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Jeno y Renjun habían empezado a tener citas, o algo así. Solían salir a comer o a pasear, pero siempre lo hacían con Jara y terminaban comiendo helados o entrando a la sección de juegos en cualquier lugar que estuvieran. Así que Jeno le había sugerido que fueran a algún lugar ellos solos cosa que a Renjun no le había agradado del todo, no por pasar tiempo con Jeno sino porque no sabía con quien dejarían a su hija.

Después de eso conocieron a Delia, una señora de edad media que parecía ser muy dulce y que a Jara le caía de lo mejor. Aún así Renjun había tenido que conocer y analizar a la señora por más de una semana antes de dejarla con Jara por tres días, de todos modos termino hablando con Donghyuck y esté le dijo que por fin viajaría allá para quedarse con ellos lo que le quedaba de embarazo, Renjun estaba casi en el último trimestre.

En fin, luego de una semana intensa en la que Jara le dijo que estaría bien con Delia y que esperaría a sus tíos pudo estar en paz. Luego de una hora de viaje en helidecía no mismo, con un Renjun casi muerto llegaron a Malibu, a una casa hermosa en la playa.

-¿Esto es tuyo?-pregunto mirando al rededor.

Camino lentamente mirando lo lujosa pero acogedora que era la casa, era de dos pisos, el suelo era de madera y la brisa que venía del mar se sentía muy relajante, sus bebés patearon y sonrió pensando que tal vez a ellos también les encantaría el mar. Miro a Jeno, estaba agachado buscando algo en su mochila desesperado.

-Jeno...

-¿Eh?-lo miro.-Ah, si, la casa es mía.-sonrió poniendose de pie con su celular en mano.-La compre por...-se encogió de hombros.-Olvidalo, ¿podemos llamar a Jara?

Renjun lo miro con los ojos entrecerrados anotando sacarle la respuesta luego.

-¿No eras tu el que decía que debíamos estar alejados de todo?-sonrió caminando hacia el.

-Si pero, la extraño.-dijo en voz baja haciendo un puchero inconsciente.

Renjun rodó los ojos y asintio tomando el celular de Jeno para llamar a su hija.

El primer día había sido sólo de relajarse.

En la tarde se habían metido a la alberca y habían conversado como no hacían en mucho tiempo. Sin sarcasmos, sin discusiones, sin hablar de sus hijos, solo hablaron de ellos mientras comían frutas y recordaban sus azañas en la secundaria, riendo al grado de casi llorar.

Se sintieron bien y sentían que era un logro bastante grande estar semidesnudos en una alberca con agua tibia y no estar uno encima del otro besándose.

Eso realmente era un gran logro.

El segundo día fue más especial. Jeno sabía lo mucho que Renjun amaba la playa así que después una mañana y parte de la tarde en la que llamaron a Jara, Jeno preparo el desayuno y jugaron juegos de mesa mientras peleaban por las trampas de Renjun, fueron a caminar por la playa.

-Ponte algo abrigado.-dijo Jeno mirándolo, últimamente razonar con Renjun no era posible y estuvo investigando en un blog de padres y todos decían lo mismo, "sólo haz lo que el quiera" "no lo cuestiones" "suspira y di que si."

Renjun vestía un suéter que si no estuviera embarazado le quedaría gigante pero como no era el caso tan sólo le quedaba un poco ancho, y de pantalón tan sólo llevaba uno que le quedaba por encima de las rodillas.

-Estoy abrigado.-contestó.

-Pero...

-Sólo vamos.-rodó los ojos y se adelantó a bajar las escaleras.

-Esperame.-Jeno corrió adelantándose para tomar su mano y bajar las escaleras.

Renjun rodó los ojos de nuevo porque el era perfectamente capaz de bajar las escaleras por si sólo. Luego de estar abajo empezaron a caminar con las manos entrelazadas, Renjun sonrió al verlas y luego miro a Jeno el cual tenía las mejillas rojas, haciéndose el desentendido.

Continuaron caminando por la orilla, Jeno se había inclinado a quitar los zapatos de Renjun y los sostenía en sus manos libres mientras el rubio mojaba sus pies con el agua del mar y sentía la arena en sus dedos.

-Jeno...

-¿Si?-respondió mirándolo.

-¿Por que compraste esta casa en la playa si te da miedo el mar?

Jeno le dedico una pequeña sonrisa para luego mirar sus zapatos mojados.

-¿Honestamente?-Renjun asintió.-Porque se que tu amas el mar, yo... Fue una de las primeras cosas que compre luego de regresar de Valencia.-hizo una mueca.-En ese entonces pensé que nunca nos volveríamos a ver y que sólo la había comprado por el simple hecho de sentirme bien conmigo mismo, como si estuviera comprando algo para ti, tratando de cubrir las estupideces que hice...-dijo en voz baja lo último.

Renjun lo miraba con un pequeño puchero, Jeno era tan idiota... No había otra forma de definirlo, y aún así le gustaba tanto.

-Jeno...

-¿Mm?

-Ayúdame a sentarme.

El más alto se quedó en silencio unos segundos para luego asentir y ayudarlo a sentarse ni tan lejos pero tampoco tan cerca de la orilla del mar, luego se sentó a su lado. Renjun lo miro fijamente luego de suspirar.

-Me gustas, aún me gustas mucho.

-No lo merezco.-dijo mirando la arena.

-Obvio no.-se encogió de hombros.-Pero tu no decides eso.-posó su mano encima de la de Jeno.

-Junnie.-Jeno se giro para quedar frente a el.-¿Te puedo hacer una pregunta?

Renjun dejo de mirarlo porque podía sentir lo que se aproximaba.

-Ayúdame a pararme.-Jeno lo miro confundido pero obedeció poniendose de pie y tomando una de las manos de Renjun y luego su cintura.-Ahora dame tu abrigo porque tengo frío.

Jeno abrió su boca y luego la cerró asintiendo y quitándose el abrigo y dándoselo a Renjun el cual sonrió.

-¿Puedo hacerte la pregunta?-pregunto sintiendo un escalofrío por la brisa marina.-Junnie...

-Claro, luego de comer.-sonrió acariciando su panza.-Tengo hambre.

-Pero...

-¡Quiero pasta!-dijo ya caminando en dirección a la casa.

Jeno entendió que el ya sabía cuál era la pregunta y comenzó a correr detrás del rubio con una sonrisa mientras sostenía los zapatos del chino y maldecia por sus zapatos mojados.





















me duele tanto que se este acabando 💔

Jara [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora