CHAPTER 3

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La mañana llegó más reluciente que nunca, en las calles solo quedaban unos cuantos rastros de la feroz lluvia de la noche anterior en forma de charcos en los bordes del pavimento. Las avenidas estaban cubiertas por esas finas capas de agua a medio evaporar. El aire era agradable de inhalar y el día iniciaba más bien tibio, aunque el sol estaba dando todo de sí.

- "Maldición". Se quejó Jennie cuando su zapato dio con uno de los mencionados charcos al pisar fuera de la van. Aún con la mitad de cuerpo dentro del auto, se sostuvo de los bordes del marco de la puerta y sacudió el exceso de agua, algunas gotas se habían filtrado por los agujeros dispuestos para los cordones humedeciendo su media. Suspiró y observó su zapatilla. Era su pie izquierdo.

"Mal agüero" No. Ese no era el momento idóneo para recordar a sus abuelos y sus supersticiones.

- "¿Qué pasa? Jisoo asomó su cabeza por un lado al ver que Jennie no se bajaba del vehículo.

La castaña negó más para disipar sus pensamientos que para contestar, bajó por completo del auto, analizando primero donde sería seguro poner su pie. Continuó así hasta que halló una sección seca donde esperar a la mayor.

Jisoo la siguió, pero a pesar de sus pasos erráticos y su mirada distraída no pisó ningún charco. Jennie lo notó y curvó sus labios en una sonrisa ladina mientras la veía acercarse. "Linda"

- "¿Estas lista?"

- "No"

Un corto silencio emergió mientras Jisoo observaba el edificio que se alzaba frente a ella y Jennie el rastro de humo que dejó la van al marcharse.

- "Yo tampoco, pero vamos abiertas a otras posibilidades. Ojalá no sea eso". Examinaba el rostro de la castaña con detenimiento. Se encontró a sí misma acomodando un mechón de ese claro cabello detrás sus pequeñas orejas, pero retiró su mano en modo reflejo al recordar donde estaban. – "Ten presente lo que hablamos en el apartamento, neguemos todo hasta el final y no me mires ni una sola vez cuando entremos" – Advirtió

- "¿Ni un poquito?

- "Nada"

- "¿Ni siquiera por el rabillo?"

- "Ni siquiera por el rabillo"

- "Sonaba más fácil cuando lo propusiste en la casa" Se cruzó de brazos. La mayor soltó una risita, pero la reemplazó rápidamente por un gesto más serio.

- "Voy a estar contigo pase lo que pase, guárdalo en tu mente" Al ver que Jennie se acercó unos pasos con la obvia intención de tocarla hizo lo más sensato que pudo. –"Vamos, que se nos hace tarde" Jisoo lideró la marcha hacia la entrada del edificio.

¡Dios! Como no mirarla cuando le decía cosas así. Soltó una gran bocanada de aíre y se dispuso a seguir a su contraria.

El ascensor subía inusualmente rápido, tanto así que ya habían recorrido el pasillo y se encontraban frente a la puerta de fina madera de aquella oficina. Oficialmente nunca habían estado en ese piso. Jennie recordó lo que Seung ri mencionó una vez en un programa especial para televisión sobre el piso séptimo. Estaban en problemas. Pensó en la posibilidad de adularlo sobre su peinado o respecto a su peso como dijo el ídolo que hicieran en esos casos, pero esa idea venia totalmente ridícula en ese momento.

"Toc, Toc". –"Adelante". Sus corazones se saltaron un latido al escuchar la agria voz de su CEO. La mano temblorosa y perfectamente manicurada de Jisoo tomó la perilla para hacer su entrada definitivamente. El rústico sonido de la puerta al cerrarse se expandió por la gigantesca oficina.

- "Llegan tarde". Atacó Yang, no le dieron la venia que tanto habían practicado en casa. Lo que tanto observaba en su escritorio perdió interés y ahora las miraba a ellas.

Hasta Que Jennie Nos Separe ( Jensoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora