de estas para alcanzar su punto de satisfacción. El sonido mojado de su boca mezclado con el fuerte movimiento de abajo, daban un ambiente caluroso. 


— Itachi... 

Susurró el nombre del quién le hacía subir más arriba del cielo con tan poco. Sus piernas de vez en cuando querían crear presión o más bien, juntar sus piernas para evitar aquel tacto, pero solo era por el espasmo que él creaba. 
Izumi arqueó la espalda, alzó la cadera, meneó de manera sensual su pelvis. 
Era imposible no soltar gemidos placentero, era tarea difícil. 

Bajó su mano derecha para acariciar las hebras negras del muchacho que todavía se deleitaba de su néctar. Cada vez que este soltaba su clítoris, ella gemía lo más alto que podía. Aprovechaba la soledad de la habitación, de la casa. 

El fulgor plateado de la luna entraba por esa puerta corrediza, ambos cuerpos desnudos disfrutaban de ese brillo. 

                                                                     ( ... ) 




El olor a sangre estaba impregnado en todos los rincones, mujeres, niños, hombres regados en el piso con claras marcas de un ataque. En sus rostros, se podía apreciar el pánico que hubo durante breves minutos. Ninguno tuvo la capacidad de siquiera defenderse. Un ataque imprevisto que, dejó a un clan completo en el suelo. 

Sombrío, asustado, con el pulso acelerado intentó olvidar las escenas que sus ojos presenciaban, incluso su mente estaba atormentada por la cruda verdad que su hermano le había enseñado. 
Itachi asesinó a sus padres, asesinó a su clan. 

Los ojos del menor se volvieron rojos, antes de que su hermano huyera, este tomó unos cuántos kunais para atacar al contrario. Envuelto en la locura, Sasuke logró quitarle parte de la armadura, sin embargo, no logró detenerlo. Itachi salía ileso de aquel ataque. 

— ¡Itachi! — 

Su sangre viajaba tan rápido debido a su respiración que, sin imaginarlo, perdió la consciencia quedando tirado en el suelo junto con los charcos de sangre. 

...

— El niño está vivo.... todo el resto de su clan está muerto, ninguno sobrevivió. —

Uno de los cuadrantes de ANBU informaba al tercer hogake la gran masacre que se vivió en ese lugar. De inmediato supieron que Uchiha Itachi había sido el principal actor de dichos actos tan agresivos. 

— Su hermano, no puede enterarse de nada. Él crecerá como un ninja más. — Sentenció el hombre avanzada edad. — Pudimos frenar esto a tiempo, si tan solo...
— No fue posible, Hiruzen. — Contestó Danzo mostrando seriedad en su rostro— Tenemos que ser realistas. Él hizo todo esto para evitar ciertos asuntos, tú lo sabes perfectamente bien.
— ¡No era la forma, Danzo! — Golpeó la mesa— Esto es muy grave. A pesar de las diferencias, ellos siempre fueron nuestros compañeros de combate. Jamás debí permitir esto. 
— Claro que no. Déjame todo esto a mí. — Sugirió Danzo.— Tú no tienes nada que ver en esto. 

...

— Dicen que es el único sobreviviente del clan... 
— ¿Cómo puede ser posible eso? Más de alguno pudo haberse defendido, después de todo, pertenecen al clan Uchiha. Son bastante perceptibles. 
— Te lo digo: Sasuke Uchiha es el único niño. — Suspiró la enfermera de turno, aquella cambió la intravenosa. El muchacho tenía una solución de suero.— Esto ha sido realmente doloroso. Los cuerpos no dejan de llegar. Hay todo un equipo trabajando en ellos. Ya sabes cómo es...
— Itachi... 

El pequeño se movió inquieto en la cama, se notaba que todavía seguía sufriendo. Sus ojos, a pesar de él estar dormido, brotaban lágrimas de dolor. 
— Itachi... 
— Será mejor que dejemos la charla hasta acá. 

La angustia terminó por despertarlo. Sus ojos estaban empañados en lágrimas, su respiración cortada. Tenía miedo, impotencia, dolor. 
— ¡Te mataré! — Gritó al borde de desgarrar su garganta. 
— Por favor, cálmate... — Pidió la enfermera. — Todo está bajo control...
— ¿Qué hacen? ¿dónde está? — Preguntó molesto, lleno de ira. — ¡Tengo que ir tras él!  — Volvió a decir. Estaba desobedeciendo las órdenes de los profesionales. 
— Uchiha Sasuke... 

El pequeño por fin se quedó quieto, quién le hablaba era la máxima autoridad. Hiruzen se acercó a él para conversar. 
— Déjenos a solas, por favor. Hasta ahora han hecho un magnífico trabajo. 

Las mujeres de forma inmediata salieron del cuarto. Al estar afuera, una de ellas sintió verdadera angustia y pánico, a tal punto de comenzar a llorar. 

— No puedo decir mucho además de darte la triste noticia. Es duro, pero nuestro mundo es así. Somos ninjas y tenemos que vivir situaciones realmente duras. Esta ha sido una de ellas. 
Todo tu clan ha sido exterminado, no ha sobrevivido nadie a excepción de ti. 
— ¿Por qué? — Sasuke apretó las sábanas con fuerza, nuevamente lloraba de la rabia— ¿Por qué mi hermano? ¿por qué tuvo que ser Itachi?
— Sasuke... la traición es... 

Sus palabras se quedaron en su boca pues, un estruendoso llamado en la puerta interrumpió su charla. 

— Su excelencia... — Entró un ninja realmente agotado, este venía corriendo. — Uchiha Sasuke no ha sido el único sobreviviente. Hay una chica, una mujer. 

El pelinegro de inmediato miró la puerta de la habitación. 

— Uchiha Izumi, ella está viva... tiene algunas heridas, pero está bien. 
— ¿Izumi? — Preguntó Hiruzen con sorpresa.— ¿Dónde está?
— Está siendo atendida ahora mismo. 


Uchiha Izumi, ¿eh? ¿quién es ella? 

— Sasuke, quédate aquí. Si intentas ir tras tu hermano, fallarás. Él tiene un muy alto potencial, te costaría la vida. Además, todavía sigues muy débil.

La última palabra que dijo el hombre de edad, golpeó duramente al pelinegro. 

Ahora y siempre quédate conmigo. (Oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora