—Está todo lo que necesitas por dos semanas.
—Gracias, Sasuke-kun. —Sonrió la pelirrosa mientras se sentaba con lentitud en el sofá de su actual hogar de color verde menta. Sakura posó sobre su tripa de embarazo la palma de la mano derecha con delicadeza y comenzó a acariciarla con suavidad sin dejar de sonreír. Que su esposo fuera tan atento con ella la hacía rebosar de felicidad.
Hace siete meses que ella se enteró de tal bendición otorgada por Sasuke Uchiha, su esposo. Desde ese día, él comenzó a ir a casa con más frecuencia para ayudarla con ciertas tareas como son la compra, la limpieza, o simplemente preguntar cómo estaba. ¿Quién diría que alguien como él se preocuparía tanto por una persona? Antes de todo aquello, a nadie se le pasaría por la cabeza ni siquiera una boda con Sakura, la mujer que desde niña le había amado constantemente y con insistencia. Pero ese tema daría para otra historia.
—Me voy.
Sasuke giró sobre sí mismo colocándose nuevamente la capa oscura sobre sí mismo. Volvería a irse de la aldea para continuar con su misión de investigación sobre el tema de Kaguya y sus mundos paralelos. Aquello lo estuvo estudiando con ahínco tras la cuarta guerra shinobi para evitar nuevamente una tragedia como lo fue esa gran batalla. No obstante, había algo alto extra en sus pensamientos y esa era Sakura y el hijo o hija que llevaba dentro que era suyo.
Al tocar su mano con el pomo de la puerta, el azabache se detuvo sin girar el manillar. No quería irse. No aún. Luchó por salir de ahí pero sentía dentro de su ser algo que no solía hacer a menudo. Sakura no escuchó la puerta cerrarse, cosa que la extrañó y decidió levantarse con dificultad debido al tamaño de su tripa. Con una mano en el lumbago, avanzó por el salón hacia el pasillo de aproximadamente siete metros de longitud. «¿Sasuke-kun?» Preguntó la de orbes esmeralda mientras avanzaba hacia el pasillo con confusión. Al querer ingresar ahí para ir hacia la puerta de entrada, su abdomen tapado por su ropa pre-mamá chocó contra el Uchiha con suavidad.
—Si algo llega a suceder, llama a Naruto. —Informó pero rápidamente rectificó. —No. Él no. Es un idiota. Llama a... —Se paró a pensar durante un largo minuto. «Kakashi... No. Otro idiota. Tsunade... No. Es una borracha. Shizune... Confiable, pero tampoco.»
Sakura notó que Sasuke se había ido a sus pensamientos a lo que ella rió levemente y negó con la cabeza con un leve rubor en los pómulos. —Llamaré a Ino. No te preocupes, Cariño.
El azabache negó con la cabeza varias veces saliendo de sus pensamientos al escuchar lo dicho por su propia esposa. La miró sorprendido. No por saber que Ino era de confianza para ella, si no por lo último dicho. No lograba acostumbrarse a aquellos llamados cariñosos por su parte y por ello, sintió una opresión en su pecho lo que provocó que de inmediato, bajara un poco el rostro cubriéndolo con su cabello y con los ojos entrecerrados. «¿Sasuke?» Sakura posó la mano izquierda en su hombro, mientras que la derecha se la colocó en el vientre y se agachó un poco para poder ver el rostro de su esposo. Se sorprendió ante lo que estaba viendo.
Estaba sonrojado. Muy ligeramente, pero era perceptible.
La mujer sonrió ampliamente tras soltar una risita. —Vamos, Cariño. Tampoco es para tanto. —Dijo a sabiendas de lo que le ocurría. El azabache alzó la mirada para encarar a su esposa, quien parecía disfrutar en sobremanera de la situación. Ella extendió un paquete envuelto con tela azul siendo bordado por el emblema del Uchiha. Sasuke levantó la mirada poco a poco y tomó el paquete entre sus manos suponiendo que era comida realizada por ella.
—Me voy. —Volvió a repetir ya habiéndose desecho de su sonrojo y levantó la mirada para encarar a su esposa. En un abrir y cerrar de ojos, estampó en su frente algo cálido, pero no eran sus dedos.
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El Nacimiento de Sarada
FanficEl gran mangaka creador de Naruto y predecesor de Boruto jamás nos ha enseñado mediante manga o anime el nacimiento de Sarada Uchiha, hija legítima de Sakura Haruno y Sasuke Uchiha. Aquí he escrito lo imaginado por mi persona el cómo fue su nacimien...